?C¨®mo saber si tu hijo adolescente sufre depresi¨®n?
Identificar los s¨ªntomas facilitar¨¢ que la situaci¨®n no se convierta en el algo m¨¢s grave que ponga en peligro la vida del menor. El aislamiento o el uso compulsivo de internet y redes sociales favorecen el desarrollo de estos trastornos
En 2013, la poeta colombiana Piedad Bonnett escrib¨ªa en Lo que no tiene nombre: ¡°La noticia de que se trat¨® de un suicidio hace que muchos bajen la voz, como si estuvieran oyendo hablar de un delito o de un pecado¡±. El libro narra uno de los tab¨²s m¨¢s terribles, el del suicidio. Aunque su hijo Daniel llevaba tiempo en tratamiento psiqui¨¢trico y hac¨ªa una vida normal, el sufrimiento le consum¨ªa por dentro, y fue ese dolor insoportable el que le llev¨® a arrojarse de la habitaci¨®n de su piso de estudiante...
En 2013, la poeta colombiana Piedad Bonnett escrib¨ªa en Lo que no tiene nombre: ¡°La noticia de que se trat¨® de un suicidio hace que muchos bajen la voz, como si estuvieran oyendo hablar de un delito o de un pecado¡±. El libro narra uno de los tab¨²s m¨¢s terribles, el del suicidio. Aunque su hijo Daniel llevaba tiempo en tratamiento psiqui¨¢trico y hac¨ªa una vida normal, el sufrimiento le consum¨ªa por dentro, y fue ese dolor insoportable el que le llev¨® a arrojarse de la habitaci¨®n de su piso de estudiante en Nueva York. Fue la literatura la que salv¨® a Piedad despu¨¦s de esto, porque encontr¨® en la escritura, en ese libro, un motivo para vivir, una forma amable de transitar su duelo. ¡°El dolor se apacigua al ser compartido con otros¡±, escrib¨ªa tambi¨¦n.
Seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (AEP), el suicidio es la tercera causa de muerte en la adolescencia, una situaci¨®n que, seg¨²n explica Gemma Ochando, miembro de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa, puede empeorar en los pr¨®ximos meses si no se toman medidas urgentes. Si a la infancia no se le ha prestado la atenci¨®n que necesitaba en la gesti¨®n de la crisis por coronavirus, a los adolescentes, adem¨¢s, se les ha culpabilizado a lo largo de todos estos meses. La experta cree que esto es ¡°muy injusto¡± porque la mayor¨ªa han demostrado ser muy responsables pese a que su mundo se hab¨ªa derrumbado. ¡°La socializaci¨®n, la asistencia a clases¡ todo es muy importante para ellos y ellas. Junto con los mayores, son los que m¨¢s han sufrido la pandemia¡±.
Jose? Carlos Espi?n, coordinador de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Hospital 12 de octubre de Madrid, explica que muchos nin?os y adolescentes han estado y siguen estando expuestos a situaciones estresantes, trauma?ticas y dolorosas, derivadas del confinamiento y del distanciamiento social, sin que hayan tenido un soporte amortiguador. ¡°La familia, la escuela, las relaciones sociales han dejado de tener el efecto amortiguador y canalizador de los problemas emocionales de los jo?venes. Factores como el cierre de escuelas en la primera ola, la pe?rdida de rutinas, la imposibilidad de desarrollar actividades al aire libre en compan?i?a de amigos, el distanciamiento fi?sico de los seres queridos, la pe?rdida de familiares, el desempleo y los problemas econo?micos familiares, la incertidumbre generalizada sobre el futuro, el uso excesivo de internet, la interrupcio?n de terapias y tratamientos especi?ficos, y la violencia y abusos en el a?mbito dome?stico, entre otros, subyacen a esta oleada de problemas de salud mental en nin?os y adolescentes, como se menciona en diferentes trabajos, informes y publicaciones al respecto¡±.
Desde el punto de vista asistencial, seg¨²n Esp¨ªn, se han derivado casos ma?s graves y complejos desde Atencio?n Primaria, se han incrementado de forma muy notable las urgencias psiquia?tricas de adolescentes y las demandas de ingreso tambie?n han aumentado de forma exponencial a partir de la primera ola de la pandemia. ¡°En nuestro Hospital, tanto las urgencias como las demandas de ingreso se han cuadruplicado. Y a nivel de la Comunidad de Madrid hemos sufrido la presencia casi de manera habitual de un nu?mero elevado de adolescentes atendidos en las urgencias pedia?tricas de nuestros hospitales esperando ser ingresados en una Unidad de hospitalizacio?n¡±, se?ala. Pese a ello, y en este contexto, se ha logrado en un tiempo muy corto la apertura de una Unidad de Hospitalizacio?n breve de Psiquiatri?a en el Hospital 12 de Octubre para adolescentes de 12 a 17 an?os, que dispondr¨¢ de 24 camas.
