¡®M¨¢s puta que las gallinas¡¯, el irreverente ¨¢lbum ilustrado para reflexionar con adolescentes sobre el lenguaje machista
El c¨®mic aborda varias ¡®animaladas machistas¡¯ del idioma y est¨¢ dirigido a lectores a partir de 13 a?os. Con texto de Luis Amavisca, est¨¢ cargado de humor ¨¢cido y unas atractivas ilustraciones de Sonia Pulido
¡°M¨¢s puta que las gallinas¡±, ¡°M¨¢s pintada que una mona¡±, ¡°M¨¢s salida que una gata en celo¡±, ¡°Hija de perra¡±, ¡°lagarta¡±, ¡°pare como las conejas¡±¡ Todos estos insultos machistas (y muchos m¨¢s) con animales hembras como protagonistas dan forma a M¨¢s puta que las gallinas y otras animaladas machistas, el irreverente ¨¢lbum ilustrado recientemente publicado por la editorial nubeOCHO dentro su colecci¨®n nubePimienta, dirigida a lectores y lectoras a partir de 13 a?os. Con un breve texto de Luis Amavisca carga...
¡°M¨¢s puta que las gallinas¡±, ¡°M¨¢s pintada que una mona¡±, ¡°M¨¢s salida que una gata en celo¡±, ¡°Hija de perra¡±, ¡°lagarta¡±, ¡°pare como las conejas¡±¡ Todos estos insultos machistas (y muchos m¨¢s) con animales hembras como protagonistas dan forma a M¨¢s puta que las gallinas y otras animaladas machistas, el irreverente ¨¢lbum ilustrado recientemente publicado por la editorial nubeOCHO dentro su colecci¨®n nubePimienta, dirigida a lectores y lectoras a partir de 13 a?os. Con un breve texto de Luis Amavisca cargado de humor ¨¢cido y unas coloridas y atractivas ilustraciones con clara est¨¦tica pop art de Sonia Pulido, Premio Nacional de Ilustraci¨®n, el ¨¢lbum invita a la reflexi¨®n sobre la utilizaci¨®n machista que hacemos de un idioma, el castellano, que como afirma Susana Guerrero Salazar, catedr¨¢tica de Lengua Espa?ola de la Universidad de M¨¢laga y experta en lenguaje machista, ¡°en s¨ª no es ni bueno ni malo, sino que tiene unos usos ling¨¹¨ªsticos que son el reflejo de la sociedad machista en la que vivimos¡±.
Cuenta por tel¨¦fono a El Pa¨ªs Luis Amavisca que M¨¢s puta que las gallinas y otras animaladas machistas tiene su origen en un t¨ªtulo anterior de la colecci¨®n, La perra, la cerda, la zorra y la loba, que part¨ªa del planteamiento de una cuesti¨®n: ?por qu¨¦ las animales hembras no tienen protagonismo en la literatura infantil? ¡°Llevamos a?os pujando por tener m¨¢s ni?as en los libros infantiles y muchas editoriales lo estamos consiguiendo, pero cuando se trata del mundo animal vemos que libros que en Inglaterra o EE UU est¨¢n protagonizados por animales de g¨¦nero neutro, al traducirlos al espa?ol y tener que darles un g¨¦nero en la mayor¨ªa de las ocasiones se opta por el g¨¦nero masculino¡±, denuncia el autor, que considera que esto se debe fundamentalmente a una cuesti¨®n profundamente machista: que muchas editoriales siguen pensando que si el protagonista de un libro es un ni?o o un animal macho, el libro se va a vender m¨¢s porque a las ni?as no les importa sentirse identificadas con un macho. ¡°Tenemos muchos perros en la literatura infantil, pero perra ninguna, porque ¡°perra¡± suena mal y tiene connotaciones negativas. Con las cerdas pasa lo mismo. F¨ªjate que en Espa?a, que se traduce todo, Peppa Pig es Peppa Pig, no ha habido narices para llamarle Peppa la cerda¡±, argumenta.
De esa primera denuncia surgi¨® este segundo t¨ªtulo, a su modo una segunda denuncia, con el que Amavisca reconoce que quieren provocar una reflexi¨®n en la sociedad desde la sonrisa. ¡°Buscamos que el libro te haga re¨ªr, pero que a la vez te chirr¨ªe mucho y te deje una sensaci¨®n desagradable al ver que esos insultos siguen existiendo y se siguen utilizando mucho¡±, afirma.
