Elisa Mart¨ªn, poeta: ¡°Con los ni?os pensamos mucho en lo f¨ªsico, en que no se hagan da?o, pero no nos preocupamos del tiempo que pasan solos¡±
Investigadora y profesora universitaria, la autora acaba de publicar ¡®La belleza en la infancia¡¯, un libro sobre los primeros a?os de la vida, esos en los que los recuerdos vividos y contados son esenciales
Elisa Mart¨ªn Ortega (Valladolid, 42 a?os) es profesora de la Facultad de Educaci¨®n de la Universidad Aut¨®noma de Madrid e investigadora en el an¨¢lisis de la Lengua y la Literatura. Autora de varios libros de poes¨ªa, incluido un acc¨¦sit del Premio Jaime Gil de Biedma ¡ªgalard¨®n literario otorgado por la Diputaci¨®n de Segovia¡ª por su poemario Ensue?o, acaba de publicar La belleza en la infancia, un t¨ªtulo sobre los primeros a?os de la vida en los que los recuerdos propios y los contados por otros se entremezclan forjando un pasado ficcionado. Madre de dos hijos, Gabriele, de 11 a?os, y Adriano, de 8, comenz¨® en 2011 un blog, titulado La historia de Gabriele, con el objetivo de reflexionar sobre la infancia, de compartir experiencias y de ser la memoria de sus hijos en esos primeros a?os que, inevitablemente, no recordar¨¢n.
PREGUNTA. La belleza en la infancia es un recorrido sobre los cinco primeros a?os de vida. ?Por qu¨¦ le interes¨® escribir sobre esta etapa?
RESPUESTA. El libro forma parte de la colecci¨®n De la belleza, que son peque?os ensayos que buscan poner la mirada en la belleza de alg¨²n ¨¢mbito de la vida. El inter¨¦s por escribir sobre la infancia surgi¨® a ra¨ªz del nacimiento de mis hijos, as¨ª que no pod¨ªa separar el pensamiento sobre la infancia de mi propia experiencia subjetiva. La muestres o no la muestres, la experiencia subjetiva est¨¢ ah¨ª y yo decid¨ª mostrarla. As¨ª que opt¨¦ por hacer una mezcla entre el ensayo y una parte m¨¢s personal en la que se filtra mi propia infancia y la de mis hijos.
P. ?Han olvidado las personas adultas lo que es la infancia?
R. M¨¢s que un olvido yo dir¨ªa que lo que hay es una p¨¦rdida. Hay algo de nosotros que sabemos que fuimos, pero es algo con lo que ya no podemos conectar. Nos pueden contar c¨®mo ¨¦ramos, podemos tener recuerdos, pero ya no podemos sentir c¨®mo sent¨ªa ese ni?o que fuimos. El momento de tener hijos es muy especial porque te permite redescubrir algo que estuvo en ti y, al mismo tiempo, te pone de frente tambi¨¦n a c¨®mo se hicieron las cosas con nosotras mismas.
P. Cuando naci¨® su primer hijo, Gabriele, en 2011, usted decidi¨® guardar la memoria de sus primeros a?os de vida.
R. S¨ª, fue entonces cuando comenc¨¦ un blog con vocaci¨®n literaria en el que iba recogiendo sus recuerdos. Despu¨¦s lo continu¨¦ con Adriano, que naci¨® cuatro a?os despu¨¦s. He mantenido los recuerdos de mis hijos durante sus cinco primeros a?os. Mi objetivo era dejarles la memoria de lo que fueron sus primeros a?os de vida.
P. ¡°Necesitamos que los otros nos cuenten qui¨¦nes ¨¦ramos¡±, escribe. ?Se puede distinguir entre los recuerdos que se fabrican en la infancia y los que se han fabricado despu¨¦s con el relato de los otros?
