Todo comenz¨® con la explosi¨®n de una lavadora
Los carteles pueden tener muchos apellidos: el del huachicol, el de las basuras, el del gas, o cualquier otro en el que una red delictiva est¨¦ monopolizando un negocio. El que nos ocupa ahora es el cartel inmobiliario, en la capital mexicana


Tradicionalmente, se asocia la palabra cartel a organizaciones delictivas que trafican con armas o drogas. Si solo fuera eso. M¨¦xico ha diversificado el concepto hasta extremos insospechados de la mano de la corrupci¨®n. Los carteles pueden tener ahora muchos apellidos: el del huachicol, el de las basuras, el del gas, o cualquier otro en el que una red delictiva est¨¦ monopolizando un negocio. El que nos ocupa estos d¨ªas es el cartel inmobiliario, que levantaron unos cuantos espabilados en la alcald¨ªa Benito Ju¨¢rez, de la capital mexicana. Se pone en marcha la maquinaria de la corrupci¨®n, con la connivencia de los poderes p¨²blicos, de los partidos pol¨ªticos, de los empresarios, y a hacer dinero. A?o tras a?o, sin que nadie le ponga freno.
La gracia de este caso, si es que tiene alguna, es que el entramado se fue al garete por culpa de una lavadora, a la que un buen d¨ªa le dio por explotar. Para qu¨¦ fiscal¨ªas, ni inspecciones locales si contamos con la participaci¨®n desinteresada de las lavadoras. Ocurri¨® que los se?ores del negocio il¨ªcito dieron algunos pasos en falso asustados por el esc¨¢ndalo de la lavadora y la informaci¨®n que una inspecci¨®n podr¨ªa generar en los apartamentos y el nombre de sus due?os. Las medidas para proteger la red il¨ªcita de construcci¨®n de edificios tuvieron el efecto contrario y la investigaci¨®n, que ya estaba en marcha, recibi¨® de repente informaci¨®n relevante, pruebas y pistas para atar cabos. Los espabilados tambi¨¦n cometen errores.
Pero eso fue el cap¨ªtulo primero. El segundo, que este peri¨®dico ha revelado recientemente, nos cuenta con claridad meridiana por qu¨¦ los malos cometen maldades: porque se lo permiten. La alcald¨ªa Benito Ju¨¢rez vivi¨® un auge inmobiliario en los ¨²ltimos a?os que a cualquier ciudadano le tiene que dar que pensar, en M¨¦xico y en Pernambuco pasando por Madrid. M¨¢xime a las autoridades que vigilan el cumplimiento de las leyes en esta materia, a sabiendas de que la construcci¨®n desaforada es una f¨¢brica de intereses coludidos en tantos casos. Pero Georgina Zerega cuenta ac¨¢ c¨®mo la ley fue lo ¨²ltimo que se tuvo en cuenta en este lucrativo negocio. La Procuradur¨ªa Ambiental y del Ordenamiento Territorial de Ciudad de M¨¦xico (PAOT) alert¨® en 2014 al entonces alcalde Jorge Romero, actual diputado del Partido Acci¨®n Nacional (PAN), de irregularidades de toda clase en al menos siete construcciones.
El alcalde no se dio por enterado, al parecer. Es ahora, cuando la Fiscal¨ªa de la Ciudad de M¨¦xico ha abierto su expediente contra el cartel inmobiliario de la Ju¨¢rez (gracias, lavadora), que ha dado con sus huesos en la c¨¢rcel Luis Vizca¨ªno, director jur¨ªdico y de Gobierno de la alcald¨ªa entre 2009 y 2016, acusado de enriquecimiento il¨ªcito. Se busca a Nicias Aridjis V¨¢zquez, a la saz¨®n director de Obra P¨²blica de la alcald¨ªa, de quien se sospecha que oper¨® con malas ma?as entre 2006 y 2018. Por entonces, los ciudadanos, efectivamente, se hartaban de denunciar y denunciar irregularidades en los predios. Tantos fueron los reclamos que las autoridades abrieron investigaciones y se emitieron recomendaciones. Pero nada. Hubo de explotar la ben¨¦fica lavadora, que dios la tenga en su seno, para que la mara?a corrupta comenzara a desenredarse. Atentos a los siguientes cap¨ªtulos.
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