Las manifestaciones psicolo?gicas ma?s frecuentes en los adolescentes que acuden a las urgencias son cuadros de ansiedad y depresivos con predominio de la irritabilidad, el aburrimiento y la pe?rdida de la capacidad para disfrutar de las actividades y de las cosas con las que antes disfrutaban. ¡°En estos cuadros aparecen con mucha frecuencia pensamientos y tentativas de suicidio. El aislamiento, el uso compulsivo de internet y redes sociales y las conductas adictivas favorecen el desarrollo de trastornos depresivos, tentativas de suicidio, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones¡±, explica Jos¨¦ Carlos Esp¨ªn.
El suicidio se puede prevenir
Carles Alastuey, maestro y psicopedagogo, fund¨® hace 14 a?os la asociaci¨®n de supervivientes Despu¨¦s del Suicidio a ra¨ªz de la muerte de su sobrino de 19 a?os. Desde entonces a impartido charlas, escrito art¨ªculos y participado en jornadas para hacer pedagog¨ªa del suicidio. A Carles no le gusta que el abordaje del suicidio en adolescentes se centre en las cifras, ¡°porque el tema ya estaba antes¡±, pero s¨ª considera que hay que prestar mucha atenci¨®n al impacto que est¨¢ teniendo la pandemia en la salud mental de los adolescentes y en las tentativas de suicidio. ¡°En Catalu?a s¨ª existe un sistema de contabilizaci¨®n de las tentativas. Sabemos que en las unidades en las que existe una unidad de atenci¨®n infanto-juvenil s¨ª que han observado un aumento del 30% de tentativas de suicidio. Parece que dentro de ese 30%, las chicas han aumentado en proporci¨®n m¨¢s que los chicos, por lo que podr¨ªa estar relacionado con los trastornos de la conducta alimentaria¡±, sostiene.
Cuenta Carles que con la asociaci¨®n contactan muchos centros educativos preocupados por el empeoramiento de la salud emocional de los adolescentes, algo que tambi¨¦n preocupa desde la cooperativa feminista Pandora Mirabilia, donde ya durante el confinamiento se empez¨® a intuir que la pandemia iba a tener un impacto no s¨®lo en las personas mayores, sino especialmente en los adolescentes ¡°porque la adolescencia es un momento de separaci¨®n, de experimentar, de ¡°salir¡± de la familia y la pandemia nos ha obligado a lo contrario¡±.
Cuanta Violeta Buckley, sex¨®loga y formadora en institutos de la cooperativa, que fue entonces cuando dise?aron un taller que trata sobre las crisis desde la perspectiva de que toda crisis global afecta individualmente, por lo que se requieren herramientas de afrontaci¨®n. ¡°Pensamos que era una buena idea dise?ar herramientas de empoderamiento para afrontar las crisis, y lo que hacemos es trabajar la crisis con la met¨¢fora del laberinto, esa sensaci¨®n de que no hay salida, de que est¨¢s perdido, y les damos herramientas para salir de ¨¦l¡±, cuenta. Impartiendo estos talleres en institutos se han encontrado con que en los centros educativos el alumnado no cuenta con herramientas para afrontar sus vivencias personales, pero tambi¨¦n con unos departamentos de orientaci¨®n completamente desbordados ante la nueva situaci¨®n y la escasez de recursos con los que cuentan. ¡°Lo que est¨¢ pasando en los centros nos recuerda mucho a la crisis de 2007. Entonces ya nos pregunt¨¢bamos c¨®mo era posible que no se estuviera teniendo en cuenta c¨®mo les estaba afectando la situaci¨®n a los ni?os y adolescentes. Algo parecido est¨¢ pasando ahora, pero vemos que en esta ocasi¨®n la crisis est¨¢ afectando m¨¢s a los j¨®venes¡±.
