Asesinado en Oaxaca el periodista Heber L¨®pez V¨¢squez, el quinto crimen contra la prensa de M¨¦xico en 2022
El comunicador, que era director de la web RCP Noticias, fue abatido a tiros en el estudio de grabaci¨®n que ten¨ªa en su casa
El periodismo en M¨¦xico vuelve a estar de luto. Este jueves, el periodista Heber L¨®pez V¨¢squez, reportero en el puerto de Salina Cruz, en el Estado de Oaxaca, fue asesinado a tiros en su vivienda, un patr¨®n que se repite. L¨®pez V¨¢squez, de 39 a?os, era director de la p¨¢gina local RCP Noticias en Oaxaca y su muerte ocurri¨® despu¨¦s de que otro colega, Jos¨¦ Ignacio Santiago Mart¨ªnez, director de Pluma Digital Noticias, ...
El periodismo en M¨¦xico vuelve a estar de luto. Este jueves, el periodista Heber L¨®pez V¨¢squez, reportero en el puerto de Salina Cruz, en el Estado de Oaxaca, fue asesinado a tiros en su vivienda, un patr¨®n que se repite. L¨®pez V¨¢squez, de 39 a?os, era director de la p¨¢gina local RCP Noticias en Oaxaca y su muerte ocurri¨® despu¨¦s de que otro colega, Jos¨¦ Ignacio Santiago Mart¨ªnez, director de Pluma Digital Noticias, fuera blanco de un ataque armado del que sali¨® ileso. De acuerdo con la Fiscal¨ªa General de Justicia de Oaxaca, hasta el momento hay dos personas detenidas por este ataque. L¨®pez V¨¢squez ten¨ªa 39 a?os y muchos de reporterismo. Su voz hab¨ªa sonado cr¨ªtica en numerosas ocasiones contra el poder de toda clase. Deja esposa y dos hijos.
En lo que va del a?o, cinco periodistas han sido asesinados en M¨¦xico. Jos¨¦ Luis Gamboa, el 10 de enero en el Estado de Veracruz. El a?o empezaba torcido, despu¨¦s de un 2021 que hab¨ªa sido tambi¨¦n nefasto para la prensa, con siete muertos. Una semana despu¨¦s, el fotoperiodista Margarito Mart¨ªnez Esquivel fue acribillado en Tijuana y el mismo d¨ªa que sus compa?eros lo desped¨ªan con una velada, mataron a Lourdes Maldonado, tambi¨¦n en Tijuana. El caso fue especialmente conmovedor porque la reportera hab¨ªa pedido personalmente y en p¨²blico al presidente del Gobierno que se implicara en su protecci¨®n porque tem¨ªa por su vida. Una bala atraves¨® el cristal de su auto cuando llegaba a casa de velar por el amigo Margarito. Periodistas de todo M¨¦xico se manifestaron despu¨¦s para pedir a las autoridades protecci¨®n efectiva y justicia, en un pa¨ªs en el que el 90% de los casos quedan en la impunidad. Roberto Toledo completaba la lista del fat¨ªdico enero, cay¨® el 31 en Michoac¨¢n.
El hartazgo de los profesionales de la informaci¨®n se ha traducido en numerosas protestas en 23 Estados a inicios del a?o. Los periodistas en el pa¨ªs viven inmersos en una espiral de violencia que, cuando no acaba con sus vidas, les condena al silencio. Muchos reporteros han dejado el oficio o se han desplazado a otros lugares para protegerse. Y el caso de Maldonado fue tan sonado que el Gobierno federal tom¨® cartas en el asunto y mand¨® fiscales especiales a Tijuana. En unos d¨ªas se detuvo a dos sicarios que participaron en el asesinato. Pero en M¨¦xico todo el mundo sabe que el que pone la bala solo cobra por ello, los que incitan al crimen tienen otro perfil y estos rara vez van a la c¨¢rcel. Detener y llevar a prisi¨®n a los que aprietan el gatillo no acaba con la impunidad.
El Comit¨¦ para la Protecci¨®n de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en ingl¨¦s) lleva advirtiendo desde hace m¨¢s de un a?o que M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s letal del mundo para ejercer el periodismo. Desde que la organizaci¨®n en defensa de sus derechos, Art¨ªculo 19, recaba datos, en el a?o 2000, han sido asesinados 149 reporteros. De estos, 29 durante los tres a?os de Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. La violencia est¨¢ desatada en los ¨²ltimos tiempos, aunque hay cap¨ªtulos en los que se dice que disminuye. Hay unas 10 mujeres asesinadas al d¨ªa, por ejemplo, y al menos un agente policial pierde la vida a diario. El resto son personas an¨®nimas, como los 19 que aparecieron esparcidos por la calle o colgados de un almac¨¦n el pasado fin de semana en Zacatecas como resultado de la ferocidad de los c¨¢rteles de la droga.
En M¨¦xico matan al d¨ªa en promedio a 100 personas, pero hac¨ªa tiempo que los periodistas no sufr¨ªan ataques tan continuados. Tanto a nivel federal como estatal hay medidas de protecci¨®n para ellos, pero, como en el caso de la violencia de g¨¦nero, es dif¨ªcil que resulten verdaderamente salvaguardados. En muchas ocasiones ni siquieran piden esta protecci¨®n porque temen que eso agrave su riesgo. Hay que tener en cuenta las circunstancias de M¨¦xico, donde la polic¨ªa no siempre es quien ayuda sino al contrario, y lo mismo ocurre con las fiscal¨ªas. El poder pol¨ªtico, el econ¨®mico y el narco est¨¢n en ocasiones conchabados en una uni¨®n dif¨ªcil de separar. Y los periodistas pelean contra eso poniendo en riesgo sus vidas, sobre todo aquellos que luchan en el ¨¢mbito local. A veces el terror viene de parte del que tiene que proteger.
A L¨®pez V¨¢squez lo mataron en el estudio de grabaci¨®n que tiene dentro de su vivienda. Los atacantes dispararon seis veces y huyeron. El periodista hab¨ªa recibido amenazas e intimidaciones del anterior alcalde, Juan Carlos Atecas y de su personal de seguridad, seg¨²n la organizaci¨®n Art¨ªculo 19. En sus publicaciones denunciaba actos de corrupci¨®n de funcionarios locales. Uno de los temas que m¨¢s hab¨ªa investigado fueron las obras del megaproyecto del Corredor Interoce¨¢nico del Istmo de Tehuantepec. Esto se ha repetido con Margarito Mart¨ªnez, y Lourdes Maldonado. Esta ¨²ltima contaba con escoltas, pero ya hab¨ªan acabado su horario cuando ella lleg¨® a la casa. Las c¨¢maras suelen grabar estos asesinatos tan descarados, pero los verdaderos criminales no aparecen en ellas.
La Defensor¨ªa de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca ha pedido ya que este asesinato se investigue tomando buena nota del ejercicio period¨ªstico que desempe?aba el fallecido. En muchos casos, sobre estas muertes se echa un velo y una culpabilidad distintos. Se dice, por ejemplo, que ten¨ªan pleitos con los vecinos, que la muerte nada ten¨ªa que ver con el quehacer del reportero. Pero, como coinciden los expertos, eso solo son ma?as para tapar el verdadero m¨®vil del crimen e incluirlo de forma artera en ese saco abtracto en que se desenvuelve la violencia en M¨¦xico.
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