Volar y ser madre: cuando la conciliaci¨®n es casi imposible
Una exazafata cuenta en una novela sus m¨¢s de tres d¨¦cadas volando siendo madre de tres hijos
Treinta y cinco a?os subida a un avi¨®n y de largo radio (fuera de Europa) dan para muchas an¨¦cdotas, alegr¨ªas y dolores de cabeza. Muy especialmente si la protagonista es madre de tres hijos, que crecen, claro, como todos, pero que mientras no lo hacen la palabra conciliaci¨®n se hace casi imposible. Que todas las mujeres (y algunos hombres) tienen complicado el tema de qui¨¦n cuida a los ni?os mientras yo trabajo, lo sabemos. Pero hay profesiones, como las de las azafatas (o pilotos, que tambi¨¦n hay mujeres), que rizan el rizo porque, al desbarajuste de los horarios imposibles se une que, si tu hijo tiene 39 de fiebre y te llaman del colegio, puede que est¨¦s a m¨¢s de 10.000 kil¨®metros de tu casa. L¨®gicamente siempre habr¨¢ alguien que se encargue de ¨¦l, de recogerlo, llevarlo al m¨¦dico y cuidarlo, pero los mimos de mam¨¢ tendr¨¢n que esperar y los nervios de esta tendr¨¢n que acostumbrarse a que, no es que sea incompatible volar y ser madre, pero s¨ª puede resultar a veces muy duro.
Paca Navarro vol¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas en Iberia y ha querido plasmar en un libro llamado Vestida de uniforme, disfrazada de mujer (Ed. Caligrama), su historia. Paca es madre de tres chicos, ya todos crecidos afortunadamente, pero que durante m¨¢s o menos una d¨¦cada, tuvieron que ser atendidos por personas contratadas para tal fin, es decir, cuidadoras ya que el padre (dos porque Paca se divorci¨® de su primer marido y tuvo luego dos hijos con su segunda pareja) tambi¨¦n ten¨ªan que trabajar, en concreto el segundo, volando como ella.
¡°Durante m¨¢s de treinta a?os pertenec¨ª a la flota de largo radio, es decir que los vuelos eran por pr¨¢cticamente toda Latinoam¨¦rica, Nueva York, Chicago, Miami y en Canad¨¢ en las ciudades de Montreal y Toronto¡±, explica. ¡°Debido a la frecuencia de vuelos que sol¨ªa ser uno a la semana, lo que llam¨¢bamos l¨ªneas, pod¨ªan durar siete d¨ªas, es decir, que pod¨ªas estar f¨¢cilmente 15 d¨ªas fuera de tu casa incluso teniendo un beb¨¦¡±, a?ade.
Seg¨²n sostiene esta mujer, ¡°la verdad es que Iberia en aquella ¨¦poca ten¨ªa destacamentos en varios pa¨ªses, ya que las distancias no permit¨ªan realizar vuelos directos, sino con escalas para repostar combustible, cambiar de tripulaci¨®n, etc. Esto hac¨ªa que estuvi¨¦ramos m¨¢s tiempo fuera¡±. ¡°Para m¨ª¡±, prosigue a autora, ¡°fue especialmente dura la experiencia que tuve cuando me reincorpor¨¦ tras el permiso de lactancia de uno de mis hijos que, l¨®gicamente, era un beb¨¦, y me fui todo un mes a Montreal. Lo recuerdo como dur¨ªsimo, lo pude sobrellevar por el compa?erismo que ten¨ªamos donde nos apoy¨¢bamos en todo, pero piensa que te estoy hablando de una ¨¦poca en la que no hab¨ªa ni m¨®viles, ya ni hablar de videollamadas, claro¡±.
Las pol¨ªticas de maternidad en azafatas
Hace cuatro veranos hubo una fuerte pol¨¦mica con una aspirante a azafata que se qued¨® fuera del proceso de selecci¨®n cuando dijo que estaba embarazada. Lo cierto es que las compa?¨ªas ¨¢reas y muy especialmente Iberia, han sido pioneras en facilitar a las mujeres una conciliaci¨®n acorde al estado de ¡°buena esperanza¡±. ¡°L¨®gico, si tenemos en cuenta que volar de manera continuada si est¨¢s embarazada no parece la mejor idea¡±, contin¨²a Navarro. En aquella ¨¦poca, ¡°si te quedabas embarazada pasabas a formar parte del personal de tierra, pero esto con los a?os ha variado con grandes ventajas para conciliar la vida familiar tanto para madres como padres¡±, a?ade. Y, desde luego en el momento en que la mujer comunica su embarazo se le da la baja por maternidad que dura mucho m¨¢s una vez que se produce el parto, concretamente nueve meses por lo que son 18 meses en total de baja. Ahora pueden solicitar permisos especiales para volar menos por hijos menores, seg¨²n informa Navarro.
Paca se muestra muy agradecida a la que fue su empresa toda la vida: ¡°S¨¦ que las cosas ahora no son como antes, pero Iberia siempre tuvo muy en cuenta las necesidades personales de los trabajadores lo cual facilitaba mucho la conciliaci¨®n familiar. Mis hijos, como todos los de mis compa?eros, nacieron y se criaron con nuestra especial forma de vida, aprendieron que mam¨¢ no iba a estar todas las noches para arroparlos y la verdad es que nunca me plante¨¦ dejarlo a pesar de las dificultades y los sentimientos inevitables a veces de culpa. Lo peor era estar lejos de ellos y la siempre incertidumbre de si la persona contratada cuidar¨ªa bien de ellos. Esto es algo que nos pasa a todos los que volamos, pero mereci¨® la pena¡±, explica.
El libro no solo cuenta el malabarismo de conciliar vida familiar con laboral, tambi¨¦n est¨¢ lleno de an¨¦cdotas y experiencias de una profesi¨®n que muchos conocemos como clientes, pero de la que desconocemos muchas cosas, por ejemplo, ¡°la enorme responsabilidad que tenemos todos los que formamos parte de las tripulaciones¡±, concluye.
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