Jose? Carlos Espi?n insiste en que debemos estar alerta y atentos a cambios en el funcionamiento habitual de nuestros hijos, en su estado de a?nimo o en su patro?n de comportamiento. ¡°La pe?rdida del intere?s o el disfrute por sus actividades cotidianas, sobre todo las preferidas por ellos, o la disminucio?n del rendimiento escolar son otras manifestaciones a tener en cuenta. Un mayor aislamiento, o menor comunicacio?n con la familia, asi? como comentarios negativos, pesimistas, o de falta de ilusio?n deben ser escuchados y atendidos. Y por supuesto, si los jo?venes verbalizan pensamientos de muerte o de suicidio. En todas estas situaciones debe consultarse con profesionales sanitarios¡±, explica. Para Gemma Ochando es importante hablar de una cuarta ola en la pandemia, la que tiene que ver con el deterioro de la salud mental y la aparici¨®n de patolog¨ªas asociadas. ¡°Desde oto?o empezaron estos problemas y va en ascenso. Muchos hospitales han duplicado las consultas en urgencias pedi¨¢tricas en salud mental en menores de 15 a?os. Es una incidencia alt¨ªsima y hay una demanda tan enorme que no se puede atender a todo el mundo, por lo que se atienden solo las cosas m¨¢s graves, olvidando que las cosas que al inicio pueden parecer menos graves desembocan en problemas enormes¡±, se?ala.
Si pese a todo el suicidio se consuma, Carles Alastuey cuenta que la culpabilidad y la sensaci¨®n de fracaso se instala en las familias, lo que resulta muy dif¨ªcil de abordar. ¡°Cuando hablamos de una muerte traum¨¢tica como la que supone un suicidio se transita un duelo muy complejo y particular. Adem¨¢s de la ambivalencia de sentimientos, se produce un fen¨®meno llamado autopsia psicol¨®gica: nos preguntamos qu¨¦ hice yo, qu¨¦ hubiera pasado si hubiera hecho otra cosa, por qu¨¦. Pensamos equivocadamente que el suicidio ha sido nuestra culpa. Sin embargo, todo lo que la familia haya hecho, o no haya hecho, ha sido desde el amor. La persona que se quita la vida cree que va a ser lo mejor para ¨¦l o ella, pero tambi¨¦n para su entorno. Las tentativas de suicidio nos dicen que esa persona tiene un sufrimiento tan grande, tan enorme, que el dolor le est¨¢ dominando. Y esto no es algo impulsivo o derivado de una problem¨¢tica determinada, sino que es una cuesti¨®n multifactorial, es la acumulaci¨®n de problem¨¢ticas y situaciones que al final desemboca en una conducta como esta. ¡°Cuando unos padres pierden a un hijo sienten que va en contra de las leyes naturales. Pero cuando, adem¨¢s, esa muerte es por suicidio, est¨¢ la sensaci¨®n t¨®xica de no haber hecho bien ¡°aquello que ten¨ªan que hacer¡±, que genera un sufrimiento extremo y una culpabilidad muy dif¨ªciles de resolver. Por eso el apoyo en asociaciones, en profesionales y en otras personas que lo hayan vivido es tan importante¡±, asegura. Un camino nada f¨¢cil de transitar porque, como escrib¨ªa Piedad Bonnett, ¡°en el coraz¨®n del suicidio, aun en los casos en que se deja una carta aclaratoria, hay siempre un misterio, un agujero negro de incertidumbre alrededor del cual, como mariposas enloquecidas, revolotean las preguntas¡±.
Espa?a sigue sin reconocer la especialidad de psiquiatr¨ªa infanto-juvenil
Desde la AEP piden aprobar e implementar la ley del suicidio con apartados espec¨ªficos para este grupo poblacional. Adem¨¢s, para reducir el impacto psicol¨®gico de la pandemia en ni?os, ni?as y adolescentes piden mejorar los servicios de psiquiatr¨ªa y salud mental, garantizar que todos los alumnos se reincorporen el pr¨®ximo curso de forma totalmente presencial, adem¨¢s de fomentar el ejercicio f¨ªsico y la participaci¨®n de nuevo en actividades extraescolares.
Para Jose? Carlos Espi?n, en el a?mbito poli?tico esta situacio?n tan adversa puede ser una gran oportunidad para la puesta en marcha de Planes de Salud Mental que permitan disponer de los recursos y los medios necesarios para atender los problemas de salud mental infanto-juvenil. Espan?a sigue siendo a d¨ªa de hoy el u?nico pai?s de la UE en el que no est¨¢ reconocida la especialidad de Psiquiatri?a de nin?os y adolescentes, algo que, seg¨²n todos los expertos, debe cambiar.
¡°El reconocimiento de la especialidad de Psiquiatri?a de Nin?os y Adolescentes implicara? una mejor dotacio?n de la red de Atencio?n a los problemas de Salud Mental de Nin?os y Adolescentes y una atencio?n de mayor calidad a nuestros nin?os, adolescentes y familias¡±, concluye.
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