Unos insultos que, como destaca el autor, por un lado, en muchos casos no tienen ning¨²n soporte que los respalde. ??Qu¨¦ poco conocimiento ten¨¦is de la naturaleza! El le¨®n es quien tiene melena, ?no yo! Y ¨¦l es el rey¡?, se queja amargamente una leona como respuesta al cl¨¢sico insulto ¡°tiene los pelos como una leona¡±. Por otro, son insultos que, a poco que reflexion¨¢semos nos har¨ªan darnos cuenta de que menosprecian a las madres, mujeres, hermanas, amigas, t¨ªas o primas de quienes los usan. Imperdible en ese sentido la escena del perro en el div¨¢n de la psic¨®loga que sirve para ilustrar el insulto ¡°hija de perra¡±: ?Me estaba diciendo¡ ?Qu¨¦ tipo de perra es su madre??. Y que, por ¨²ltimo, denotan la carga machista cuando se compara lo que simbolizan las versiones macho de esas animales hembras que son utilizadas para proferir insultos. ¡°En el caso del zorro y la zorra se ve muy claro. El zorro es el astuto. Pero la zorra, una mujer astuta, es una prostituta, una mujer que se acuesta con muchos hombres. Lo mismo pasa con las gallinas y los gallos. En el caso del corral es cierto que es un gallo el que fecunda a muchas gallinas, pero ?por qu¨¦ son putas ellas y no ¨¦l, que es el que se acuesta con todas?¡±, se pregunta el autor.
Su opini¨®n la comparte Susana Guerrero Salazar, que considera que esta diferencia en los significados metaf¨®ricos que se les otorga a los animales en funci¨®n de su g¨¦nero est¨¢ muy relacionada con el prestigio hist¨®rico de lo masculino y el desprestigio de lo femenino. ¡°De este modo, si queremos insultar a un var¨®n, el efecto ser¨¢ mayor si lo hacemos en femenino. Es, sin duda, m¨¢s denigrante para ¨¦l catalogarlo de puerca, guarra o cerda que con sus correspondientes masculinos (puerco, guarro o cerdo). Adem¨¢s, si queremos humillar a un hombre le decimos que es como una mujer (nenaza). Y si queremos cuestionar su hombr¨ªa le decimos maric¨®n o marica, t¨¦rminos que proceden del sustantivo mar¨ªa, nombre que nos representa a todas las mujeres en lengua espa?ola¡±, reflexiona antes de lamentar que se hayan normalizado todos estos insultos del mismo modo en que se han normalizado otro tipo de expresiones sexistas y refranes como ¡°bailar con la m¨¢s fea¡±, ¡°A la mujer y a la mula, vara dura¡±, ¡°A la mujer b¨²scala delgada y limpia, que gorda y guarra ella se volver¨¢¡± o ¡°La mujer en casa y el hombre en la plaza¡±.
M¨¢s puta que las gallinas y otras animaladas machistas es una lectura que Luis Amavisca considera ¡°interesant¨ªsima¡± para abordar en el aula con ni?os y ni?as mayores de 13 a?os o en el hogar con j¨®venes incluso un poco menores: ¡°Un ni?o o una ni?a con 12 a?os que tenga suficiente madurez puede abordarlo. Est¨¢ claro que no queremos que nuestros hijos digan insultos, pero este libro sirve para explicar todas las connotaciones que tienen muchos de esos insultos¡±.
Para Susana Guerrero Salazar este tipo de ¨¢lbumes abordan temas que hay que tratar en el aula, aunque personalmente considera que ese abordaje debe realizarse ¡°con tacto¡±, intentando que ni las chicas ni los chicos se sientan agredidos y a?adiendo tambi¨¦n la explicaci¨®n de aquellas expresiones estereotipadas que tampoco dicen bien de los hombres y que tanto da?o hacen al g¨¦nero masculino como, por ejemplo, ¡°ser un calzonazos¡± o ¡°los machotes no lloran¡±. ¡°Hay que explicar tambi¨¦n que es al hombre al que se le suele insultar de ser ¡°una gallina¡± cuando es un cobarde, ya que seg¨²n el estereotipo masculino debe ser valiente¡±, ejemplifica la catedr¨¢tica, que considera que este tipo de libro requiere de ¡°docentes que sepan llevar al alumnado al fondo de la cuesti¨®n¡± para que el mensaje del libro no quede meramente en lo chistoso e irreverente: ¡°La reflexi¨®n debe ser que todos, mujeres y hombres, salimos perdiendo en un mundo desigual y basado en estereotipos sexistas¡±, concluye.
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