La segunda muerte de Romero Deschamps
Lejos del sindicato desde 2019, el viejo l¨ªder petrolero sale ahora de Pemex ¡°por voluntad propia¡±, con la justicia pis¨¢ndole los talones
S¨ªmbolo de otro tiempo, la salida de Carlos Romero Deschamps de Pemex ha sentado al Estado mexicano en el div¨¢n. L¨ªder del todopoderoso sindicato petrolero por 26 a?os, de 1993 a 2019, hab¨ªa conservado su puesto de trabajo en Pemex, a pesar de los insistentes se?alamientos por corrupci¨®n, una constante en su vida. La salida del sindicato fue la primera muerte de un hombre que lo hab¨ªa sido todo. Hoy, muri¨® de nuevo. El presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha dicho este martes que el petrolero deja su empleo en la paraestatal de forma ¡°voluntaria¡±. Cierto o no, su salida abre un gran interrogante sobre la capacidad -y la voluntad- de la justicia para procesarle. La Fiscal¨ªa General de la Rep¨²bica (FGR) mantiene abiertas tres causas contra ¨¦l por presunto fraude, enriquecimiento il¨ªcito y lavado de dinero.
Romero Deschamps (Tampico, 1944) era el ¨²ltimo l¨ªder charro, ¡°un sindicalista corporativo a la vieja usanza, con pr¨¢cticas poco democr¨¢ticas y sin rendici¨®n de cuentas¡±, como escribe la investigadora Ana L¨ªlia P¨¦rez en un perfil dedicado al l¨ªder sindical, publicado en 2012. P¨¦rez, que le ha dedicado cuatro libros a Pemex y sus corruptelas, explica en entrevista que el poder de Romero Deschamps ¡°estaba por encima de los directores de la paraestatal, por encima incluso de los secretarios de estado, lo mismo con el PRI que con el PAN¡±. No por nada, el sindicalista pensaba quedarse de vacaciones hasta 2024, tiempo que compensaba su dedicaci¨®n incansable a los trabajadores petroleros. Su salida de Pemex ha dado al traste con sus planes.
Con m¨¢s de 100.000 afiliados, due?o absoluto del flujo petrolero, el sindicato se ha comportado a lo largo de las d¨¦cadas como un ¡°grupo de g¨¢nsteres, con traiciones, negocios y la pugna eterna por las dirigencias locales para pelear la dirigencia nacional¡±, a?ade P¨¦rez. En esa l¨®gica, el trabajo del sindicato ha consistido en exprimir a los trabajadores m¨¢s que en ayudarlos, partiendo de la unidad mafiosa, la venta de plazas, igual que ocurre por ejemplo en el gremio educativo. La diferencia es que el petr¨®leo siempre ha resultado m¨¢s lucrativo que los salones de clase.
Hijo de ferrocarrilero, Romero Deschamps se hizo petrolero a la sombra de la refiner¨ªa de Salamanca, en Guanajuato. Un primo le meti¨® a trabajar de eventual en 1969, empleo que luego consigui¨® hacer fijo. Apenas un muchacho, Romero Deschamps cay¨® bajo el ala de Joaqu¨ªn Hern¨¢ndez, alias La Quina, primer gran l¨ªder del sindicato, que se mantuvo al frente durante 31 a?os, de 1958 a 1989.
Carlos Ibarra, viejo petrolero de Reynosa, dice que Romero Deschamps empez¨® a ascender porque se convirti¨® en el chofer de La Quina. ¡°?Aquello era una dictadura, hombre!¡±, exclama, ¡°porque de acuerdo a los estatutos del sindicato, cada tres a?o deb¨ªan turnarse la dirigencia las zonas norte, centro y sur. Sin embargo, ni La Quina ni Romero Deschamps respetaron eso¡±.
