Para combatir el machismo, la educaci¨®n en casa es esencial
La tarea para frenar esta lacra es ingente. Tiene que empezar en la familia ya que los ni?os aprenden por imitaci¨®n
Tenemos unas cifras de malos tratos a mujeres y asesinatos que escandaliza. Ponemos mucho ¨¦nfasis en las leyes y, tengo la sensaci¨®n, que dejamos muy hilvanada la cuesti¨®n educativa en la infancia, el origen de todas las personalidades adultas. ?De qu¨¦ sirven leyes ejemplares cuando la mujer ya est¨¢ muerta? ?De qu¨¦ sirven condenas ejemplares si el machismo sigue campando a sus anchas?
La educaci¨®n falla porque hay muchas, demasiadas cosas, que pasamos por alto y con las que no nos ponemos lo suficientemente serios. Y ah¨ª los padres, cuando nos toca educar, tenemos mucho que hacer porque la responsabilidad es enorme. No se nace maltratador ni se nace machista, se aprende por imitaci¨®n. Principalmente en casa. Y tanto de la madre como del padre.
Soy madre de dos ni?as peque?as. Mi tarea con respecto a ellas consiste b¨¢sicamente en que crezcan felices, sanas mental y f¨ªsicamente y con criterio, con capacidad para tomar sus propias decisiones cuando sean adultas. Es una de las bases de la libertad: saber elegir y asumir los errores en el caso de que los haya. El problema es que aprender a tomar decisiones no se improvisa, se aprende practicando. Para trabajar ese criterio, las tengo que dejar escoger cuando es infinitamente m¨¢s c¨®modo hacerlo por ellas. Dejar que los ni?os vayan tomando decisiones es importante para formarles en criterio. Y me gustar¨ªa dejar claro (hay que explicarlo siempre todo en los tiempos que corren) que no les dejo que se suban a la ventana para ver qu¨¦ se experimenta si se caen al vac¨ªo, pero s¨ª les permito tomar otras peque?as decisiones en el d¨ªa a d¨ªa. Como elegir su ropa, escoger entre bajar a jugar al jard¨ªn o quedarse en casa jugando y dibujando, dejando que elijan qu¨¦ actividades extraescolares quieren hacer e, incluso, dentro de un men¨² equilibrado, muchos d¨ªas les doy la oportunidad de escoger entre dos platos para la cena. Creo que fomentar en un ni?o la capacidad de elecci¨®n, les har¨¢ ser adolescentes y adultos mucho m¨¢s asertivos cuando alguien les agreda o interfiera en sus sentimientos. Aprender a decidir tambi¨¦n supone aprender a decir no.
Claro que no basta con que lo hagamos algunos padres. Los dem¨¢s tambi¨¦n deben hacerlo. Recuerdo un d¨ªa que la mayor estaba en un cumplea?os. Un ni?o de su curso (que se empe?a en que ella tiene que ser su novia cuando ella no tiene el m¨ªnimo inter¨¦s), le estaba dando la lata con que le diera un beso. Ella se negaba. El ni?o, erre que erre y, cuando vio que por las buenas no lo consegu¨ªa, entonces decidi¨® hacerlo a las bravas y la cogi¨® para plantarle un sonoro beso en la mejilla. Yo estaba observando desde lejos sin querer intervenir, quer¨ªa saber qu¨¦ recursos tendr¨ªa ella. Finalmente, mi hija vino hacia m¨ª llorando y diciendo que ese ni?o le hab¨ªa ¡°roto el cuello¡± (esa era la manera de expresar el da?o que le hab¨ªa hecho). Enseguida intervinimos las dos madres y, para mi sorpresa, la madre del ni?o le explic¨® a la m¨ªa que es que su hijo hab¨ªa hecho eso ¡°porque te quiere mucho¡±. Fui cobarde y no cog¨ª a la madre a solas despu¨¦s del incidente para explicarle que cuando una persona dice no, es no. Me da igual que sea una mujer que un hombre. Y que querer mucho no implica obligar a la otra persona a que te bese. De hecho, no implica a nada.
Me fui muy inquieta del cumplea?os. Por un lado estaba horrorizada y por el otro sent¨ªa una especie de miedo a ser una exagerada. Y esto ¨²ltimo me pasa porque todav¨ªa persiste en la sociedad la idea de que muchas dramatizamos actitudes que son, aparentemente, ¡°normales¡±.
Desde luego las leyes tienen que ser las que velen siempre por los intereses de los ciudadanos, pero ?por qu¨¦ no nos centramos de verdad en el origen? Todos somos el resultado de nuestras educaciones. Y cuando hablo de educaci¨®n me refiero a la familia, no al colegio (que es ense?anza y tambi¨¦n importa). Si no desterramos frases y creencias de ra¨ªz, nunca jam¨¢s acabaremos con el machismo. Padres y madres debemos trabajar tanto si tenemos ni?os como si tenemos ni?as. El machismo tambi¨¦n se da entre las mujeres y de una manera todav¨ªa m¨¢s ofensiva, si cabe.
?Se han parado a leer los comentarios en las redes sociales sobre la desaparici¨®n de Diana Quer? ?O los que se hicieron tras la violaci¨®n de Pamplona? Muchos se centran en culpabilizar a la v¨ªctima en lugar del agresor. En hacerla responsable de lo que le ha sucedido: Que a qui¨¦n se le ocurre ir con desconocidos, que hay que ver si habr¨ªa bebido o no, que sabe Dios si ser¨¢ verdad porque (este es el peor y hay art¨ªculo por ah¨ª circulando) ¡°cuando las navarras o las vascas te dicen que s¨ª, ten cuidado porque cuando se les pasa el pedo, entonces se dan cuenta de lo que han hecho y te denuncian por violaci¨®n¡±, que f¨ªjate c¨®mo iba vestida, as¨ª no me extra?a que la violen, si es que va pidiendo guerra...¡± ?Qu¨¦ educaci¨®n han recibido quienes piensan as¨ª?
La educaci¨®n es un camino largo, a veces dif¨ªcil, pero tiene que ser siempre en la misma l¨ªnea. Si estamos horrorizados con el machismo, no podemos seguir educando a los m¨¢s peque?os con estereotipos como ¡°los chicos no lloran, eso es de mariquitas, para estar bella hay que sufrir, ese deporte es de chicos, las mu?ecas son de ni?as¡la lista es interminable. Esto en la infancia, pero en la adolescencia el discurso tampoco tiene desperdicio. ?Acaso no es una frase de madres la de tienes que hacerte respetar y por eso no te puedes ir a la cama con un chico en la primera cita? Siempre he encontrado en ese discurso algo perverso. Porque lo que se persigue con ese consejo no es un respeto emocional, sino de pureza, de virginidad, como si una mujer que no lo sea ya no puede ser tomada en serio. Se persigue un enga?o, un, hasta que no me pongas el anillo o me ofrezcas garant¨ªas, no te doy mi cuerpo. Me parece una manipulaci¨®n de la sexualidad. Un te doy mi cuerpo a cambio de algo. Preferir¨ªa que las muchachas j¨®venes tuvieran en cuenta otras cosas mucho m¨¢s importantes como hacer respetar sus emociones y cuerpos pero por otros motivos que nada tienen que ver con esa idea de ¡°mujer que ya est¨¢ usada¡±.
La tarea educativa para frenar esta lacra del machismo es ingente. Y, o nos ponemos en serio manos a la obra o seguiremos lamentando cada a?o tantas muertes.
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