¡°En Centroam¨¦rica nos gustan los caudillos¡±
El escritor salvadore?o Horacio Castellanos Moya reflexiona sobre el gusto hispanoamericano por el autoritarismo y las elecciones que consolidar¨¢n en el poder de El Salvador a Nayib Bukele
El escritor salvadore?o Horacio Castellanos Moya, nacido por azares de la vida en Tegucigalpa hace 63 a?os, termina su clase de literatura en la Universidad de Iowa y atiende v¨ªa telef¨®nica a EL PA?S cinco d¨ªas antes de las elecciones que consolidar¨¢n en el poder de El Salvador a Nayib Bukele. Sus reflexiones hablan de una derecha y una izquierda rebasadas por la Historia, de...
El escritor salvadore?o Horacio Castellanos Moya, nacido por azares de la vida en Tegucigalpa hace 63 a?os, termina su clase de literatura en la Universidad de Iowa y atiende v¨ªa telef¨®nica a EL PA?S cinco d¨ªas antes de las elecciones que consolidar¨¢n en el poder de El Salvador a Nayib Bukele. Sus reflexiones hablan de una derecha y una izquierda rebasadas por la Historia, del gusto hispanoamericano por el autoritarismo y de las elecciones del domingo que ungir¨¢n a Bukele como el nuevo l¨ªder regional de un modelo carente de manuales y necesitado de interpretaciones. La ola de entusiasmo que provoca Bukele en el pa¨ªs centroamericano, a quien Castellanos Moya compara con un Tirano Banderas milenial, son las respuestas de siempre a los problemas de siempre, seg¨²n el autor de libros como Insensatez o El asco, que el 18 de marzo presentar¨¢ en Espa?a Roque Dalton, correspondencia clandestina (Random House).
Pregunta: Bukele se vende como algo nuevo pero tiene ingredientes tan antiguos como el continente.
Respuesta: Es un personaje que irrumpe y significa el fin a una f¨®rmula agotada de alternancia en el poder entre Arena y el FMLN. Se trata de un bipartidismo que ya se hab¨ªa manifestado desde antes de la guerra entre una izquierda de origen comunista y una derecha de origen fascista, pero Bukele es un fen¨®meno nuevo. El presidente es tan joven que ni siquiera vivi¨® la guerra, ni tienen ni idea de lo que fue y, en ese sentido, es el fin de un sistema que se desmoron¨® por sus propios errores y latrocinio. Bukele es algo nuevo. Pero no es nuevo en el sentido de que ya pas¨® antes en otros lugares de Latinoam¨¦rica. Ch¨¢vez fue el producto del agotamiento de la socialdemocracia y la democracia cristiana. M¨¦xico es el derrumbe del PRI y del PAN. Bukele expresa una situaci¨®n de ¨¦poca, pero si le a?adimos los elementos mesi¨¢nicos de su personalidad, as¨ª como tiene una cosa novedosa, tambi¨¦n tiene mucho de viejo en t¨¦rminos hist¨®ricos.
P. ?Los personajes de algunas de sus novelas como Moronga (exguerrilleros emigrados a Estados Unidos) estar¨ªan muy despistados en El Salvador de hoy?
R. Absolutamente perdidos, estar¨ªan totalmente rebasados, no sabr¨ªan de qu¨¦ se trata porque es un cambio generacional. No s¨¦ si los rasgos de autoritarismo y regreso al pasado puede hacer que esos cambios no sean para bien porque es pasar por encima de la Historia sin tener en cuenta las lecciones que nos ha dejado. Factores como volver a meter al Ej¨¦rcito en la vida pol¨ªtica o tomarse la Asamblea con los soldados es entrar en una din¨¢mica de autoritarismo que aumentar¨¢ en estas elecciones con su victoria. Seguramente querr¨¢ cambiar la constituci¨®n para reelegirse porque es un hombre muy joven. Su figura tiene todos esos ingredientes de la historia pol¨ªtica latinoamericana que hacen de un hombre joven un anciano pol¨ªtico.
P. Ch¨¢vez ven¨ªa del pueblo, pero Bukele era representante de Yamaha, utiliza gomina, gafas de moda y es de buena familia¡ Nada que ver con el estereotipo centroamericano.
R. Eso le habla a usted de cu¨¢les son los traumas imaginarios de un pueblo. Si ¨¦l es tan popular es que no buscan a alguien parecido a ellos, sino que parezca que llega de la Costa Azul. Seguramente el anterior presidente (S¨¢nchez Cer¨¦n, del FMLN) ven¨ªa del pueblo donde era un profesor de primaria que se expresaba con dificultad, pero ahora hay una hipnotizaci¨®n que terminar¨¢ pasando.
P. Eso dec¨ªan del chavismo y lleva m¨¢s de 20 a?os en el poder.
R. Pero con otra base econ¨®mica. El Salvador no puede ser gobernado con independencia de las decisiones de Washington. Esa es una triste verdad.
