La locura reguetonera de Bad Bunny en M¨¦xico
El cantante puertorrique?o colapsa todas las plataformas y taquillas de venta de boletos de sus conciertos en M¨¦xico en apenas unas horas
Una cosa es ser Juan Pablo II, que decenas de miles de fieles hayan derretido las llaves de su casa para hacerle una estatua, que los m¨¢s pobres, marginados, desheredados del M¨¦xico cruel y desigual abarroten las gradas de un imponente Estadio Azteca con la fe imbatible de pisar el mismo suelo que el representante de Cristo en la tierra; y otra muy distinta, que un tipo desali?ado de Puerto Rico logre lo que muy pocos mortales: que una masa indecente de j¨®venes desbocados vendan un coche, empe?en sus ahorros y los de su abuela, dejen de trabajar en cuatro d¨ªas para hacer cola o gasten lo poco que ganaron este a?o para consagrarse a una nueva religi¨®n: la del baile apretado, las nalgas al piso, el sudor, la calle, el perreo, el reguet¨®n, la vida que no les quit¨® la pandemia.
Mami, ?qu¨¦ t¨² quiere¡¯? Aqu¨ª lleg¨® tu tibur¨®n.
Benito Antonio Mart¨ªnez Ocasio, directamente del espacio, modelo de revista sin gimnasio, solo ha tenido que borrar todas sus fotos de Instagram y dejar un v¨ªdeo donde anunciaba su gira de este a?o para que cientos de miles de fans colapsaran las p¨¢ginas de ventas de boletos en medio continente. Esta semana en Ciudad de M¨¦xico, en cuesti¨®n de horas, el equivalente a toda la poblaci¨®n de Cuernavaca ¡ªcasi 400.000 almas¡ª forzaba la web para conseguir unas entradas a precios desorbitados para las citas del 9 y 10 de diciembre en el Estadio Azteca. La lista de espera en l¨ªnea para conseguir un boleto era tal, que un tuitero calcul¨® que si la cola hubiera sido presencial, dada la distancia protocolaria por la pandemia y el n¨²mero de personas, ¨¦l estaba en ese momento en Irapuato (Guanajuato), a 365 kil¨®metros del estadio.
La irrupci¨®n de Bad Bunny en M¨¦xico se ha comparado esta semana con la llegada del sumo pont¨ªfice al Azteca, al concierto de Michael Jackson en los noventa o el de Elton John ¡ªla mayor¨ªa de fans del Conejo ni siquiera hab¨ªan nacido¡ª. Muy pocos pueden presumir de hacer un doble sold out (todo vendido) en uno de los recintos m¨¢s grandes del mundo, con capacidad para 87.000 personas. Algunos mexicanos con calidad de dioses de la m¨²sica, como Vicente Fern¨¢ndez o Juan Gabriel, lo han logrado en contadas ocasiones, pero nunca el reguet¨®n boricua hab¨ªa tocado las puertas del recinto con apodo ¨¦pico, El Coloso de Santa ?rsula.
Soy el mejor trapero vivo en mi opini¨®n. Est¨¢ cabr¨®n ser yo.
Todo empez¨® el lunes. Ese d¨ªa se anunci¨® la preventa de los tickets para los conciertos de Bad Bunny en Ciudad de M¨¦xico y en Monterrey. Los que contaban con una cuenta en el banco Citibanamex ten¨ªan la posibilidad de acceder a la compra unos d¨ªas antes que el resto de los mortales, que no ten¨ªan m¨¢s opci¨®n que acudir a la taquilla ¡ªen Monterrey¡ª o esperar a la venta general este jueves. Todo colaps¨®. La preventa agot¨® las miles de entradas y no hab¨ªa forma humana de hacerse con un boleto. En Monterrey, un millar de j¨®venes les mentaban la madre a los que se colaban en las filas donde hab¨ªan acampado tres noches.
