Vanessa Londo?o: ¡°La animalidad nos ayuda a restaurar la humanidad¡±
La escritora colombiana publica en M¨¦xico ¡®El asedio animal¡¯, su primera novela, en la que retrata la violencia en un territorio habitado por cuerpos mutilados y marginados
La vida en Hukum¨¦iji es un sue?o agotador. A una mujer sin manos la sensaci¨®n la atraviesa antes de despertar: ¡°Siento que a mis mu?ones les crecen un par de manos frescas, que en mi cuerpo crecen las piernas que le cortaron a Fernanda Huanci; que desde el es¨®fago me crece el esqueleto inmune de la lengua que le cortaron a la partera muda; que desde mis cuencas resoplan el par de ojos nuevos que perdi¨® el pap¨¢ del soldado¡±. All¨ª, cerca del mar Caribe, en alg¨²n lugar del norte de Colombia, habitan cuerpos mutilados que cuando llueve, recuerdan. Y cuando llueve tambi¨¦n ven correr el barro que ar...
La vida en Hukum¨¦iji es un sue?o agotador. A una mujer sin manos la sensaci¨®n la atraviesa antes de despertar: ¡°Siento que a mis mu?ones les crecen un par de manos frescas, que en mi cuerpo crecen las piernas que le cortaron a Fernanda Huanci; que desde el es¨®fago me crece el esqueleto inmune de la lengua que le cortaron a la partera muda; que desde mis cuencas resoplan el par de ojos nuevos que perdi¨® el pap¨¢ del soldado¡±. All¨ª, cerca del mar Caribe, en alg¨²n lugar del norte de Colombia, habitan cuerpos mutilados que cuando llueve, recuerdan. Y cuando llueve tambi¨¦n ven correr el barro que arrastra animales, plantas, cad¨¢veres. Este territorio ficticio es geograf¨ªa y protagonista de El asedio animal, la primera novela de la escritora colombiana Vanessa Londo?o (Bogot¨¢, 1985).
Hukum¨¦iji es un lugar h¨²medo y seco ¨Ccontradictorio¨C, que nace junto a un r¨ªo y se extiende hasta las monta?as. All¨ª los beb¨¦s retraen los pies antes de salir del ¨²tero de sus madres. ¡°Como si supieran¡±, escribe Londo?o en la novela de 103 p¨¢ginas (Almad¨ªa, 2021). Sentada en un caf¨¦ del sur de Ciudad de M¨¦xico, pocos d¨ªas despu¨¦s de haber participado en la FIL de Oaxaca, explica: ¡°Es un territorio que de alguna forma expresa lo que podr¨ªa ser un pa¨ªs¡±. La autora lo describe con brutalidad a trav¨¦s de cuatro cap¨ªtulos que no siguen una cronolog¨ªa. Los personajes, m¨¢s bien, ¡°transitan la intensidad de sus propios recuerdos¡±, apunta Londo?o, que usa un lenguaje po¨¦tico para abordar la violencia.
La memoria de esas personas aparece con la lluvia. Y llueve todo el tiempo. La autora, que adem¨¢s es abogada y periodista ¨Cha escrito en la revista El Malpensante, de Colombia, en Vice, de M¨¦xico, o en El Faro, de El Salvador¨C, reconoce en su escritura la influencia del mexicano Juan Rulfo, referente del bum latinoamericano. ¡°Despu¨¦s de leer muchas veces Pedro P¨¢ramo, detect¨¦ que llov¨ªa en toda la novela. Obviamente hay una b¨²squeda de un lenguaje similar¡±, explica. Pero la novela no es solo un ejercicio de memoria, aclara Londo?o: ¡°Yo quer¨ªa plantear esa tensi¨®n en la que habitamos en Latinoam¨¦rica entre un ejercicio de memoria y desmemoria permanente¡±. Por eso, adem¨¢s de precipitar los recuerdos, el agua arrastra y borra.
¡°Tengo la sensaci¨®n de que siempre que pasa algo importante llueve¡±, piensa una joven sin lengua. Se la cortaron los paramilitares porque se escap¨® antes de ser violada por el l¨ªder ¡°que reclamaba a las ni?as a penas les ve¨ªa esa doble profundidad de imp¨²ber y de hembra¡±. Cuando la volvieron a encontrar ya no era virgen, y la mutilaron. La mujer que no puede hablar contin¨²a su reflexi¨®n silenciosa: ¡±Pero a veces me pregunto si lo que sucede, en cambio, es que el acto de recordar desencadena una lluvia sobre la memoria, y que por eso las im¨¢genes se nos devuelven siempre difusas, como vistas en un cristal empa?ado¡±.
Las vivencias de los habitantes de ese pueblo son retazos de historias reales de diferentes partes de Latinoam¨¦rica, pero sobre todo de Colombia, donde el conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) dej¨® hasta 2018 m¨¢s de 260.000 muertos y 80.000 desaparecidos, seg¨²n el Centro Nacional de Memoria Hist¨®rica. En su mayor¨ªa, son historias fragmentadas, combinadas o rehechas. El ¨²nico referente concreto, explica la autora, es el paramilitar Hern¨¢n Giraldo, que en la novela es ese hombre que quiere violar a todas las v¨ªrgenes de la zona. ¡°?l representaba muy bien esa jerarqu¨ªa racial, colonial, de g¨¦nero¡ En ¨¦l situ¨¦ ese hombre blanco que depreda la naturaleza, depreda mujeres, depreda ni?os¡±.
Londo?o empez¨® a escribir la novela cuando el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla estaban negociando el proceso de paz. En ese momento, estudiaba en la Universidad de Nueva York la maestr¨ªa en Escritura Creativa. Despu¨¦s ganar¨ªa el premio Aura Estrada, que le permitir¨ªa terminar esta primera novela. La concluy¨® en Bogot¨¢ cuando Iv¨¢n Duque ya era presidente. Entonces, asegura, ¡°se hab¨ªa deshecho toda posibilidad de que se implementara el proceso de paz¡±. A cinco a?os de aquello, el acuerdo avanza de forma desigual y marcado por el aumento de la violencia.
¡°Ese tr¨¢nsito de momentos hist¨®ricos en Colombia hizo que la novela se volviera sobre unos personajes que est¨¢n condenados a una violencia de que es imposible escapar¡±, explica Londo?o, menuda y de voz suave, con la mirada definida en negro. ¡°Son fantasmas m¨¢s que personajes. Pero si hay algo que los mantiene vivos es que est¨¢n persiguiendo el deseo¡±, agrega la autora. ¡°Est¨¢n asediando un centro que siempre los est¨¢ expulsando¡±, se?ala, ¡°porque los Estados latinoamericanos est¨¢n permanentemente expulsando cuerpos que no les importan¡±. ¡°La animalidad¡±, contin¨²a, ¡°nos ayuda a restaurar la humanidad de esos cuerpos marginados¡±.
El asedio animal, de Vanessa Londo?o
209 pesos.
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