Anacr¨®nico simbolismo en Tenochtitlan
L¨®pez Obrador celebra la historia de la gran urbe azteca, conectando el ¡°poder¨ªo¡± mexica con la ¡°esperanza¡± de su Gobierno. Ninguno de los especialistas que trabajan en las excavaciones del Templo Mayor ha acudido al acto
M¨¦xico Tenochtitlan ha revivido este jueves en los discursos del poder pol¨ªtico, convertida en el s¨ªmbolo de una gloria pasada en proceso de recuperaci¨®n. Acompa?ado de la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, de varios de sus secretarios y de la jefa de Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha recibido el bast¨®n de mando de los pueblos nahua cerca de las escalinatas del Templo Mayor, n¨²cleo ceremonial de la vieja urbe mexica, otro s¨ªmbolo de un Gobierno ensimismado con su propia narrativa.
La representaci¨®n de los pueblos nahua ha...
M¨¦xico Tenochtitlan ha revivido este jueves en los discursos del poder pol¨ªtico, convertida en el s¨ªmbolo de una gloria pasada en proceso de recuperaci¨®n. Acompa?ado de la expresidenta de Brasil Dilma Rousseff, de varios de sus secretarios y de la jefa de Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, el presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, ha recibido el bast¨®n de mando de los pueblos nahua cerca de las escalinatas del Templo Mayor, n¨²cleo ceremonial de la vieja urbe mexica, otro s¨ªmbolo de un Gobierno ensimismado con su propia narrativa.
La representaci¨®n de los pueblos nahua ha reca¨ªdo en siete hombres y mujeres, s¨ªmbolos a su vez de las siete tribus que poblaron el sistema de lagos del valle de M¨¦xico, asentamientos que dieron origen a las principales ciudades del imperio, entre ellas -sobre ellas- Tenochtitlan. La ceremonia ha iniciado con Rousseff, Sheinbaum y L¨®pez Obrador escuchando a Mar¨ªa Magdalena Huerta, presidenta del Comisariado Ejidal de Santiago Zapotitl¨¢n, de la alcald¨ªa Tl¨¢huac. Huerta ha entregado un bast¨®n con cintas al presidente. Ella y sus compa?eros han llegado ataviados para la ocasi¨®n, pareciendo tan originarios como las ruinas de la capital azteca. Preguntada al respecto, una vocera de presidencia no ha sabido decir qui¨¦nes eran o de donde ven¨ªan.
As¨ª ha iniciado la ceremonia por la conmemoraci¨®n de 700 a?os de historia de la ciudad, fecha controvertida por la insistencia de los pol¨ªticos en hacer coincidir efem¨¦rides: 200 a?os de independencia de M¨¦xico, 500 a?os de la ca¨ªda de la ciudad lacustre durante la conquista y 700 a?os de su fundaci¨®n. Ninguno de los arque¨®logos, restauradores y antrop¨®logos que trabajan en las excavaciones del Templo Mayor ha acudido al evento, molestos por el golpe cultural. Pocas voces autorizadas asumen 1321 como fecha de fundaci¨®n de la ciudad, anacronismo inaceptable.
Las ausencias han parecido importar bien poco. Subido al tren de su propia historia, el Gobierno de la Cuarta Transformaci¨®n ha dirigido el evento de acuerdo a sus propios par¨¢metros. No importaba tanto el fondo como la forma. Y ah¨ª, en la forma, lejos de toda improvisaci¨®n, se han manejado bien. El presidente ha tomado el bast¨®n de mando y se ha sentado, envuelto en su collar de flores, colocado ah¨ª por los supuestos representantes de los pueblos nahua.
Sentado junto a su esposa, la escritora Beatriz Guti¨¦rrez M¨¹ller, L¨®pez Obrador ha escuchado los discursos de Sheinbaum y Rousseff antes de hablar. La ma?ana era h¨²meda y nublada, huella de la lluvia de la noche del mi¨¦rcoles, una de las primeras de la temporada. A espaldas de la catedral, la ceremonia distaba apenas unos metros de la Casa de las ?guilas del Templo Mayor, edificio de enorme simbolismo para la nobleza mexica, que hace unos d¨ªas sufri¨® el embate de una tormenta de granizo. El vetusto techo que lo cubr¨ªa cay¨® bajo el peso del hielo. Los murales y bajorrelieves se salvaron por poco.