P. Parece que Centroam¨¦rica es el caldo de cultivo perfecto para este tipo de l¨ªderes.
R. Se dan todos los ingredientes pero no es nueva esta estrategia. La guerra entre Honduras y El Salvador en 1969 fue una maniobra distractora para resolver problemas internos y despu¨¦s de eso lleg¨® la guerra civil. No veo lo nuevo en el planteamiento. Veo un grupo de gente que llega a gobernar con una nueva base social y una formaci¨®n diferente a la que ven¨ªa de la guerra civil pero finalmente, en los planteamientos pol¨ªticos y econ¨®micos, no veo nada nuevo.
P. ?De d¨®nde viene ese gusto tan hispanoamericano por el caudillismo?
R. Es una tradici¨®n tan vieja y tan intrincada que no tengo una explicaci¨®n. La literatura lo ha retratado desde Tirano Banderas. Lo cierto es que hay un componente autoritario de origen hist¨®rico enraizado en la cultura y relacionado con el mesianismo, que no s¨¦ si tiene que ver con el catolicismo o con qu¨¦, pero es cierto que hay un gusto por los caudillos en Centroam¨¦rica y por esa tendencia autoritaria que tambi¨¦n resurge en otros pa¨ªses.
P. Bukele calific¨® de ¡°farsa¡± los Acuerdos de paz. Ya no significan nada para una generaci¨®n. ?Ahora s¨ª ha terminado la guerra?
R. No ha entendido un siglo de historia del pa¨ªs. La guerra civil comenz¨® en 1932 con la insurrecci¨®n comunista y termin¨® en 1991 con los Acuerdos de paz. Son 60 a?os de conflicto y los siguientes 30 a?os posteriores a la guerra civil consistieron en deshilvanar la polarizaci¨®n pol¨ªtica pa¨ªs. ?l es posible gracias a eso y si no hubiera sido as¨ª nunca habr¨ªa llegado al poder. Durante estos a?os pasamos de una pol¨ªtica definida por el crimen a una pol¨ªtica definida por la pol¨ªtica y la convivencia democr¨¢tica. Sucedi¨® que esos protagonistas democr¨¢ticos se fueron autodestruyendo en el ejercicio del poder. Ahora vamos a ver si esa din¨¢mica autodestructiva no destruye tambi¨¦n al propio Bukele m¨¢s r¨¢pido que a los otros.
P. Esa forma de referirse a la paz, ?qu¨¦ sensaci¨®n personal le deja?
R. Me da tristeza y siento que vivimos en lo que Sergio Ram¨ªrez llama la rueda de la bicicleta porque en verdad los problemas esenciales son los mismos: violencia, pobreza, emigraci¨®n¡ La fuente de financiaci¨®n de El Salvador sigue siendo la misma, expulsar a la gente para que mande remesas desde Estados Unidos. En esencia los problemas son los mismos pero aparece alguien joven, bien plantado y bien crecido e hipnotiza a la gente con la habilidad de su discurso. Y esto se da tambi¨¦n en otros pa¨ªses.
P. Durante a?os la realidad de El Salvador pivotaba en torno a la violencia. Esta ha bajado notablemente, pero ahora miramos a las caravanas y la migraci¨®n...
R. Es que El Salvador vive de esto. Alguna vez, Estados Unidos, durante el periodo de George Bush amenaz¨® con cerrar las oficinas de Western Union por la candidatura de Chafik Handal, y la realidad es que colapsar¨ªamos en menos de tres d¨ªas.
P. En alg¨²n momento, el propio Bukele ha insinuado la posibilidad de exportar su modelo pol¨ªtico al resto de Centroam¨¦rica
R. S¨ª, pero a ver c¨®mo lo reciben los dem¨¢s.
P. Usted fue periodista. No corren buenos tiempos para la prensa en El Salvador...
R. Est¨¢ pasando en los pa¨ªses latinoamericanos donde han subido al poder l¨ªderes de perfil autoritario, con una base social beligerante y un esp¨ªritu mesi¨¢nico destinado a salvar la humanidad. Todos tienen esos tres componentes en com¨²n.
P. ?Se siente desplazado por la historia?
R. En mi caso he estado apartado de la pol¨ªtica. Pero lo que ha sucedido con mi generaci¨®n es que, cuando estaban en plena madurez, se han acabado. Nadie duda que Bukele ha surgido del voto popular y que Arena y el FMLN se comieron el capital pol¨ªtico de 30 a?os de bipartidismo que llev¨® a que cuatro expresidentes hayan sido procesados por desfalcos millonarios. Es innegable que los j¨®venes digan que esos viejos ladrones deben irse ya aunque las soluciones a eso ya son harina de otro costal (riendo).
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