Movilizaci¨®n en M¨¦xico: decenas de ciudades gritan basta de violencia contra los periodistas
Marchas y plantones en varios Estados muestran el hartazgo de una profesi¨®n asediada por el crimen. Tres reporteros han sido asesinados en menos de un mes
Periodistas y ciudadanos de todo M¨¦xico han salido este martes a manifestarse en m¨¢s de una treintena de ciudades en repulsa a la violencia que sufre el gremio. M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s peligroso del mundo para ejercer el oficio, con decenas de asesinatos cada a?o y centenares de agresiones. La impunidad impera. Cada a?o, alrededor del 90% de los delitos se pierden en los archivos de las fiscal¨ªas. Los ataques a la libertad de expresi¨®n no son ninguna excepci¨®n.
En Ciudad de M¨¦xico, medio millar de personas se ha juntado frente a la puerta de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, centro neur¨¢lgico del poder federal. Colectivos de reporteros y profesionales desplazados de otros Estados han colgado un cartel en la entrada, exigiendo justicia para los compa?eros asesinados, particularmente para los tres ¨²ltimos. En las primeras semanas de enero, unos criminales han matado a la reportera Lourdes Maldonado y al fotoperiodista Margarito Mart¨ªnez, en Tijuana, y a Jos¨¦ Luis Gamboa, en Veracruz.
¡°Vengo en solidaridad con el gremio. Es insostenible¡±, dec¨ªa la abogada Frida Romay frente a la puerta de Gobernaci¨®n. ¡°Este Gobierno se dice de izquierda, pero con sus acciones nos demuestra que no lo es. Debemos cuidar la verdad¡±, a?ad¨ªa. La periodista tijuanense Laura S¨¢nchez Ley, exclamaba: ¡°Tenemos que presionar para que la fiscal¨ªa especializada federal atraiga los asesinatos de reporteros, para que el mecanismo de protecci¨®n de periodistas de Gobernaci¨®n ponga atenci¨®n a los casos¡±.
En las escaleras de la entrada de la dependencia, reporteros tomaban el micr¨®fono en procesi¨®n, un ejercicio cat¨¢rtico sobre las penalidades del oficio, sobre todo en el ¨¢mbito local, en pueblos y ciudades medianas donde las mafias envenenan la vida p¨²blica. Todo eran reclamos a un Gobierno al que sienten lejano. ¡°?D¨®nde est¨¢ Encinas?¡±, ha dicho uno, en referencia al subsecretario de Gobernaci¨®n encargado de velar por los derechos humanos en el pa¨ªs. Ning¨²n representante del Gobierno ha aparecido en la protesta.
Convocadas a la carrera despu¨¦s del ¨²ltimo asesinato, el de Lourdes Maldonado el domingo en Tijuana, las marchas han atra¨ªdo asistentes en todo el territorio mexicano. En Tijuana, pero tambi¨¦n en Veracruz, geograf¨ªa maldita para la profesi¨®n en los a?os del ¨²ltimo Gobierno del PRI (2012-2018), Chihuahua, hogar de la reportera Miroslava Breach, asesinada en 2017, o Culiac¨¢n, en cuyas calles sicarios ultimaron a Javier Valdez ese mismo a?o. Una geograf¨ªa de la indignaci¨®n, pero tambi¨¦n de la herida.
Las cifras son deprimentes. Los tres ataques fatales contra reporteros este a?o y los nueve de 2021 son solo la punta del iceberg, el eco de un grito que suena desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas en el pa¨ªs. Seg¨²n el Comit¨¦ para la Protecci¨®n de Periodistas (CPJ por sus siglas en ingl¨¦s), al menos 138 reporteros han sido asesinados en M¨¦xico desde 1992, a?o en que empez¨® a documentar agresiones a la prensa. Para el cap¨ªtulo local de la organizaci¨®n Art¨ªculo 19, la cuenta asciende a 145, solamente desde 2000.
La diferencia entre cifras responde a la capacidad de las autoridades mexicanas para establecer v¨ªnculos entre los atentados y la labor period¨ªstica de las v¨ªctimas. Es decir, si hay confirmaci¨®n del motivo de los ataques y apuntan al trabajo de los reporteros o no. En cualquier caso, los n¨²meros son elevad¨ªsimos y evidencian la incapacidad de la Administraci¨®n, desbordada por una ola de violencia que ha dejado m¨¢s de 30.000 asesinatos en el pa¨ªs en cada uno de los ¨²ltimos cuatro a?os.
