Alerta en la arqueolog¨ªa mexicana por el ahogo presupuestario
La pandemia y la pol¨ªtica de austeridad del Gobierno amenazan al Instituto de Antropolog¨ªa e Historia
La amenaza se cierne sobre la arqueolog¨ªa mexicana, que ve como la pandemia y la pol¨ªtica de austeridad del Gobierno dibujan una tempestad en el horizonte. El ¨®rgano rector de arque¨®logas y antrop¨®logos en el pa¨ªs, el Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia, INAH, enfrenta este a?o un presunto tijeretazo en su presupuesto de 740 millones de pesos, unos 34 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, el cierre de sus museos por la emergencia sanitaria impedir¨¢ el ingreso de una cantidad similar. En total, 1,500 millones de pesos, para un presupuesto que anualmente ronda los 5,000 millones.
Cientos de trabajadores de la instituci¨®n han puesto el grito en el cielo. Resignados al maltrato presupuestario desde hace a?os, la ¨²ltima amenaza ha sido demasiado. De nada ha servido el intercambio de cartas en las ¨²ltimas semanas entre el cuerpo laboral del instituto, integrado por m¨¢s de 7.000 profesionales, y la direcci¨®n. Los primeros exigen que no se apliquen los recortes. La direcci¨®n espera que as¨ª sea y pide paciencia mientras negocia con el Gobierno. En medio de todos, el futuro de cientos de trabajadores y el mantenimiento y conservaci¨®n del patrimonio cultural de M¨¦xico. El INAH es responsable de 162 museos y 194 zonas arqueol¨®gicas.
Diego Prieto, director del instituto, explica que esta misma semana se reuni¨® con la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, para tratar de contener el estallido. ¡°Hay tres conceptos que no vamos a afectar¡±, argumenta, ¡°nadie va a perder su empleo, ni siquiera los que est¨¢n contratados por honorarios. Nadie va a perder prestaciones. Y no se van a interrumpir tareas como mantenimiento, atenci¨®n a riesgos sobre bienes culturales y actividades que tienen que ver con el sentido de continuidad de los proyectos, a sabiendas de que no pueden desplegarse con normalidad, sobre todo por el tema de la contingencia¡±. La ma?ana de este mi¨¦rcoles, el Gobierno mexicano comunic¨® que las actividades sustantivas del sector cultural ¡°no se ver¨¢n afectadas¡± con los ajustes al presupuesto y que la secretar¨ªa de Cultura intenta regularizar las condiciones laborales de sus colaboradores. Entre ellos se hallar¨ªan los empleados de las zonas arqueol¨®gicas del INAH, una medida adelantada por el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
La pol¨ªtica de recortes del Gobierno viene de lejos. Este a?o, L¨®pez Obrador anunci¨® una disminuci¨®n en gastos operativos para todas las dependencias federales. Desde el anuncio, ¨®rganos afectados de todos los ramos han levantado la voz, denunciando que el tijeretazo los condenaba pr¨¢cticamente a la nulidad. En el caso del INAH, el malestar por la estrechez con que se maneja el instituto desde hace d¨¦cadas encontr¨® un chispazo en los recortes, prendi¨® a toda la instituci¨®n y desbord¨® la pol¨ªtica de contenci¨®n de da?os del instituto, que vio como voces tan influyentes como las de los escritores Juan Villoro y Margo Glantz, se sumaban a la de los trabajadores.
Para Eduardo Matos Moctezuma, decano de la arqueolog¨ªa mexicana, la situaci¨®n es in¨¦dita. ¡°Lo que se ve es que en estos aspectos de cultura y ciencia se va dando bandazos. Se aprueba algo, viene la protesta y en ocasiones echan marcha atr¨¢s. No tienen claro los pasos a seguir y lo malo es que los dan. Como dec¨ªa Pancho Villa, fus¨ªlenlos y luego averiguamos¡±. Matos, que este martes cumpl¨ªa 60 a?os en el INAH, ve con preocupaci¨®n el futuro. ¡°Es un grave error aplicar estas medidas a esta instituci¨®n. El aspecto fundamental del INAH es conocernos, conocer nuestra historia¡±.
M¨¢s all¨¢ del recorte, el enfado de investigadores y trabajadores muestra un hartazgo hist¨®rico. El INAH arrastra un d¨¦ficit presupuestario de 1.000 millones de pesos desde hace a?os, que le obliga a hacer malabares con sus ingresos para cubrir siquiera los sueldos. En torno al 10% de sus empleados no tienen plaza fija, firman contratos anuales, sin las prestaciones de sus pares con plaza. Muchos de estos empleados son personal fundamental en las investigaciones del instituto: restauradores, antrop¨®logos, arque¨®logos. En muchos casos, adem¨¢s, cobran sus salarios con meses de retraso, situaci¨®n que con los a?os ha empeorado. El mismo L¨®pez Obrador se refiri¨® a este asunto hace unos meses y orden¨® que se regularizara a los trabajadores de mantenimiento y vigilancia de las zonas arqueol¨®gicas. Prieto, el director del INAH, dice que ya se han regularizado a 250.
Pero no son solo los salarios, es la permanente situaci¨®n de precariedad de la instituci¨®n, fuente inagotable de problemas. Clementina Battcock, investigadora y profesora en la Escuela Nacional de Antropolog¨ªa e Historia, ENAH, que depende del INAH, cuenta por ejemplo que ahora, con la pandemia, dar clases es casi imposible. ¡°No hay plataformas [virtuales] para hacerlo¡±, dice, molesta. Battcock es integrante del sistema nacional de investigadores, por lo que recibe un complemento salarial que le permite completar su sueldo. Con la pandemia a la vista, el Gobierno pidi¨® a los investigadores que donaran sus complementos para ahorrar dinero. ¡°El sistema de est¨ªmulos permit¨ªa que unos 200 investigadores del INAH pudi¨¦ramos acceder a un extra. Y eso se acab¨®. Nosotros no tenemos grandes sueldos¡±, zanja.
Babelia
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