M¨¢s enredos en Xoxocotla por la pugna de la alcald¨ªa
El 4 de junio, un tribunal electoral federal destituy¨® al alcalde de este pueblo de Morelos. El ya exalcalde obvi¨® la resoluci¨®n y convoc¨® de manera irregular una asamblea para permanecer en el cargo, entre acusaciones de corrupci¨®n por traer vecinos de otros pueblos
Sigue el enredo en Xoxocotla, que vive un conflicto pol¨ªtico cada vez m¨¢s complejo, ajeno a resoluciones judiciales y mediaciones de todo tipo. Con dos funcionarios municipales asesinados entre enero y marzo -uno de ellos el alcalde, Benjam¨ªn L¨®pez Palacios- los vecinos aguardan al vencedor de la pelea entre dos grupos antag¨®nicos, que pugnan por el Gobierno local. Uno de los grupos lo componen los leales a L¨®pez Palacios. El otro integra al que fuera su suplente, Abraham Salazar, y su equipo.
Caso detallado por EL PA?S en varias entregas desde enero, la tensi¨®n ha aumentado en el pueblo en los ¨²ltimos d¨ªas, situaci¨®n que ilustra una realidad nacional. Los ataques contra funcionarios, candidatos y cargos de elecci¨®n popular se cuentan por cientos cada a?o. Son cr¨ªmenes que suelen leerse como consecuencias de la diversificaci¨®n empresarial de los c¨¢rteles de la droga. Situaciones como la de Xoxocotla muestran, sin embargo, que la pol¨ªtica no necesita aditivos para generar muertos. El control de la burocracia y los recursos municipales son motor y combustible de la violencia actual en M¨¦xico.
Todos temen m¨¢s asesinatos en Xoxocotla, sobre todo despu¨¦s de la ¨²ltima semana y media. El 4 de junio, un tribunal electoral federal destituy¨® a Abraham Salazar de la alcald¨ªa, cargo que ostentaba desde marzo, cuando un tribunal inferior atendi¨® sus impugnaciones. Salazar defend¨ªa que ante el asesinato de L¨®pez Palacios en enero, ¨¦l deb¨ªa ocupar la alcald¨ªa y no Ra¨²l Leal, heredero de L¨®pez Palacios, elegido por una mayor¨ªa de regidores en una reuni¨®n de cabildo en febrero.
Lejos de acatar la resoluci¨®n del tribunal federal, Salazar convoc¨® una asamblea para el s¨¢bado pasado, con la intenci¨®n de ratificar su mandato. La mera convocatoria era irregular, pues al momento de llamar a los vecinos a la asamblea, Salazar ya no era alcalde. De hecho, Leal, su equipo y seguidores no acudieron a la reuni¨®n, ampar¨¢ndose en la resoluci¨®n judicial.
La asamblea se celebr¨® y Salazar gan¨®, seg¨²n su c¨¢lculo, con el voto a favor de 6.447 asistentes. El grupo contrario y otros vecinos consultados por este diario denuncian, sin embargo, que el exaclalde y su equipo trajeron habitantes de otros pueblos para hacer bulto en la votaci¨®n, realizada por el m¨¦todo de pelot¨®n: en una cancha de f¨²tbol, los que est¨¢n a favor de una opci¨®n se quedan a un lado y los que prefieren la contraria, al otro. En un v¨ªdeo de la votaci¨®n que tom¨® un medio local, no parece que all¨¢ hubieran m¨¢s de 1.500 personas.
Con la asamblea, Salazar no solo incurr¨ªa en una irregularidad, sino que adem¨¢s obviaba una resoluci¨®n del mismo tribunal electoral federal que, el 8 de junio, exig¨ªa al excalde que acatara el fallo en su contra, y transfiriera el poder a Leal y su equipo. Preguntado al respecto, Salazar ha dicho: ¡°Una disculpa pero mi equipo jur¨ªdico me ha pedido no dar ninguna declaraci¨®n por lo delicado del asunto¡±.
La rispidez entre uno y otro grupo apunta a los asesinatos. El equipo de Leal acusa a Salazar y los suyos de las ejecuciones del alcalde L¨®pez Palacios y del secretario municipal, Manuel Alejandro Jim¨¦nez. Las sospechas vienen de lejos. Como explic¨® este diario en entregas anteriores, el grupo de Leal y L¨®pez Palacios se siente amenazado por una facci¨®n del grupo de Salazar, que ellos identifican como criminales locales. Concretamente se?alan a dos personajes, Liberio D¨ªaz y Silvano Rivera. En una entrevista mantenida en mayo, Salazar reconoci¨® a este peri¨®dico que D¨ªaz forma parte de su equipo, aunque neg¨® que haya empleado la violencia en todo este proceso. A Rivera lo desconoci¨®.
El equipo leal a L¨®pez Palacios sostiene que, como parte de su programa de Gobierno, Salazar pretend¨ªa la llegada de un grupo criminal que financiar¨ªa obras en Xoxocotla como parte de un esquema para lavar dinero. Salazar siempre lo ha negado y ha dicho que ese grupo criminal del que habla la otra parte es en realidad una pareja de empresarios, expertos en bajar recursos del Gobierno federal para obra p¨²blica y proyectos agropecuarios.
Sea como sea, el caso es que hubo muertos en Xoxocotla y que todos esperan m¨¢s. Salazar sigue actuando como alcalde, mientras el equipo de Leal trata de tomar posesi¨®n, a la espera de se?ales del Gobierno y las autoridades electorales estatales, responsables de que el excalcalde entregue la vara de mando.
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