El ¡®rinc¨®n de pensar¡¯: por qu¨¦ no se debe usar este castigo con los ni?os
Reprender mirando a la pared es da?ino. El menor sufre, tiene miedo, merma su autoestima y le hace desconfiar de su entorno
Castigado mirando a la pared es un concepto que se ha modernizado y adaptado con la nueva denominaci¨®n del rinc¨®n de pensar. Esta forma de reconducir el comportamiento del ni?o ¡°se basa en el castigo negativo, ya que se elimina un est¨ªmulo positivo, como la atenci¨®n de los adultos o una situaci¨®n social agradable para el menor como, por ejemplo, el juego. Este m¨¦todo se contin¨²a utilizando en la actualidad, aunque es cierto, que hay otras t¨¦cnicas m¨¢s eficaces y que no suponen la exclusi¨®n de situaciones sociales o el aislamiento del entorno¡±, explica Montserrat D¨ªaz Rosell, psic¨®loga y neuropsic¨®loga del Centro Integral San Lorenzo de El Escorial, en Madrid. Las contraindicaciones de mandar a un ni?o a la esquina a pensar se deben a que ¡°se produce una modificaci¨®n del comportamiento, pero no de los valores, por lo que es dif¨ªcil que se produzca un aprendizaje interiorizado. As¨ª, la respuesta que se pretende obtener del menor se aprende como forma de evitar el castigo. Otra de las grandes desventajas de esta t¨¦cnica es que el ni?o es condicionado a trav¨¦s del miedo y puede surgir temor hacia la persona que aplica el castigo y percibir que no es apreciado¡±, a?ade D¨ªaz.
En el rinc¨®n de pensar, se genera sufrimiento debido a la retirada de atenci¨®n hacia el ni?o, lo que puede provocar una p¨¦rdida de autoestima y de confianza con respecto al entorno. Tambi¨¦n perjudica la relaci¨®n con quien aplica el castigo, porque puede provocar resentimiento. Sin embargo, ¡°en situaciones de tensi¨®n, lo m¨¢s apropiado es que, tanto el adulto como el ni?o, se retiren unos minutos. A esto se le denomina tiempo fuera positivo, pero tiene diferencias importantes con el rinc¨®n de pensar, ya que se explica al ni?o que frente a una situaci¨®n de nerviosismo y enfado es muy dif¨ªcil encontrar una soluci¨®n respetuosa, por lo que conviene tomarse un tiempo para relajarse y retomar el di¨¢logo cuando se est¨¢ de nuevo preparado. Tambi¨¦n, es importante dejar claro al peque?o que, a pesar de las diferencias, los nervios o el enfado, lo queremos por encima de todo y vamos a estar ah¨ª¡±, a?ade la neuropediatra.
Zona de tiempo fuera positivo, creada por los ni?os para recuperar la calma
La zona del tiempo fuera positivo puede ser ¡°creada por los propios ni?os, con m¨²sica y elementos relajantes y confortables que inviten a la tranquilidad y al sosiego. A diferencia de la silla de pensar, que es un lugar fr¨ªo, hostil y angustioso, que incita a la culpabilidad y la venganza, la zona del tiempo fuera positivo debe ser agradable, tranquila, segura y respetuosa¡±, aclara la neuropediatra.
El rinc¨®n de pensar para los ni?os puede considerarse una t¨¦cnica ¡°menos controvertida que pegarles, porque no implica un abuso f¨ªsico o verbal. Sin embargo, el tiempo fuera negativo es un enfoque autoritario que entrena a los ni?os para comportarse seg¨²n los deseos del resto. Los ni?os aprenden que solo merecen la compa?¨ªa y cari?o del resto cuando se comportan de manera calmada. Cuando su desarrollo y su forma de ser se ajustan a la normalidad, no hay problema, pero multitud de ni?os necesitan ayuda para aprender a calmarse, a tolerar su frustraci¨®n o a resolver problemas¡±, afirma Alba P¨¦rez Escalero, psic¨®loga sanitaria y neuropsic¨®loga en el Centro Logros de Majadahonda.
Cuando hay hermanos, es habitual que uno tenga ¡°peor genio que otro y las comparaciones son tan odiosas, como inevitables. Si uno es el que siempre est¨¢ castigado y expulsado al rinc¨®n y el otro se queda siendo querido por mam¨¢ y pap¨¢ porque se porta bien, aparecen celos, envidias, baja autoestima y sensaciones de autoexigencia o de tirar la toalla porque nunca ser¨¢ como su hermano. Ning¨²n padre pretende esto, pero, a veces, los adultos lo alimentamos sin darnos cuenta¡±, sostiene P¨¦rez.
Mejor el ejemplo de los progenitores que la silla del rinc¨®n
La mejor educaci¨®n para los hijos es tener como referencia un modelo de padres que no sean perfectos, pero que s¨ª sepan expresar y reconocer lo que deben mejorar con respecto a sus conductas. ¡°Un ni?o no cambia, si no lo hacen sus padres. Normalmente, los progenitores tienen muy claro qu¨¦ conductas quieren erradicar en sus hijos, pero no son conscientes de lo que hacen ellos. Aqu¨ª suele empezar el cambio. Muchas veces, los adultos se derrumban cuando son conscientes de lo que est¨¢ pasando y de las conexiones cerebrales que pueden estar estableciendo sus hijos con esos aprendizajes y asociaciones. Es curioso que, durante el confinamiento por la pandemia, los padres recurrieron a castigos como el del rinc¨®n de pensar para solventar situaciones complicadas de convivencia derivadas de tantas horas encerrados en casa y los problemas persistieron¡±, concluye la experta.
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