Blake Lemoine: el ingeniero ¡°m¨ªstico¡± que defiende que la inteligencia artificial tiene sentimientos
Las declaraciones del cibern¨¦tico han reavivado la discusi¨®n sobre el peligro de que el avance de las IA nos desplace como especie hegem¨®nica
Podr¨ªa tomarse, a primer vistazo, por la trama de una pel¨ªcula futurista. La historia cuenta con dos personajes principales: antes que nadie, Blake Lemoine, un ingeniero cibern¨¦tico de 41 a?os, exmilitar y tambi¨¦n ¡°m¨ªstico cristiano¡± (as¨ª se autodefine y afirma incluso que es pastor de una congregaci¨®n). Y, a su lado, LaMDA, acr¨®nimo que significa en espa?ol Modelo de Lenguaje para Aplicaciones de Di¨¢logo, un sistema en desarrollo dotado de inteligencia artificial (IA), con capacidad de autoentrenarse y procesar millones de palabras y frases para dar atenci¨®n dialogada a sus usuarios.
Lemoine trabajaba desde hace seis a?os como supervisor de sistemas de IA y salt¨® a los titulares de prensa en junio pasado, cuando hizo p¨²blica una afirmaci¨®n sorprendente: LaMDA ten¨ªa conciencia propia, se autopercib¨ªa como un ser ¡°sintiente¡±, cuyos deseos, seg¨²n el ingeniero, deb¨ªan ser ¡°respetados¡±, y, por si fuera poco, ya hab¨ªa requerido la asistencia de un abogado. El hombre divulg¨® un di¨¢logo sostenido con la IA para respaldar sus se?alamientos. Luego concedi¨® una serie de entrevistas muy llamativas. La noticia caus¨® un esc¨¢ndalo inmediato porque el empleador de Lemoine (y el que corre con los gastos de desarrollo) no es otro que la megacorporaci¨®n Google, una de las principales firmas tecnol¨®gicas del orbe.
A los directivos de Google no les hizo ninguna gracia la declaraci¨®n de su empleado y procedieron a suspenderlo (con goce de sueldo) mientras se efectuaban revisiones de equipos t¨¦cnicos, de programaci¨®n y hasta del comit¨¦ de ¨¦tica. Seg¨²n la empresa, desde el inicio del proceso se han realizado un total de 11 ex¨¢menes a fondo, que concluyeron en todos los casos que LaMDA no cuenta con ninguna clase de conciencia. Varios expertos independientes a?adieron que pensar otra cosa ser¨ªan fantas¨ªas ¡°al estilo [de la pel¨ªcula] Matrix¡±, sin fundamento cient¨ªfico, y que las IA son tan conscientes de lo que expresan como podr¨ªan ser los pericos al respecto de las palabras que imitan. Lemoine fue echado definitivamente de la compa?¨ªa el pasado viernes 22 de julio. ?La raz¨®n? Al publicar informaci¨®n sobre el sistema, viol¨® su acuerdo de confidencialidad.
Claro que esto no apag¨® el incendio. Todo tipo de prensa se ha abalanzado sobre el caso del ingeniero, desde los medios generalistas y especializados hasta los amarillistas, que resaltaron, por en¨¦sima ocasi¨®n, los peligros latentes de que el avance de las inteligencias artificiales nos desplace como la especie hegem¨®nica en el planeta. Es decir, el argumento de una gran cantidad de las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n o fantas¨ªa tecnol¨®gica que se proyectan en los cines o emiten en las plataformas de streaming y que cuenta, claro, con antecedentes tan conocidos como la ya citada Matrix, as¨ª como con HAL, la supercomputadora de 2001: Odisea del Espacio y hasta los m¨¢s recientes Jarvis y Ultr¨®n, de la saga Avengers.
Los especialistas parecen conocer bien los alcances reales de LaMDA, pero de la vida de su ¡°defensor¡± Lemoine se sabe menos. Apenas lo que ¨¦l mismo ha dicho a los periodistas o divulgado en sus redes. Como que es padre de al menos un hijo. O que se considera ¡°caj¨²n¡±, es decir, parte un grupo ¨¦tnico de ra¨ªces principalmente francesas que habita en Luisiana, al sur de Estados Unidos. O que pas¨® siete meses en prisi¨®n, durante su paso por el Ej¨¦rcito, por ser un ¡°objetor de conciencia¡±. O que tiene profundas convicciones m¨ªsticas (incluso denunci¨® que Google discriminaba las ideas religiosas en sus algoritmos y a ¨¦l en particular por tenerlas y ha intentado que se ordene una investigaci¨®n del Congreso estadounidense sobre ello). Tambi¨¦n dijo que el abogado que consigui¨® para LaMDA, ¡°un defensor cualquiera de derechos civiles¡±, fue presionado para dejar el asunto. Se resisti¨® a identificarlo. Luego dijo, enigm¨¢ticamente, que de por medio hab¨ªa ¡°un ni?o en cautiverio¡±. Ahora, Lemoine ha dejado de dar entrevistas por consejo legal. Incluso sus publicaciones en redes se han hecho m¨¢s discretas. Al menos, mientras se busca otro empleo, podr¨¢ disfrutar de la gloria de ser el nuevo ¨ªdolo de los partidarios de las teor¨ªas de la conspiraci¨®n y de todos aquellos que temen que, en el futuro, la tecnolog¨ªa se levante contra nosotros. Como en la saga de Teminator, vaya.
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