La traici¨®n a La Quina
De La Quina hay recuerdos dispares. P¨¦rez dice que fue un hombre carism¨¢tico, como nunca lo fue Romero Deschamps. ¡°La Quina lleg¨® a ser muy pol¨¦mico por su poder, construy¨® todo el emporio del sindicato¡±, cuenta. Para Ibarra, la ¨¦poca de La Quina fue terrible. ¡°Nosotros formamos el Movimiento Nacional Petrolero en 1975¡±, recuerda Ibarra, en referencia a una facci¨®n disidente del sindicato, de la que todav¨ªa es el vicepresidente. ¡°En ese tiempo ya ped¨ªamos una democracia ah¨ª adentro, cese del trabajo esclavo, la venta de plazas, etc¨¦tera. Y tambi¨¦n que acabara el derecho de pernada: los trabajadores, para conseguir trabajo para sus hijos, ten¨ªan que llevarles primero a las hijas a los dirigentes¡±, cuenta.
La Quina cay¨® en el primer a?o de Gobierno de Carlos Salinas de Gortari. El motivo no parece claro, pero las autoridades lo detuvieron en su casa en 1989. Tanto P¨¦rez como Ibarra cuentan que Romero Deschamps lo traicion¨®. Con m¨¢s detalle, P¨¦rez explica que Romero Deschamps llam¨® a la mansi¨®n de su jefe horas antes de la detenci¨®n, solo para comprobar que estaba en casa.
A la ca¨ªda de La Quina, Romero Deschamps a¨²n tuvo que aguardar unos a?os. La dirigencia del sindicato ten¨ªa muchas novias y los pretendientes hab¨ªan esperado d¨¦cadas una oportunidad. Un petrolero jubilado, Sebasti¨¢n Guzm¨¢n, lleg¨® a la direcci¨®n, pero su mandato fue breve por culpa de la diabetes. En 1993, Romero Deschamps se alz¨® al frente del sindicato.
Ibarra guarda malos recuerdos tambi¨¦n de esa ¨¦poca. En diciembre de ese a?o, la elecci¨®n fraudulenta del l¨ªder sindical de la secci¨®n 24 del sindicato, con sede en Salamanca, acab¨® a los golpes. Incluso hubo un muerto. ¡°No hubo ning¨²n cambio con su llegada, porque no se autorizaron las asambleas con voto secreto para la elecci¨®n de los l¨ªderes sindicales¡±, se?ala.
El desencanto del viejo petrolero rivaliza en tama?o con los esc¨¢ndalos en los que se ha visto envuelto Romero Deschamps a lo largo de los a?os. Quiz¨¢ uno de los m¨¢s c¨¦lebres sea el Pemexgate, el esquema de triangulaci¨®n de cientos de millones de pesos de Pemex a la campa?a del PRI en 2000, a trav¨¦s del sindicato. ¡°Pemex era la caja chica del gobierno en turno¡±, critica P¨¦rez. ¡°Para todo lo que se quer¨ªa hacer sin rendir cuentas se sacaba dinero de Pemex, un ejemplo de ello es el Pemexgate¡±, a?ade. ¡°Lo que hizo Romero Deschamps fue convertir el sindicato en coto de poder en cuanto a votos¡±.
La justicia tiene ahora la palabra. Romero Deschamps sali¨® indemne del esc¨¢ndalo del Pemexgate, en parte por el uso excepcional que hizo de la gambeta burocr¨¢tica: el l¨ªder petrolero consigui¨® asientos en la C¨¢mara de Diputados y el Senado hasta en cinco ocasiones. Lejos de Pemex y el sindicato, la pregunta ahora es si tendr¨¢ un as escondido en la manga. Por lo que respecta a Pemex, ni P¨¦rez ni Ibarra son demasiado optimistas. ¡°Ahora el que era su tesorero es el l¨ªder del sindicato. Uno queda muy decepcionado hasta con el propio Gobierno¡±, dice Ibarra. ¡°La estructura del sindicato nace priista y as¨¦ se ha mantenido¡±, a?ade P¨¦rez, ¡°La gente que ha dejado en el sindicato es su grupo m¨¢s cercano. La misma c¨²pula con la que ¨¦l operaba¡±, zanja.
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