¡°El penacho de Moctezuma tambi¨¦n es parte del ADN de los austriacos¡±
La directora del Museo de Historia de Arte de Viena defiende que es posible ¡°compartir¡± el tesoro mesoamericano ¡°sin moverlo¡± por su fr¨¢gil estado
Hace unos 500 a?os, un tocado emplumado, hecho con piezas de oro, sali¨® del territorio mexica y, de alguna forma que los expertos a¨²n no conocen con certeza, lleg¨® a Austria. ¡°El gran Moctezuma (...) dio cositas de oro y tres cargas de mantas de labores ricas de plumas¡±, dej¨® escrito el conquistador Bernal D¨ªaz de Castillo, que lleg¨® a esas tierras junto a Hern¨¢n Cort¨¦s en 1519. Aunque no es seguro que esa pieza, conocida como el penacho de Moctezuma, haya ido en ese cargamento. El recorrido que hizo el tesoro mesoamericano hasta llegar a la colecci¨®n del archiduque Fernando II, donde fue localizado casi 80 a?os despu¨¦s de que los espa?oles tomaran el imperio azteca, es todav¨ªa un misterio para los cient¨ªficos. Lo cierto es que cinco siglos m¨¢s tarde, el objeto se exhibe dentro de una vitrina sellada en Viena a m¨¢s 10.000 kil¨®metros del pa¨ªs norteamericano, como otras miles de antiguas piezas dispersas en el extranjero. Desde 2011, unos 45.000 mexicanos lo han visitado de forma gratuita, seg¨²n datos del museo.
El Gobierno mexicano ha reclamado en diferentes ocasiones la pieza arqueol¨®gica de enorme valor cultural y pol¨ªtico. La ¨²ltima vez fue el pasado 12 de octubre, cuando la historiadora Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller se lo pidi¨® al actual mandatario de Austria, Alexander Van der Bellen, encomendada por su esposo, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. El presidente reconoci¨® que recuperar el patrimonio ¡°expoliado¡± era una ¡°misi¨®n casi imposible¡± porque, seg¨²n ¨¦l, ¡°se lo han apropiado por completo¡±. ¡°Y es realmente una misi¨®n imposible, pero hay opciones para compartir el patrimonio cultural sin tener que moverlo¡±, defiende Sabine Haag, directora del Museo de Historia de Arte de Viena, del que depende el Museo del Mundo, donde permanece el tocado. Haag responde a EL PA?S desde Viena, junto al curador de las colecciones de Am¨¦rica del Norte y Central del Museo del Mundo, Gerard Van Bussel: ¡°Si lo mueves se da?ar¨¢ y nadie quiere eso¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ hace que el penacho sea tan fr¨¢gil?
Gerard van Bussel. En primer lugar, su antig¨¹edad: tiene probablemente m¨¢s de 500 a?os. Adem¨¢s, est¨¢ hecho principalmente de material org¨¢nico, como las plumas, y tiene m¨¢s de 1.500 peque?as piezas de oro y lat¨®n. Estos materiales org¨¢nicos e inorg¨¢nicos se friccionan entre s¨ª. En todos estos a?os se ha vuelto realmente fr¨¢gil.
P. ?Cu¨¢l es la importancia del penacho dentro de la colecci¨®n permanente del museo?
Sabine Haag. Es uno de los iconos del Museo del Mundo. Es muy popular. El antiguo penacho es quiz¨¢s el objeto dentro de la colecci¨®n.
P. ?Creen que podr¨¢ volver a M¨¦xico en alg¨²n momento?
Sabine Haag. Nuestra responsabilidad es cuidar la pieza y preservarla, ense?arla al p¨²blico, no solo a esta generaci¨®n, pero tambi¨¦n a generaciones futuras. Entre 2010 y 2012, el equipo binacional que estudi¨® el objeto estuvo de acuerdo en que, por ahora, salvo que puedas teletransportarlo, como en Star Trek, el artefacto no puede moverse. Hacemos lo mejor que podemos para publicitarlo y hacerlo accesible. Y lo hacemos en contacto con nuestros colegas y amigos en M¨¦xico, para compartirlo sin tener que moverlo.