En Tijuana
La marcha en Tijuana, epicentro del horror de la violencia contra la prensa estos d¨ªas, ha avanzado en silencio hacia la sede de la Fiscal¨ªa estatal. A diferencia del resto de protestas, mas de un centenar de periodistas ¡ªen su mayor¨ªa¡ª caminaba mudo por el paseo de Los H¨¦roes con los ¨²ltimos rayos de sol de esta ciudad fronteriza. A unos kil¨®metros de aqu¨ª, la glorieta de Las Tijeras, y en menos de una semana, a los que caminan les han asesinado a sangre fr¨ªa y en las puertas de sus casas a dos compa?eros: Margarito Mart¨ªnez y Lourdes Maldonado.
¡°No esperaba que me fuera a doler tanto. No puedo, de veras¡.¡±, le comentaba una periodista con los ojos vidriosos a la directora del legendario Semanario ZETA, Adela Navarro. ¡°No nos hab¨ªamos repuesto de la muerte de Margarito, est¨¢bamos asumi¨¦ndolo cuando nos matan a Lourdes¡±, agrega la presidenta del colectivo Yo s¨ª soy Periodista y consejera del sistema estatal del Mecanismo de Protecci¨®n a periodistas y activistas, una herramienta gubernamental que debe garantizarles seguridad, pero que no evit¨® que a Maldonado le descerrajaran un tiro en el rostro. Margarito lo hab¨ªa solicitado y por una cuesti¨®n burocr¨¢tica no le hab¨ªa sido concedido: otro balazo en el cr¨¢neo.
¡°Dos compa?eros que dijeron que tem¨ªan por su vida. Que pidieron ayuda, han sido asesinados. Estamos aqu¨ª para pedir justicia, por eso estamos aqu¨ª. Tambi¨¦n para rendir homenaje, aunque sabemos que el mejor homenaje es precisamente exigir justicia¡±, se?al¨® Jos¨¦ Ibarra, del medio Siempre en la Noticia, al llegar a las puertas de la Fiscal¨ªa.
¡°Estamos dejando nuestras redacciones y dejando de cubrir hechos por el asesinato de nuestros compa?eros¡±, apunt¨® Aline Corpus, reportera de Reforma, antes de leer el comunicado al que se han suscrito todos los medios nacionales y que se ha compartido en el resto de marchas en el resto del pa¨ªs. Al igual que Corpus, un rosario de colegas tomaron el micro para denunciar un hecho que ha dejado herido al gremio en la ciudad: ¡°Vemos con rabia e indignaci¨®n que los cr¨ªmenes en el pa¨ªs siguen en impunidad. Matar a un periodista en Mexico es como matar a nadie. Lejos de una investigaci¨®n seria, las cifras van en aumento. La presencia del crimen organizado coludido con los gobiernos ha permitido el silencio y arriesga nuestra labor¡±, ha agregado In¨¦s Garc¨ªa, de Punto Norte. Marin¨¦ Zavala, de Telemundo, ha lanzado una advertencia: ¡°Tenemos que reconsiderar que tan seguros estamos para hacer nuestro trabajo¡±.
Otro de los puntos importantes que ponen en jaque al gremio han sido denunciados tambi¨¦n esta tarde en Tijuana. ¡°Un fot¨®grafo como Margarito Mart¨ªnez ganaba aproximadamente 6.000 pesos mensuales [unos 300 d¨®lares] por jornadas que nunca terminaban¡±, ha criticado Garc¨ªa.
Con el dolor en los hombros y en las libretas y debajo de las mascarillas, con el miedo atravesado en la garganta, caminaron hacia la Fiscal¨ªa. Algunas pancartas coreaban lo que los manifestantes hab¨ªan acordado callar durante el trayecto: ¡°Un pa¨ªs que mata periodistas no es un pa¨ªs seguro¡±. Velas, rosas blancas y las fotos de Margarito Mart¨ªnez y Lourdes Maldonado, desfilaron camino a la fiscal¨ªa, entre el sonido de flashes y ladridos de perros. Algunos caminaban un rato y luego corr¨ªan hacia el frente para hacer fotos; otros, escrib¨ªan en sus celulares la cr¨®nica del d¨ªa con una mano, mientras sujetaban una pancarta bajo el brazo. La mayor¨ªa de ellos segu¨ªa haciendo su trabajo mientras protestaba para exigir que a cambio, su vida no est¨¦ en juego.
El traj¨ªn diario en Tijuana transcurr¨ªa normal. Con el tr¨¢fico esperando a llegar a su casa en lo que circulaba la manifestaci¨®n. Ning¨²n coche, sin embargo, se atrevi¨® a tocar el claxon en modo de queja. Esta manifestaci¨®n era un funeral callejero. Y as¨ª, de luto, juntos, pensando que cualquiera puede ser el siguiente, se despidieron este martes de dos compa?eros. Antes de finalizar el acto, alzaron con furia la voz: ¡°Fuerza, compa?eros¡±, ¡°?Vivan Lourdes y Margarito!¡±, ¡°?Viva la prensa libre!¡±.