Molesta a los arque¨®logos el programa de festejos conmemorativos de Ciudad de M¨¦xico, porque entienden que responde a l¨®gicas pol¨ªticas y no educativas. Molesta tambi¨¦n porque existe un enfado previo, m¨¢s profundo, que apunta a la falta de dinero e inversi¨®n para la conservaci¨®n de monumentos y el avance de excavaciones e investigaciones, muchas paradas por la pandemia. La ca¨ªda del techo de la Casa de las ?guilas, con casi 40 a?os de antig¨¹edad, ilustra la delgadez del presupuesto. El a?o pasado, decenas de trabajadores del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa protestaron ante el amago del Gobierno de recortar los fondos del instituto.
En su discurso, L¨®pez Obrador ha evitado toda concreci¨®n, consciente de la pol¨¦mica por las fechas. ¡°Se sabe que entre 1321 y 1325 un grupo de ind¨ªgenas procedentes del norte se asentaron en este sitio para conseguir su sustento y desarrollar sus creencias¡±, ha dicho el mandatario. As¨ª lo ha hecho tambi¨¦n Sheinbaum: ¡°Este a?o tomamos la decisi¨®n de celebrar a los mexicas, al origen y la resistencia¡±; o el ¨²nico historiador presente, Enrique Semo, de 90 a?os, que apenas hace tres escribi¨® su primera obra dedicada a la conquista: ¡°Venimos a conmemorar m¨¢s de 700 a?os de cultura ind¨ªgena¡±.
L¨®pez Obrador ha dibujado uno de sus habituales arcos hist¨®ricos, algo extenso esta vez: en apenas media hora ha transitado m¨¢s de siete siglos. ¡°Se ha querido calificar a los aztecas de b¨¢rbaros y sanguinarios. Se ha dicho que Moctezuma era un d¨¦spota o que la religi¨®n de los tenochcas ten¨ªa como fundamento la crueldad. Pero cada civilizaci¨®n tiene sus propias creencias, cada poder genera su propio sistema represivo y ser¨ªa in¨²til prolongar aqu¨ª esa discusi¨®n. Notemos simplemente que nada de eso resta trascendencia a la civilizaci¨®n vencida ni justifica la furia destructora de los vencedores¡±, ha dicho el mandatario, que luego ha repasado la colonia, la independencia, el priismo de primera ¨¦poca y el periodo neoliberal, n¨¦mesis preferida de su animalario.
A veces parece que L¨®pez Obrador se piensa en t¨¦rminos hist¨®ricos, como si su vida pol¨ªtica habitara ya en los libros de texto y ¨¦l la viera delante, a su alcance, como uno de los murales que Diego Rivera pint¨® en Palacio Nacional, recurso habitual en sus alocuciones. As¨ª, sus exposiciones abordan temporalidades m¨¢s o menos largas, que suelen acabar en la triunfante Cuarta Transformaci¨®n, eco de viejos esplendores. Los finales se parecen porque apuntan al presente. Y este jueves, el presente era sin¨®nimo de esperanza, reflejo del viejo ¡°poder¨ªo¡± mexica. ¡°Nuestro objetivo ha sido encender la llama de la esperanza¡±, ha dicho el mandatario.
La ceremonia ha concluido cerca de mediod¨ªa. Luego, el presidente y los dem¨¢s han visitado el Museo del Templo Mayor. En la despedida, un grupo de j¨®venes ha cantado el himno de M¨¦xico en n¨¢huatl, ¨²ltimo s¨ªmbolo del d¨ªa. En la tribuna, Guti¨¦rrez M¨¹ller, que ha dedicado parte de su obra a Hern¨¢n Cort¨¦s y la conquista, murmuraba la letra. El realizador de televisi¨®n la ha enfocado en primer plano, quiz¨¢ con la duda del lenguaje que empleaba en sus susurros. No ha quedado muy claro si al final de la segunda estrofa ha dicho ¡°un soldado en cada hijo te dio¡± o su traducci¨®n en la lengua del viejo imperio.
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