P. ?Deber¨ªa regresar?
Sabine Haag. Esa es una pregunta diferente. La cuesti¨®n es: no puede moverse. Responder a esa pregunta ser¨ªa hablar de una posibilidad que no existe. Ni siquiera lo hemos trasladado hasta las galer¨ªas donde se expone la muestra sobre los aztecas [que se inaugur¨® este mes]. ?Has tenido la oportunidad de ver el original? Cuando te paras enfrente, es un momento m¨¢gico. Cuando miras el penacho a trav¨¦s del vidrio es posible ver su fragilidad.
Gerard van Bussel. Los riesgos son demasiado altos. En este momento, no podemos moverlo porque no podemos compensar las vibraciones por carretera, por aire o a trav¨¦s del Atl¨¢ntico. Las plumas est¨¢n verdaderamente desgastadas. Especialmente las largas plumas de quetzal, que son muy delicadas. Hicimos una vitrina especial para conservarlo y, por ejemplo, si hay un terremoto en Viena la caja compensa las vibraciones y el penacho no se mueve.
P. ?No podr¨ªa trasladarse dentro de esa caja a trav¨¦s del Atl¨¢ntico?
Gerard van Bussel. La caja est¨¢ incrustada en el piso.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa la mejor soluci¨®n en este caso?
Sabine Haag. El presidente de M¨¦xico habl¨® de una ¡°misi¨®n casi imposible¡± cuando introdujo la posibilidad de un pr¨¦stamo. Y es realmente una misi¨®n imposible, pero hay opciones para compartir el patrimonio cultural sin tener que moverlo. Porque si lo mueves se da?ar¨¢ y nadie quiere eso.
P. ?Qu¨¦ cuidados requiere?
Gerard van Bussel. No requiere demasiado. Hay que dejarlo solo, en paz. Miramos la temperatura, la humedad, la luz... todo. Todo se registra y en cuanto algo cambia podemos corregirlo. Pero a la mayor¨ªa de las piezas de museo es mejor dejarlas solas, en paz, y no moverlas. El penacho estuvo 200 a?os en una vitrina en el Castillo de Ambras, en Tirol. A principios del siglo XIX, fue trasladado Viena y exhibido en el Palacio de Belvedere. Realmente no se movi¨®. Y esa es quiz¨¢s una de las razones por las que sobrevivi¨®. Muchos otros penachos fueron tra¨ªdos a Europa en el siglo XVI. Han desaparecido porque fueron movidos y as¨ª se deterioraron.
Sabine Haag. El mayor trabajo de conservaci¨®n ya se ha hecho [entre 2010 y 2012]. Est¨¢ en el mejor estado en el que puede estar.
P. ?Qu¨¦ opinan sobre el revuelo medi¨¢tico y pol¨ªtico que caus¨® el pedido de pr¨¦stamo del penacho que hizo Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller?
Sabine Haag. No es una sorpresa que el penacho es muy especial para los ciudadanos mexicanos, como tambi¨¦n lo es para nosotros. La pieza ha estado en Europa por mucho tiempo, por m¨¢s de 450 a?os. Significa mucho para nuestro patrimonio cultural. Hacemos todo lo posible por compartirlo, para ense?arlo con orgullo, para contextualizarlo... Lamentablemente es el ¨²nico ejemplar que ha sobrevivido.
P. ?Qu¨¦ valor tiene para los austriacos?
Gerard van Bussel. Bueno, significa diferentes cosas para diferentes austriacos, por supuesto. Pero todo el mundo en Austria lo conoce porque aparece frecuentemente en los peri¨®dicos. Cuando el presidente mexicano lo reclam¨® todos los peri¨®dicos austriacos publicaron la noticia. Y no era la primera vez, frecuentemente hay discusiones sobre el penacho porque ha estado tanto tiempo aqu¨ª que se ha convertido en parte de la cultura de Austria tambi¨¦n. Es una de las piezas m¨¢s famosas de Viena.