R. Los primeros a?os de vida son lo que nos han contado. La historia que cada uno tenemos de c¨®mo nacimos, c¨®mo fue nuestra infancia, es muy importante por el impacto que tiene en c¨®mo nos definimos a lo largo de la vida. Los ni?os tienen mucha curiosidad, quieren saber, preguntan. La primera etapa de beb¨¦, en la que no se tiene acceso al lenguaje, es una etapa muy corporal por necesidad, ya que no se puede poner palabras a lo que nos pasa. Despu¨¦s hay un momento en el que el ni?o ya puede hablar y las personas adultas tomamos conciencia de su pensamiento. Esto es a partir de los tres o cuatro a?os, que es el momento en el que comienzan a hacerse preguntas. Los ni?os tienen un nivel de desarrollo mental grande a esa edad, son peque?os fil¨®sofos, pero al mismo no han dejado atr¨¢s el pensamiento m¨¢gico. Me parece fascinante c¨®mo pueden estar al mismo tiempo en ambos niveles.
P. Por eso dice que en la infancia la realidad es esa materia prima que se puede transformar en un juguete.
R. Esto surgi¨® a ra¨ªz de una conversaci¨®n con mi hijo en la que me dijo que todo lo que hay en el mundo es un juguete. Es algo que nos demuestran los ni?os todo el tiempo con su comportamiento: cualquier cosa que cogen la pueden transformar en un juguete. La realidad es una materia prima para jugar, para pensar¡ es un punto de partida para todo lo dem¨¢s, no es algo fijo que te limita.
P. ?Los adultos les dejan vivir la infancia?
R. Creo que nos ocupamos mucho de ellos, pero desde una mirada que no siempre les tiene en cuenta y no siempre entiende lo que es ser un ni?o. Ese era un poco mi prop¨®sito tambi¨¦n al escribir el libro. Veo que hay muchos relatos desde ¡°qu¨¦ me pasa a m¨ª cuando soy madre¡±, y est¨¢ bien, pero tenemos muy poco desde el punto de vista del ni?o. Siento que nos falta comprensi¨®n sobre qu¨¦ necesita, qu¨¦ piensa, qu¨¦ siente un ni?o. Nos hace falta una mayor conexi¨®n con lo que es la infancia, muchas de las cosas que hacemos con los ni?os est¨¢n desconectadas de sus necesidades.
P. ?D¨®nde est¨¢ la frontera entre protecci¨®n y desprotecci¨®n?
R. Querer proteger a los ni?os es normal, es algo muy humano, y los adultos tenemos ese deber, pero, ?qu¨¦ es proteger? Nos preocupamos por cosas que no deber¨ªan preocuparnos, y no damos importancia a otras de las que deber¨ªamos estar m¨¢s pendientes. Creo que pensamos mucho en lo f¨ªsico: que no se hagan da?o, que no se caigan¡ Pero no nos preocupamos de qu¨¦ es lo que ven nuestros hijos, el tiempo que pasan solos o el acceso que tienen a ciertos contenidos. Y, adem¨¢s, ocurre que hoy codificamos continuamente lo que les pasa a trav¨¦s de la inteligencia emocional, que tan de moda se ha puesto y que tanta espontaneidad le resta a la vida. Ha calado que debemos ser unos coaches de nuestros hijos.
P. ?Est¨¢ la sociedad acostumbrada a que le den todo muy hecho y quiz¨¢s los adultos no tienen ni idea de c¨®mo hacerlo con los ni?os?
R. Al final yo creo que todo eso nos aleja cada vez m¨¢s porque lo que tenemos en la cabeza continuamente es lo que tengo que hacer y no conectamos realmente con lo que les est¨¢ pasando o con lo que necesitan nuestros hijos. Hay un bombardeo constante de expertos y se generan un mont¨®n de demandas de supuestos problemas que muchas veces no son m¨¢s que cosas normales de la crianza.
P. ?Falta tiempo compartido con los ni?os m¨¢s pausado?
R. Es fundamental pensar en el tiempo. En este momento estoy leyendo el ¨²ltimo libro del fil¨®sofo coreano Byung-Chul Han y me ha llevado a pensar que con los ni?os hay que poder permitirse perder el tiempo. No hay que estar siempre haciendo algo, ya sean extraescolares, actividades de ocio o manualidades. Deber¨ªamos pensar m¨¢s en no hacer nada, simplemente en estar. Disfrutar de momentos sin planificar, ni tener objetivos, ni ser un entretenimiento.
Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.