C¨¢ncer de Mama: ¡°Sab¨ªa que algo malo ocurr¨ªa cuando mi hijo no quer¨ªa mamar de mi pecho izquierdo¡±
Montse Jim¨¦nez pas¨® una gran angustia hasta conocer su diagn¨®stico en 2014. Para esta mujer y su familia, la enfermedad fue una bofetada enorme, pero, ahora y a pesar de las secuelas, disfruta del momento
Montse Jim¨¦nez acababa de parir a su segundo hijo cuando not¨® que un bulto en su pecho empezaba a crecer de forma muy r¨¢pida: ¡°A las 16 semanas de gestaci¨®n, me empezaron a crecer dos fribroadenomas que ten¨ªa desde los 16 a?os [en principio no malignos, pero que en el 1% de las afectadas pueden transformarse en malos]. Me dijeron que no eran peligrosos, pero tras dar a luz empezaron a crecer muy r¨¢pido y mi hijo [era el segundo que ten¨ªa] no quer¨ªa mamar de ese pecho¡±, relata esta mujer de Tomelloso (Castilla-La Mancha) por tel¨¦fono. Seg¨²n relata, los m¨¦dicos lo achacaban a la subida normal de las hormonas, propias de las mujeres que han dado a luz: ¡°Pero luego, empec¨¦ a notarme otro bulto m¨¢s doloroso tirando hacia el costado de la mama [el otro estaba m¨¢s tirando al pez¨®n]. Hay mucha gente que piensa que el c¨¢ncer no duele, pero duele¡±.
¡°Yo intu¨ªa que algo me pasaba, lo sab¨ªa, lo notaba, pero todas las pruebas que me hac¨ªan daban que no era malo... pero yo no pod¨ªa parar de sentir que no era cierto¡±, prosigue Jim¨¦nez. Finalmente, y tras conseguir que le hicieran una biopsia, una mamograf¨ªa y una ecograf¨ªa, descubri¨® que, efectivamente, era maligno. ¡°Recuerdo que me llamaron del hospital para decirme que me pasara. Les dije que estaba trabajando y ellos me contestaron que fuera en cuanto pudiera¡±. Al llegar al hospital, Jim¨¦nez vio a gente mayor a su alrededor y no pudo evitar pensar que aquel era un sitio donde se daban malas noticias. Ella se repet¨ªa: ¡°No pasa nada, siempre me han dicho que no era nada...¡±, pero todo cambi¨® cuando entr¨® a la consulta. ¡°Montse, ?has venido sola?¡±, le pregunt¨® el m¨¦dico, que curiosamente era el mismo que hab¨ªa llevado su embarazo. Y ah¨ª, en ese momento, se le vino el mundo abajo: ¡°Me dijo que ten¨ªa c¨¢ncer de mam¨¢. Fue el peor d¨ªa de mi vida; estaba en shock y no paraba de pensar que ten¨ªa dos hijos, uno de cinco a?os y mi beb¨¦, que me iba a morir y que el primero me iba a recordar, pero el segundo, mi beb¨¦, no lo har¨ªa¡±.
Esto ocurri¨® el 17 de julio de 2014. Jim¨¦nez recuerda que le dieron un mont¨®n de papeles para las pruebas y ella segu¨ªa paralizada. ¡°Algo que no he podido olvidar es que recuerdo estar llorando de forma desconsolada, y que nadie me preguntara, nadie me explicara, nadie se acercara, nadie me abrazara¡±, explica con dolor. ¡°Aunque llam¨¦ a mi marido para dec¨ªrselo, ¨¦l se ten¨ªa que quedar con los ni?os. Mi hermana y mi sobrina fueron al hospital, pero yo ya me hab¨ªa ido. No s¨¦ c¨®mo logr¨¦ coger el coche y llegar a mi casa... Me ayudaron a salir del coche, estaba paralizada. Recuerdo que cuando vi a mis peque?os solo quer¨ªa olerles, guardarme ese olor¡±.
El diagn¨®stico final fue de dos carcinomas ductales infiltrantes invasivos en la mama izquierda, de cuatro y tres cent¨ªmetros. Uno de ellos, HER2+, promueve el crecimiento de las c¨¦lulas cancerosas. Para combatir la enfermedad, Jim¨¦nez ha tenido que pasar por una mastectom¨ªa bilateral, con reconstrucci¨®n posterior, y varios ciclos de quimioterapia. Reconoce que, durante todo el proceso, dud¨® si contarle o no a su hijo de cinco a?os que ten¨ªa c¨¢ncer: ¡°Al principio prefer¨ªa esconderlo, pero ¨¦l se estaba dando cuenta de que algo malo pasaba, y decidimos dec¨ªrselo, adaptando la informaci¨®n a su edad y lenguaje, y fue todo mejor¡±. Explica que, cuando empez¨® a quedarse calva, su marido se afeit¨® la cabeza ¡°y mi hijo tambi¨¦n quer¨ªa hacerlo, pero como era tan peque?ito, no le dej¨¦¡±. Tambi¨¦n recuerda que cuando, tras el primer ciclo de quimio, se tuvo que quedar ingresada unos cinco d¨ªas, su hijo apareci¨® en la habitaci¨®n y le dijo: ¡°Vamos a darle ca?a al bicho¡±. ¡°Fue entonces cuando mir¨¦ por la ventana y pens¨¦: Hace un d¨ªa precioso... Esto no va a poder conmigo. Voy a luchar¡±.