Sabine Haag. El archiduque Fernando de Tirol fue el creador de una de las kunstkammer m¨¢s importantes, una c¨¢mara de las maravillas. La ten¨ªa en su castillo, cerca de Innsbruck. Tras su muerte, el penacho fue identificado en el inventario de su colecci¨®n, que fue publicado en 1596. Lleva m¨¢s de 400 a?os documentado en una colecci¨®n de ese tipo, en la que las piezas no europeas ten¨ªan un muy importante papel. Esa colecci¨®n se inici¨® a mitad del siglo XVI, cuando el mundo, m¨¢s o menos, estaba abierto a los europeos. Y por supuesto, esto tambi¨¦n es parte del patrimonio cultural de los austriacos, de su ADN, y de su historia. Esto es muy importante para entender que esta pieza, como otras piezas, forman parte de la identidad cultural de nuestro pa¨ªs. Lo vemos como una parte muy, muy importante del patrimonio cultural del mundo.
P. ?Austria ha devuelto piezas tan valiosas como esta en el pasado?
Gerard van Bussel. Ha ocurrido y ocurre, s¨ª. Tambi¨¦n hacemos eso. Por ejemplo, con Nueva Zelanda. No somos prisiones para los objetos. Si podemos, ayudamos a las comunidades a recuperar su patrimonio, si ellas quieren. Somos instituciones para preservar el arte. Todo el tiempo surgen discusiones y nuevas preguntas, y nosotros estamos abiertos.
Sabine Haag. Es un asunto muy complejo. No es tan simple como blanco o negro. Lo m¨¢s importante al afrontar esta cuesti¨®n es hablar con las comunidades, con el otro pa¨ªs. No siempre la ¨²nica soluci¨®n es devolver los objetos porque una vez que regresan a su pa¨ªs de origen dejan un vac¨ªo en la historia del coleccionismo, digamos, en Europa, o en Am¨¦rica, o donde sea. La misi¨®n de un museo es preservar, lo cual significa que tienes que tener las instalaciones. Creemos que el penacho todav¨ªa existe porque lo hemos cuidado. Este es un di¨¢logo que empez¨® hace ya un tiempo y no hay una ¨²nica respuesta que resuelve todas las preguntas.
P. ?Temen que si el penacho sale de Austria no regrese?
Sabine Haag. Bueno, no puede irse. Esa no es la pregunta. No una que el museo puede responder, porque el museo no es el due?o de la pieza. La due?a es la Rep¨²blica de Austria. Todos los objetos en el museo nos han sido entregados por el Estado junto con el permiso y la responsabilidad de cuidarlos, de ense?arlos, de publicitarlos, de investigar sobre ellos... pero no nos pertenecen. Tenemos que tomar muchas medidas para preservar el tocado, pero hacemos esto con cualquier otra pieza del museo. El resto de los aspectos no entran en nuestro campo de competencia.
P. No est¨¢ claro que el penacho haya pertenecido a Moctezuma. De hecho, algunos expertos consideran que podr¨ªa haber pertenecido a un sacerdote. ?Por qu¨¦ en M¨¦xico se conoce con ese nombre: el penacho de Moctezuma?
Gerard van Bussel. No podemos responder por todos los mexicanos. Hay muchos austriacos que lo llaman as¨ª tambi¨¦n. Pero no hay ninguna prueba, ninguna indicaci¨®n que se?ale que el penacho estaba conectado con Moctezuma. Aparece en 1596 en el palacio del archiduque Fernando II de Tirol, en un inventario. Eso es 75 a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de M¨¦xico-Tenochtitlan. No sabemos cu¨¢ndo ni c¨®mo lleg¨® hasta ah¨ª, no hay documentos. No sabemos c¨®mo se obtuvo. Entonces, no hay ninguna raz¨®n para conectarlo con Moctezuma, o Hern¨¢n Cort¨¦s, o Carlos V. Esas son solo historias.
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