La austeridad come puchero de res
C¨¦sar Y¨¢?ez, Emilio Lozoya y Santiago Nieto, tres excesos que terminaron con quienes parec¨ªan intocables. El pecado del derroche tambi¨¦n sobrevuela sobre el fiscal Gertz Manero
La austeridad republicana es un se?or con babero manchado de mole con pollo en el Cardenal. Es un men¨² que incluye pipi¨¢n, chiles en nogada en septiembre, escamoles en noviembre y romeritos en diciembre. Austeridad es un mantel blanco de hilo, diez meseros alrededor, un cartel en el ba?o en el que se lee: ¡°Este lugar debe estar impecable. Y, si no lo est¨¢, avise a un capit¨¢n¡±. La austeridad rima mal con el tartar de at¨²n, el carpaccio de aguacate o el macarroni de chilacayote. El agua de jamaica pierde frente al M?et Chandon de una boda en Guatemala.
Tres acontecimientos rodeados de ostentaci¨®n ¡ªtres abultadas comidas con tantos platillos como invitados¡ª marcan un Gobierno que perdona el mole pero no el pato laqueado. La cena en el Hunan de Emilio Lozoya termin¨® con ¨¦l en la c¨¢rcel; la comida y la coqueta portada en la revista ?Hola! de Cesar Y¨¢?ez, terminaron con ¨¦l en las mazmorras de Palacio, despu¨¦s de cientos de tacos al borde de la carretera junto a L¨®pez Obrador; y la boda de Nieto acab¨® con dos cesados, la secretaria de Turismo de la Ciudad de M¨¦xico y el propio Nieto a quien no se le perdonaron sus excesos.
¡°Fui invitado a la boda, pero no pude ir porque tengo muchas ocupaciones. No salgo a comer ni a cenar a restaurantes. Solo voy una vez al a?o cuando cumple a?os mi esposa [Beatriz Gutierrez M¨¹ller], a El Cardenal, aqu¨ª en el centro de la Ciudad de M¨¦xico. La invito a comer porque no es caro¡±, dijo al d¨ªa siguiente de la pol¨¦mica boda de Nieto en Guatemala. L¨®pez Obrador no necesit¨® criticarlo, le bast¨® con describirse ¨¦l. El ortodoxo republicano que siempre repite que como en casa no se come en ning¨²n sitio. El padre de familia curtido en mil crisis econ¨®micas que pregunta a los suyos: ¡°?Quieren ir a comer fuera?¡±. ¡°S¨ª¨ª¨ª¨ª¡±, respond¨ªan estos ilusionados. ¡°Entonces, saquen la mesa y las sillas al balc¨®n¡±.
Fundado hace 52 a?os por la familia Briz en la calle Moneda, donde un d¨ªa estuvo la Real y Pontificia Universidad de Am¨¦rica, el restaurante El Cardenal concentra en una tarde las virtudes que L¨®pez Obrador considera la m¨¢xima expresi¨®n del lujo. Meseros con canas, un pianista que teclea boleros y comensales de distintas raleas que van desde funcionarios endomingados, una pareja de novios de la Cuauht¨¦moc o una familia del Estado de M¨¦xico celebrando un cumplea?os con pescado a la veracruzana y verdolagas con pollo. Aqu¨ª nada de espumas, algas deconstruidas ni hidr¨®geno l¨ªquido. Piedra, madera y tradici¨®n con alimentos puramente mexicanos. Ese es el ecosistema que disfruta L¨®pez Obrador.
Cuando el primer Cardenal abri¨® sus puertas ¡ªahora tiene cuatro sucursales¡ª la familia de L¨®pez Obrador se acababa de mudar a Tabasco. El actual presidente ten¨ªa 17 a?os y su padre hab¨ªa abierto Novedades Andr¨¦s, un almac¨¦n de telas ubicado en el centro de Villahermosa, la capital. A?os despu¨¦s, cuando en 1984 se inaugur¨® la m¨ªtica sucursal de la calle Palma, Andr¨¦s Manuel acababa de dejar el Comit¨¦ Directivo Estatal del PRI y hab¨ªa decidido venir a vivir a M¨¦xico. En esos a?os, a pocas cuadras de ah¨ª, Jos¨¦ Luis Cuevas reparaba el museo que lleva su nombre y era un habitual del lugar enamorado de la sopa de fideo seco al chipotle.
Cuenta Marcela Briz, una de las due?as de El Cardenal, que cuando a L¨®pez Obrador llega a comer siempre pide su plato favorito: puchero de res. ¡°Pero aqu¨ª se lo hacemos estilo tabasque?o, a?adiendo camote y ?ame [batata]¡±, explica sobre el presidente, a quien conocen en El Cardenal desde que era jefe de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico. M¨¢s all¨¢ del austero guiso, la sobriedad de El Cardenal que tanto le gusta al mandatario se prolonga por los fogones y el sal¨®n. ¡°Aqu¨ª los meseros son gente que llega a trabajar desde abajo. Nadie que no haya empezado trabajando aqu¨ª de mesero puede llegar a un puesto de responsabilidad como capit¨¢n o gerente¡±, resume. Sin percatarse, la due?a hab¨ªa inventado La cartilla moral mucho antes de que fuera una promesa de campa?a. El Metrob¨²s frente a las placas de Morelos.
Cuando se supo que el fiscal Alejandro Gertz Manero ten¨ªa un Rolls Royce, que Santiago Nieto compr¨® tres casas durante los 25 meses que estuvo en el cargo, o que en la casa de Santa Fe ofrec¨ªa a sus invitados puros con vitola en los que aparec¨ªa su nombre, ambos sab¨ªan que tendr¨ªan problemas. Tal vez no delitos, pero s¨ª problemas.
Si algo le gusta a L¨®pez Obrador es que El Cardenal mantuvo en su puesto de trabajo a todos los empleados del restaurante incluso en los peores meses de la pandemia. ¡°Fue muy duro estar cerrados tanto tiempo. Tuvimos que recortar alguna prestaci¨®n, pero en lo sustancial no tocamos los salarios y logramos mantener a los 800 empleados¡±, resume Do?a Marcela. Y pocas frases como esta pueden complacer m¨¢s a un presidente.
Durante la celebraci¨®n de los 50 a?os de vida de El Cardenal, el escritor Juan Villoro defendi¨® las comidas y las mesas mexicanas como un lugar de encuentro que compiten con la eternidad, porque duran much¨ªsimo. ¡°Los extranjeros, cada vez que vienen a M¨¦xico, se sorprenden de que la gente pueda estar tanto tiempo junta¡±. Las nuevas comidas, sin embargo, han logrado todo lo contrario, separar lo que parec¨ªa eterno, cuando no son en El Cardenal.
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