Crece la tercera ola de contagios en M¨¦xico
Cuando el pa¨ªs esperaba haber superado la epidemia, los casos ya est¨¢n en niveles del pico de enero; las muertes repuntan, pero su alcance final depender¨¢ de una vacunaci¨®n que apenas alcanza hoy a una minor¨ªa de mexicanos
El tercer pico de la pandemia ha alcanzado a M¨¦xico. El pasado 15 de julio M¨¦xico registr¨® 12.821 infectados por la enfermedad del nuevo coronavirus, principalmente en sus nuevas variantes alfa, gamma y delta. La media semanal ya ha superado n¨ªtidamente los niveles del primer pico, del que ahora se cumple justo un a?o. Los contagios se han triplicado en una semana en el pa¨ªs, aunque el n¨²mero de hospitalizaciones y muertes no ha crecido al mismo ritmo. Ciertamente, la mayor¨ªa de contagios se est¨¢n produciendo en perfiles m¨¢s j¨®venes, menos susceptibles a evoluciones severas de la covid, pero tambi¨¦n entre poblaciones no vacunadas, mucho m¨¢s expuestas.
Las muertes, indicador m¨¢s duro y claro de la gravedad de la pandemia por su menor susceptibilidad a subregistro (es m¨¢s f¨¢cil que se pase por alto un caso asintom¨¢tico que uno grave, y los casos se detectan mejor ahora que hace un a?o), ya han comenzado a repuntar. Est¨¢ por ver cu¨¢nto acelerar¨¢ en las pr¨®ximas semanas. La esperanza de un crecimiento menor gracias a la vacunaci¨®n se ve relativizada por el hecho de que menos de uno de cada cinco mexicanos ha accedido ya a su pauta completa.
Alejandro Mac¨ªas Hern¨¢ndez, especialista en medicina interna e infectolog¨ªa y encargado de la pandemia de influenza AH1N1 en M¨¦xico hace m¨¢s de una d¨¦cada, se?ala que la estrategia de vacunaci¨®n que, como en la mayor¨ªa del mundo, ha dejado a los grupos m¨¢s j¨®venes al final, puede ser una de las causas de este aumento diferenciado de contagios. ¡°El efecto de inmunizaci¨®n se ve ahora en los mayores de 50 a?os, sin duda eso juega un papel en la cantidad de personas que vemos y en que los j¨®venes son los m¨¢s infectados ahora¡±, refiere.
La curva de contagios de los menores de 30 es efectivamente la m¨¢s pronunciada, ya cerca de niveles del segundo (y mayor hasta ahora) pico que ha sufrido el pa¨ªs; el de enero de este mismo a?o.
El hecho de que los j¨®venes no se enfermen de gravedad no reduce la delicadeza del n¨²mero de enfermos en el pa¨ªs. Mientras que el tiempo de incubaci¨®n puede ir de los seis a los nueve d¨ªas, implica que este grupo de edad puede seguir contagiando a personas de mayor edad.
¡°Lo preocupante¡±, opina el m¨¦dico cirujano Armando Rosales Torres, otrora m¨¦dico del Hospital General de Zona N¨²mero 1 en el Estado de Zacatecas, ¡°es que no se est¨¢n imponiendo medidas para reducir la movilidad de los m¨¢s j¨®venes¡±. El efecto de dichas medidas ser¨ªa posiblemente relativo despu¨¦s de a?o y medio de imposiciones intermitentes que han puesto la vida de una generaci¨®n entera en pausa, comportando a su vez impactos de salud mental cuyo verdadero calado est¨¢ a¨²n por descubrirse.
Adem¨¢s, los segmentos de menor edad tambi¨¦n asumen en sus propios cuerpos consecuencias potencialmente serias de una infecci¨®n. Aunque hasta ahora el foco m¨¦dico y medi¨¢tico ha estado en la derivaci¨®n m¨¢s grave de la covid, la muerte, a¨²n queda mucha evidencia por recopilar en torno a sus efectos de largo plazo sobre personas que lo superan. En pa¨ªses con alto impacto acumulado, como es el caso de M¨¦xico, cabe esperar un surgimiento paulatino y dif¨ªcil de predecir de secuelas variadas, combinadas a su vez con las comorbilidades preponderantes entre la poblaci¨®n.
El m¨¦dico Salvador Arteaga visita casa por casa a los enfermos de covid-19 en el centro de M¨¦xico, sobre todo a aquellos que no cuentan con seguridad social. De Quer¨¦taro a Cuernavaca, este m¨¦dico ha notado la llegada de la tercera ola de contagios del coronavirus en el pa¨ªs. ¡°He tenido que atender m¨¢s a j¨®venes, ni?os y tambi¨¦n adultos mayores de ochenta a?os independientemente de que tengan la vacuna¡±, relata mientras se traslada a un pueblo en el Estado de Hidalgo. La evidencia disponible corrobora la efectividad de cualquiera de las vacunas empleadas en M¨¦xico para reducir la probabilidad de desarrollos graves, pero ninguna de ellas evita por completo la infecci¨®n, y la mejora en las defensas siempre depende en cierta medida de las condiciones de partida. Mientras el virus tenga capacidad de alta circulaci¨®n entre personas que a¨²n no disponen de acceso de la vacuna, el (ahora mucho menor) riesgo para los vulnerables seguir¨¢ presente.
