De Quijote a Garc¨ªa M¨¢rquez, un paseo virtual con Salman Rushdie
El novelista describe su conexi¨®n con la literatura de habla hispana durante la presentaci¨®n de su novela en la edici¨®n digital del Hay Festival de Quer¨¦taro
?Qu¨¦ puede salir de un consagrado escritor indio escribiendo sobre Quijote y Sancho como dos Easy Rider atravesando Estados Unidos? En lo literario, el fruto de la macedonia es la ¨²ltima novela de Salman Rushdie, Quijote, y en lo est¨¦tico, una de las perlas del Hay Festival de Quer¨¦taro en su versi¨®n digital, que sent¨® al novelista con la escritora mexicana Carmen Boullosa para que durante una hora hablaran de Cervantes, Shakespeare, Garc¨ªa M¨¢rquez, la literatura latinoamericana, el movimiento negro en Estados Unidos o la nueva masculinidad.
El autor de Hijos de la medianoche (1981) y Los versos sat¨¢nicos (1988) habl¨® de su ¨²ltima novela, una s¨¢tira contempor¨¢nea del cl¨¢sico de Miguel de Cervantes. En Quijote, Sam DuChamp, un novelista mediocre, crea el personaje de Quijote, un comerciante estadounidense obsesionado con la televisi¨®n y enamorado de una de las estrellas de la peque?a pantalla. Quijote emprende una traves¨ªa por los Estados Unidos junto con su hijo imaginario, Sancho, en busca de su amor.
La original combinaci¨®n sali¨® de una casualidad solo a la altura de uno de los escritores m¨¢s vendidos del mundo. Mientras preparaba el pr¨®logo de un libro ajeno, Rushdie reley¨® la obra de Cervantes y de ese cerillo surgi¨® su ¨²ltima novela, revel¨® el escritor indio. ¡°Yo quer¨ªa escribir una novela de un viaje a trav¨¦s de los Estados Unidos y antes de empezar tuve que releer El Quijote y de ah¨ª sali¨® esta mezcla. En realidad, no sab¨ªa c¨®mo iba a ser mi protagonista pero quer¨ªa que fuera en motocicleta y que incluyera algo de la relaci¨®n entre padres e hijos¡±, explic¨®.
En su libro, Quijote y Sancho son morenos y de origen hind¨², pero el escudero y el hidalgo tienen, en esta ocasi¨®n, una relaci¨®n que compar¨® con Pinocho. ¡°En mi libro Sancho no es Sancho, sino el hijo que Quijote quiere tener porque tiene necesidad de ello. Sancho es un personaje que se retroalimenta de quien tiene al lado y, en este caso, es como Pinocho, una figura creada en madera por un padre que desea tener un hijo¡±.
?Y c¨®mo se acerca alguien a un libro como El Quijote? ?Puede enamorarse un consagrado escritor de una de las obras maestras de la literatura universal? Pues depende de la traducci¨®n y de Carlos Fuentes, respondi¨® Rushdie. ¡°La primera vez que le¨ª El Quijote fue durante mi ¨¦poca universitaria pero ten¨ªa una traducci¨®n muy sosa. Y yo le dec¨ªa a mis amigos ¡¯no lo entiendo: ?por qu¨¦ es esta una obra tan grandiosa?¡¯. Pero cuando conoc¨ª a Carlos Fuentes me hizo llegar una versi¨®n del siglo XIX del ingl¨¦s y los personajes comenzaron a cobrar vida. Fuentes trajo el libro a la vida para m¨ª¡±, se?al¨®.
El escritor, nacido en Bombay hace 73 a?os, reconoci¨® sus fuertes v¨ªnculos con la literatura latinoamericana en la que desembarc¨® de la mano Garc¨ªa M¨¢rquez y Carlos Fuentes. Luego llegaron sus viajes por Nicaragua, Argentina o M¨¦xico donde se enamor¨® de un mundo que le resultaba muy similar a su India natal. ¡°Cuando empec¨¦ a leer en espa?ol nunca hab¨ªa estado en Am¨¦rica Latina pero me parec¨ªa un mundo similar a India. Eran dos civilizaciones con pasado colonial fuerte, pero que impone su cultura local y que ha sufrido distintas dictaduras militares. En ambos lugares hay gran divisi¨®n entre ricos y pobres, un enfrentamiento entre campo y ciudad y donde la religi¨®n juega un papel importante. Hay un mundo similar en ambas partes. Cuando leo las historias de dictadores de Garc¨ªa M¨¢rquez, recuerdo a mis propios dictadores¡±, resumi¨®.
A pesar de que se inspir¨® en Shakespeare, Voltaire o Cervantes, el escritor indio detall¨® que el principal reto cuando se sienta al teclado es seguir utilizando t¨¦cnicas que han quedado desbordadas. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil para un escritor, en medio de esta realidad loca que nos toca vivir, es seguir usando t¨¦cnicas de la novela realista, porque el mundo ya no es realista sino fant¨¢stico¡±. Otro de los p¨¢nicos descritos tiene que ver con los a?os. ¡°Lo malo de ser escritor joven es que no sabes nada, te falta la educaci¨®n de la vida y tienes que fingir sabidur¨ªa. En cambio, cuando eres viejo, debes fingir energ¨ªa. El desaf¨ªo es combinar ambas cosas¡±.
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