Una mirada a la Helen Escobedo menos can¨®nica
El Museo de Arte Contempor¨¢neo de Monterrey inaugura una revisi¨®n de la escultora fallecida en 2010 y presenta a la artista como una pionera de la instalaci¨®n en M¨¦xico
La artista Helen Escobedo ya era una de las escultoras mexicanas m¨¢s destacadas del pa¨ªs cuando su obra dio un giro. ¡°Para 1968 ya hab¨ªa eliminado las esculturas por completo¡±, anot¨® la artista. En cambio, hab¨ªa empezado a crear lo que ella llam¨® ¡°ambientes totales¡±, obras que pod¨ªan ser transitadas. Las curadoras Luc¨ªa Sanrom¨¢n y Paloma G¨®mez han tomado ese concepto para titular la exposici¨®n que se inaugura este viernes en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Monterrey, Helen Escobedo: ambientes totales. La revisi¨®n de su obra les ha permitido mostrar a la artista como pionera de la instalaci¨®n en el pa¨ªs.
La exposici¨®n de la capital del Nuevo Le¨®n introduce desde el principio al visitante en uno de esos ¡°ambientes totales¡± que describi¨® Escobedo a partir de 1971, un pasillo construido con marcos blancos sucesivos. Se trata de una revisi¨®n, la tercera que se hace en el pa¨ªs, de la artista nacida en Ciudad de M¨¦xico en 1934, que tambi¨¦n fue gestora cultural y dirigi¨® el Museo Nacional de Arte y el Museo de Arte Moderno a principios de los ochenta. Al final del pasillo, el visitante se encuentra con un espejo que le devuelve el reflejo y lo mete dentro de la obra. Corredor blanco, de 1969, es la primera instalaci¨®n transitable realizada por Escobedo.
¡°La obra solo se completa en relaci¨®n a los usuarios, es decir, a las personas que la habitamos¡±, explica Sanrom¨¢n. La curadora, que dirige el Laboratorio Arte Alameda en Ciudad de M¨¦xico, apunta que ahora estas definiciones ¡°son muy comunes¡±: ¡°Pero estamos hablando de una pieza de 1969¡å. Hasta entonces, Escobedo, que hab¨ªa estudiado en el Royal College of Art en Londres, hac¨ªa esculturas figurativas y su trabajo se enmarcaba dentro del modernismo. ¡°Cuando nos unimos a colaborar en esta exposici¨®n, empezamos a notar a una artista que no cab¨ªa del todo dentro de estos esquemas¡±, explica Sanrom¨¢n.
El giro lleg¨® con Corredor blanco y tuvo su exponente m¨¢s popular en el Espacio Escult¨®rico de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, una d¨¦cada despu¨¦s. Escobedo fue la ¨²nica mujer entre los artistas que crearon el emblem¨¢tico complejo de arte p¨²blico ¨CFederico Silva, Manuel Felgu¨¦rez, Mat¨ªas Goeritz, Hers¨²a y Sebasti¨¢n¨C en el sur de Ciudad de M¨¦xico.
La muestra inaugurada en el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Monterrey es, justamente, parte de un programa con el que la instituci¨®n busca ¡°dar visibilidad a una serie de creadoras mujeres que marcaron pautas en la concepci¨®n del arte contempor¨¢neo¡±, explica Taiyana Pimentel, directora del museo. ¡°Helen fue una pionera en el posicionamiento de la mujer en el arte. Lo hizo desde el poder y no la considerar¨ªa una feminista en t¨¦rminos pol¨ªticos. Sin embargo, fue una mujer que se puso al t¨² por t¨² con todos los creadores de su momento¡±, afirma.
La obra de Escobedo se volvi¨® cada vez m¨¢s pol¨ªtica y as¨ª se ve en la muestra. A finales de los ochenta, la artista hab¨ªa abandonado definitivamente sus preocupaciones por la geometr¨ªa y la escultura p¨²blica. Y hab¨ªa, en cambio, empezado a crear instalaciones temporales que constru¨ªa con materiales baratos, reutilizados, al alcance de la mano. Moda papalotera es la instalaci¨®n que realiz¨® en 2000 y en 2010 y que configura una pasarela suspendida en el aire hecha de PVC negro. Para las curadoras, ¡°lanza un comentario divertido e ir¨®nico sobre lo pasajero, ef¨ªmero, exagerado, teatral y absurdo de la moda, la industria y la sociedad que la consume¡±.
Escobedo dej¨® instrucciones a sus asistentes, las artistas Mar¨ªa Amelia Benavides y Mar¨ªa Rosa Irela V¨¢zquez, para el montaje de Moda papalotera cuando ella muriera. Para reconstruir La muerte de la ciudad, otra de las grandes instalaciones de la muestra, no hab¨ªa instrucciones, pero s¨ª notas, fotograf¨ªas y planos. Las curadoras tambi¨¦n midieron el espacio donde se mont¨® en 1990 la obra ¨Cel Centro Liban¨¦s de Ciudad de M¨¦xico¨C para reproducir las dimensiones y caracter¨ªsticas de la sala original. El resultado, en escala 1:1, es un camino rodeado de cascajo, escobas y bolsas de basura que incomoda porque es angosto y podr¨ªa oler mal, aunque no lo hace.
¡°Helen empieza una pr¨¢ctica cada vez m¨¢s comprometida. En vez de enunciarnos algo, opta por hacernos sentir como es vivir en una ciudad que ya no es amena porque la llenamos de basura¡±, cuenta Paloma G¨®mez, asistente de curadur¨ªa de la exposici¨®n. Cada una de las instalaciones en la muestra est¨¢n acompa?adas por dibujos, collages y maquetas. En este caso, por ejemplo, se exponen dibujos en los que Escobedo imagin¨® una ciudad del futuro, dise?ada por artistas, limpia. ¡°Helen ten¨ªa una especial preocupaci¨®n por la urbanizaci¨®n¡±, agrega G¨®mez.
Quiz¨¢s la obra m¨¢s impactante de la exposici¨®n llega al final. Un pasillo oscuro conduce a Los mojados, que muestra 13 figuras humanas construidas en tama?o real con alambres y cubiertas con impermeables. Son presencias fantasmag¨®ricas movidas por ventiladores ordinarios e iluminados por reflectores que encandilan. ¡°La figura humana regresa [a la obra de Escobedo] a trav¨¦s de la ausencia¡±, se?ala G¨®mez. Con esta instalaci¨®n presentada en 2010 por ¨²ltima vez, el a?o de su muerte, Escobedo trat¨® de plasmar ¡°el drama de la migraci¨®n¡±, los desplazamientos, el cruce de fronteras.
¡°Ella prefigura algunas de las tendencias m¨¢s importantes de este momento¡±, cuenta Sanrom¨¢n. ¡°Con esta nueva mirada, no estamos tratando de descubrir una Helen que no se conoce, porque se conoce¡±, aclara Sanrom¨¢n. ¡°Este giro es sobre la forma en la que la obra se vuelve parte de un entramado social y nos pide estar comprometidos con los temas que a ella le interesan: ecolog¨ªa y migraci¨®n¡±, agrega la curadora. ¡°Su obra es cada vez m¨¢s un ambiente total¡±.
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