Ciudad Ju¨¢rez
Despacito, con tiza y la c¨¢mara al cuello, escrib¨ªa un fot¨®grafo de Ciudad Ju¨¢rez la palabra justicia. La garabateaba en el suelo de cemento delante de las tres fotos de sus compa?eros muertos mientras otros colegas le tomaban fotos y le alumbraban con los focos. Eran 50 y ninguno hablaba, nadie estaba acostumbrado a estar al otro lado de la nota. Pon¨ªan en silencio las velas y colocaban algunos carteles. La protesta era en la plaza del Periodista, en el centro ya vac¨ªo de la ciudad fronteriza al caer la noche, junto a las placas que recuerdan los nombres de los reporteros fallecidos a lo largo de estos a?os.
En una peque?a presentaci¨®n, la fotoperiodista Alicia Hern¨¢ndez se animaba a decir que esta movilizaci¨®n surge del hartazgo. Tres muertos en tres semanas es demasiado incluso para un gremio que aguanta a diario las presiones y las amenazas. La que sufrieron Maldonado, Mart¨ªnez y Gamboa es una violencia que en Ju¨¢rez conocen bien. El conductor Arturo Alba Medina fue asesinado en octubre de 2020 tras salir de grabar un programa en el que hab¨ªa denunciado la corrupci¨®n en el seno policial. Lo mataron a balazos mientras conduc¨ªa. Fue el sexto en la ciudad fronteriza desde el a?o 2000, 23 en el Estado de Chihuahua.
Ante eso, solo quedaba la solidaridad entre colegas, dice Hern¨¢ndez. Periodistas cubriendo a periodistas. ¡°Compa?erismo¡±, lo llamaba Gustavo Calzada, que tiene 23 a?os y est¨¢ estudiando Periodismo en la Universidad de Ciudad Ju¨¢rez. Dice mientras agarra fuerte la fotograf¨ªa de Gamboa que no siente miedo, pero s¨ª extra?eza, de que nadie m¨¢s que los compa?eros de los reporteros asesinados hubieran venido a la protesta. ¡°Entonces, tendremos que hacerlo nosotros¡±.
La Fiscal¨ªa y el mecanismo
Desde Vicente Fox (2000-2006), M¨¦xico ha tenido Gobiernos de tres partidos distintos y ninguno ha atajado el problema de la violencia, menos el de los ataques contra periodistas. Primero el PAN, con el propio Fox y Felipe Calder¨®n (2006-2012), luego el PRI, con Enrique Pe?a Nieto (2012-2018) y ahora Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, con Morena (2018-2024), los atentados se suceden con indignante regularidad. Todos los Gobiernos han lidiado con momentos cr¨ªticos, pero ninguno tan grave para generar un cambio de paradigma.
No ha sido por falta de protestas o indignaci¨®n, la ¨²ltima tanda en 2017, con los asesinatos pr¨¢cticamente seguidos de Breach y Valdez, ambos atacados por su labor period¨ªstica. La confirmaci¨®n del m¨®vil responde aqu¨ª a la labor de la Fiscal¨ªa Especializada en Atenci¨®n a Delitos contra la Libertad de Expresi¨®n, FEADLE, una excepci¨®n en realidad. La mayor parte de asesinatos o ataques contra periodistas que asume la FEADLE queda impune.
A la muerte de Breach y Valdez, una ola de protestas, apoyada por colectivos de periodistas extranjeros y organizaciones internacionales, arranc¨® una promesa de cambio al Ejecutivo, dirigido entonces por Pe?a Nieto. El mandatario se comprometi¨® a fortalecer los dos instrumentos de que dispone el Estado para proteger a periodistas, la FEADLE y el mecanismo de protecci¨®n a periodistas y activistas de la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n, que cuenta con un presupuesto anual cercano a los 500 millones de pesos y alrededor de 1.500 beneficiarios.
Con tres asesinatos en tres semanas, la sospecha planea de nuevo sobre ambas herramientas. La falta de un protocolo de revisi¨®n al m¨¢s alto nivel del Gobierno federal o la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica y la endeble respuesta de la administraci¨®n a los atentados, regateados con la habitual ligereza del p¨¦same, invitan a pensar en pocos cambios y un futuro de nuevas protestas, nuevas agresiones. Un ciclo interminable.
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