Un d¨ªa despu¨¦s, los organizadores de los conciertos anunciaron que ampliaban una fecha m¨¢s para cada recinto. Pero sucedi¨® lo mismo. Este jueves, d¨ªa en que oficialmente estaba abierta al p¨²blico la venta de entradas, desde temprano ya era imposible conseguir un ticket. Todo vendido. M¨¢s de 276.000 entradas para las cuatro fechas en cuesti¨®n de horas. Una chica lloraba desconsolada ante las rejas del Arena Monterrey mientras una c¨¢mara de televisi¨®n no dejaba de grabar.
Nacimos pobres pa¡¯ morirnos millonarios.
¡°Yo renunci¨¦ en mi chamba [trabajo]. Llevo dos d¨ªas en la fila¡±, le contaba un joven de no m¨¢s de 18 a?os a un Youtuber que hab¨ªa acudido a las puertas del recinto regiomontano para entender por qu¨¦ la gente se estaba volviendo loca con el famoso Bad Bunny. ¡°Trabaj¨¦ una semana y media para juntar dinero para el boleto¡±, apuntaba otra, que llevaba tatuados en el brazo n¨²meros que iban desde el 200 y pico al 600. Los n¨²meros de la fila. Otros aprovechaban la ocasi¨®n para hacer una denuncia: ¡°A los revendedores, queremos decirles que empaticen con la raza. No se vale. ?Justicia!¡±. Seg¨²n el grupo de una docena de personas que aparecen en el v¨ªdeo del canal Radar en Youtube, hab¨ªan visto con sus propios ojos c¨®mo sal¨ªan hombres y mujeres con fajos de boletos para revender a precios imposibles.
Esa gente que esperaba acampada y empotrada en las rejas del estadio hab¨ªa juntado m¨¢s de 3.000 pesos (145 d¨®lares), muchos de ellos m¨¢s de 9.000 (unos 440 d¨®lares) por ver a Bad Bunny en diciembre. Los ahorros de un a?o para una se?ora que se hab¨ªa subido a la valla, a gritarle a los de la taquilla. Ella ni siquiera sab¨ªa qui¨¦n era el mentado Conejo, pero su hijo se lo hab¨ªa suplicado. En M¨¦xico el salario m¨ªnimo, al que no llega una gran parte de la poblaci¨®n sin contrato, ronda los 5.255 pesos mensuales en todo el pa¨ªs, y en la zona fronteriza del norte, los 7.914 pesos. Muchos se han gastado m¨¢s de lo que ganan en un mes y los bancos, como el Citibanamex, se han frotado las manos.
Al mismo tiempo que unos gritaban y se pegaban en las taquillas, otros aprovecharon Twitter para arremeter contra la locura reguetonera que hab¨ªa despertado en M¨¦xico. Hombres discutiendo qu¨¦ tan mis¨®gino es Bad Bunny comparado con Soda Stereo; miles de tuits recordando que Safaera o Yo perreo sola les hab¨ªan salvado durante el encierro pand¨¦mico; o si de verdad era conveniente llevar a ¡°su hija¡± a un espect¨¢culo que ensalza el sexo, las drogas y la fiesta.
Mientras, Benito Mart¨ªnez Ocasio, que hasta hace muy poco (2016) trabajaba como reponedor en un supermercado de Puerto Rico, celebraba el ¨¦xito de ser uno de los artistas m¨¢s escuchados del mundo. Un r¨¦cord impensable hace una d¨¦cada para un latino. En 2020 se coloc¨® como el artista global n¨²mero 1 en Spotify, con m¨¢s de 8.300 millones de reproducciones. Y en 2021 lo volvi¨® a hacer, con mil millones m¨¢s. Su disco, YHLQMDLG (acr¨®nimo de Yo hago lo que me da la gana) se coron¨® como el mejor ¨¢lbum latino del a?o en los American Music Awards cuando sus canciones solo hab¨ªan sido escuchadas durante la pandemia. Y el a?o pasado, arras¨® en los Billboards, gan¨® un Grammy y otro Grammy Latino.
?Que por qu¨¦ soy el mejor? Les doy cinco razones: porque me sale de los cojones.
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