Un caso llam¨® especialmente la atenci¨®n de Arteaga. Un paciente de 21 a?os, con s¨ªntomas aparentemente leves, al que la fiebre volvi¨® a azotar cinco d¨ªas despu¨¦s de haber sido controlada y sin ¨¢nimos de cesar. ¡°Aunque se comporta de modo menos agresivo, las variantes de covid en los j¨®venes los orillan a tratamientos m¨¢s largos¡±, se?ala el m¨¦dico bas¨¢ndose en su experiencia. El joven de 21 a?os no ha requerido ox¨ªgeno medicinal, pero Arteaga no descarta un desgaste superior en su organismo.
Inmunidad insuficiente, vigilancia deficiente
Cuando M¨¦xico consideraba que lo peor de la epidemia podr¨ªa haber quedado atr¨¢s, esta tercera ola se reproduce gracias a la combinaci¨®n entre una vacunaci¨®n acelerada pero todav¨ªa insuficiente y la propagaci¨®n de cepas del virus que buscan c¨®mo penetrar los a¨²n imperfectos muros de defensa del pa¨ªs.
¡°El problema es que no tenemos reactivos para identificar el tipo de variante de las que se habla, solo nos podemos basar en sus s¨ªntomas¡±, indica Rosales Torres. Esto es complejo porque no existe evidencia s¨®lida todav¨ªa de diferencia sintomatol¨®gica entre las nuevas variantes y las viejas, pero s¨ª la sospecha de que al menos Delta se contagia con mayor eficiencia. El seguimiento de estas nuevas cepas se suele producir con un an¨¢lisis detallado de muestras gen¨¦ticas obtenidas de pacientes con infecci¨®n activa o reciente, pero es costoso y laborioso, requiriendo de financiaci¨®n y equipos especiales. La capacidad instalada de M¨¦xico a este respecto existe, pero es limitada en comparaci¨®n con EE UU o el Reino Unido, ahora mismo las mayores fuentes de informaci¨®n sobre las variantes.
Mientras, el contagio est¨¢ rebrotando en lugares que se consideraban pr¨¢cticamente inmunes gracias a la alt¨ªsima incidencia de olas pasadas, que (adem¨¢s de miles de muertes) dejaron a su paso anticuerpos y otras defensas en quienes los superaron. Pero variantes como delta se caracterizan por su capacidad de esquivar al menos parcialmente este tipo de inmunidad adquirida. As¨ª, Ciudad de M¨¦xico o Baja California Sur podr¨ªan ver picos como los que ya sufrieron; Quintana Roo o Yucat¨¢n se enfrentar¨ªan a crecimientos quiz¨¢s mayores por la alta movilidad en zonas tur¨ªsticas.
La traslaci¨®n de estos nuevos picos regionales a la saturaci¨®n hospitalaria est¨¢ todav¨ªa pendiente de an¨¢lisis. Algunas entidades con techos de ocupaci¨®n (por disponibilidad de espacios) m¨¢s bajos podr¨ªan verse en aprietos en el medio plazo, pero los niveles se mantienen a d¨ªa de hoy lejos del temido colapso.
Que esto siga siendo as¨ª, al igual que la traducci¨®n de esta tercera ola de contagios en una de muertes menor a las anteriores, depende esencialmente de la vacunaci¨®n. Por ahora, alrededor de un 16% de la ciudadan¨ªa mexicana ha podido disponer de una pauta completa de inmunizaci¨®n con cualquiera de los viales disponibles. El 84% restante depende todav¨ªa de la protecci¨®n que pueda ofrecer una sola dosis (que, al menos para la variante delta, parece ser notablemente menor a la que dan las dos combinadas), o de la inmunidad parcial que hayan podido adquirir con inmunizaciones previas.
El ritmo de vacunaci¨®n mexicano ha marcado la media de Am¨¦rica Latina. Mientras Argentina o Brasil han podido acelerar algo m¨¢s (sin llegar a la velocidad de los m¨¢s peque?os y ricos Chile o Uruguay), M¨¦xico se ha mantenido en una curva similar a la colombiana o paname?a: por encima de los m¨¢s pobres Bolivia, Per¨² o la pr¨¢ctica totalidad de sus vecinos centroamericanos, pero por debajo de lo que muchos esperaban del pa¨ªs que aplic¨® la primera dosis en toda Am¨¦rica Latina, el 24 de diciembre de 2020.
Esta tercera ola viene a confirmar que M¨¦xico no podr¨¢ considerar que ha superado la pandemia tampoco despu¨¦s del inevitable valle de contagios que llegar¨¢ en semanas o meses, como lleg¨® el de esta ¨²ltima primavera tras el pico de enero. No al menos sin una aceleraci¨®n mayor en el ritmo de vacunaci¨®n, ¨²nica v¨ªa de victoria con la que hasta ahora ha dado la humanidad en su lucha contra el virs.
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