Jim¨¦nez reconoce que ha sido afortunada porque ha contado con el apoyo de su familia, sus compa?eros de trabajo y sus amigos, ¡°aunque es cierto que a veces te sobran¡±. En cuanto a sus hijos, reconoce que les observaba por la noche, les ol¨ªa, ¡°intentaba llorar cuando ellos dorm¨ªan, y luego me levantaba y me pon¨ªa en marcha¡±. ¡°El c¨¢ncer te jode toda la vida, la social, la laboral y la econ¨®mica. Poco se habla de la ruina que es padecer esta enfermedad¡±, a?ade. A pesar de todo el dolor, el sufrimiento y las secuelas que padece, que la impiden trabajar, esta mujer cuenta que lo que le ha ense?ado el c¨¢ncer es que ¡°realmente no tenemos control sobre nuestra vida; te ense?a a banalizar los miedos que ten¨ªas antes¡±. ¡°Ha sido una bofetada en la cara. Ahora no hago planes de futuro, vivo el instante, el momento inmediato¡±. Una sensaci¨®n que le llev¨® a escribir un libro: ¡°Se titula ?Por qu¨¦ yo?, y la respuesta es clara para m¨ª: porque ten¨ªa que ser yo¡±.
La importancia de la investigaci¨®n
¡°Evidentemente la investigaci¨®n es esencial¡±, prosigue Jim¨¦nez. ¡°En los tiempos que corren, los avances que tenemos son gracias a los estudios, pero tambi¨¦n es muy curioso que por m¨¢s investigaci¨®n que hay, seguimos estando igual¡±. ¡°Recuerdo, por ejemplo, cuando Mariano Barbacid present¨® por primera vez, en los premios de Fundaci¨®n CRIS, sus avances sobre el c¨¢ncer de p¨¢ncreas; all¨ª nos explic¨® que ten¨ªa un driver con m¨¢s de 500 tumores, pero que solo hab¨ªa tratamiento efectivo para nueve de ellos. Aunque exist¨ªan m¨¢s tratamientos eficaces, estos no erradicaban los tumores¡±, explica. Todo eso la llev¨® a reflexionar por qu¨¦ el c¨¢ncer sigue, a d¨ªa de hoy, imparable, a pesar de todos los tratamientos e investigaci¨®n que hay.
¡°Es muy importante que se investigue¡±, prosigue, ¡°pero no solo sobre una patolog¨ªa concreta. La investigaci¨®n deber¨ªa ser m¨¢s profunda y abrir m¨¢s las miras. Yo rompo una lanza por los tumores metast¨¢sicos, porque est¨¢n en tierra de nadie, e intentar contestar preguntas como: ?Por qu¨¦ se producen esas met¨¢stasis tan r¨¢pido? ?Qu¨¦ podemos hacer para reducirlas? O sea, no solo saber c¨®mo actuar frente a un tumor, en estos casos, por ejemplo, sino c¨®mo podemos conseguir darles m¨¢s tiempo y calidad de vida a estos pacientes¡±.
Jim¨¦nez quiere resaltar que, con la pandemia, los pacientes oncol¨®gicos han pasado a un segundo plano. Y ahora hay un caos brutal, ¡°much¨ªsima gente diagnostic¨¢ndose y much¨ªsima gente haci¨¦ndolo tarde¡±. ¡°Creo que es esencial estudiar con m¨¢s profundidad los tumores metast¨¢sicos, que se dan tambi¨¦n en el caso del de mama. Es muy importante analizar el origen de por qu¨¦ enfermamos¡±.
Esta mujer considera que es fundamental encontrar el origen: ¡°Si lo hici¨¦ramos, nos ahorrar¨ªamos muchas cosas de las que pasan. La investigaci¨®n es fundamental, es el futuro, sin ella no tenemos posibilidades. Un tumor HER2 positivo, hace varios a?os, no ten¨ªa cura. La mujer estaba abocada a fallecer s¨ª o s¨ª. Sin embargo, ahora (y gracias a la investigaci¨®n) hay tratamientos dirigidos, tratamientos diana que localizan esas c¨¦lulas cancer¨ªgenas que se han podido escapar a otros ¨®rganos, las encuentra y las elimina sin da?arlos. En definitiva, sin investigaci¨®n, no hay vida¡±, concluye esta mujer.
El c¨¢ncer de mama en Espa?a
En 2020, se diagnosticaron en Espa?a 34.088 casos de c¨¢ncer de mama, siendo el tipo m¨¢s frecuente de tumor maligno entre las mujeres, por delante del colorrectal, de ¨²tero, de pulm¨®n y de ovario, seg¨²n datos del Sistema Europeo de Informaci¨®n del C¨¢ncer (ECIS, por sus siglas en ingl¨¦s). La tasa de incidencia es de 132 casos por cada 100.000 habitantes y la probabilidad de desarrollarlo se sit¨²a en una de cada 10 mujeres, aunque la tasa de supervivencia alcanza el 80%, seg¨²n explica la Fundaci¨®n CRIS, organizaci¨®n que apuesta por la investigaci¨®n para mejorar la calidad de vida de los pacientes y buscar nuevas y efectivas t¨¦cnicas para combatir estos tumores. La edad de aparici¨®n habitual es de los 35 a los 80 a?os, aunque la franja entre 45 y 65 es la m¨¢s afectada: se trata del tramo de edad que coincide con los periodos de cambios hormonales producidos por la peri y posmenopausia, informa GEICAM, investigaci¨®n del c¨¢ncer de mama. Este martes 19 de octubre se celebra el D¨ªa Internacional de la lucha contra el C¨¢ncer de Mama.
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