El rescate de El Vago: 80 hombres armados, 10 minutos y nada de resistencia en la c¨¢rcel de la sierra de Guerrero

Ocurri¨® este mi¨¦rcoles por la ma?ana, poco antes de las 7.00. Un comando armado, integrado por 80 personas, irrumpi¨® en una c¨¢rcel de la sierra de Guerrero, en el centro de M¨¦xico, y liber¨® a uno de los presos, un tal Samuel N, alias El Vago, presunto secuestrador que hab¨ªa llegado all¨ª el d¨ªa anterior. El comando lleg¨® al penal, retuvo al director, desarm¨® a los custodios, se hizo con el control moment¨¢neo del centro, que depende del Gobierno estatal, y sali¨® de all¨ª sin mayor problema. Todo en diez minutos, como ha informado este jueves la Fiscal¨ªa estatal.

Algunos medios han se?alado tambi¨¦n que otros ocho internos aprovecharon el momento para escapar, situaci¨®n que no han confirmado las autoridades. En un comunicado, la Fiscal¨ªa ha dado detalles sobre la toma del penal. Al parecer, el grupo criminal cogi¨® de rehenes al director y al encargado de la seguridad del centro, que sal¨ªan a comprar comida para el rancho de los internos. Los delincuentes retuvieron al director, situaci¨®n que oblig¨® a los custodios, tres en total, a deponer las armas. Con el m¨¢ximo responsable del penal enca?onado, 10 de los 80 entraron, ubicaron a El Vago y salieron con ¨¦l. A los pocos minutos se hab¨ªan esfumado.

Todo esto ocurri¨® en la c¨¢rcel de Coyuca de Catal¨¢n, poblaci¨®n vecina de Ciudad Altamirano, cabecera regional, donde horas antes un incendio monumental destruy¨® decenas de puestos en el mercado central. El mi¨¦rcoles, medios locales y nacionales se?alaron la posibilidad de que ambos eventos estuvieran relacionados, pero el alcalde de Altamirano inform¨® de que el origen del fuego fue, probablemente, una vela traicionera del ¨¢rea de santer¨ªa, donde son habituales los rituales esot¨¦ricos. El velador del mercado se?al¨® como posible causa tambi¨¦n un cortocircuito en los cables de un ventilador.

La evasi¨®n de Coyuca enlaza con problemas recientes en otras c¨¢rceles del Estado, una situaci¨®n que afecta en realidad al pa¨ªs entero: la falta de vigilancia de las prisiones, sobre todo las de ¨¢mbito estatal, el r¨¦gimen de autogobierno total o parcial que impera en muchas y la violencia, convertida en moneda de cambio en el d¨ªa a d¨ªa de los internos. No hay que irse muy atr¨¢s para encontrar situaciones de riesgo en c¨¢rceles de Guerrero. Apenas en febrero, un mot¨ªn en el penal de Acapulco dej¨® 20 polic¨ªas heridos.

Motines y fugas en las c¨¢rceles iluminan en realidad un problema mayor, la claudicaci¨®n de las autoridades ante la inseguridad, incapaces o desinteresadas en cambio alguno. La crisis de violencia que vive M¨¦xico desde hace al menos 15 a?os exige ver al crimen como parte del engranaje del Estado a diferentes niveles, como muestran casos paradigm¨¢ticos, como el ataque contra los estudiantes de Ayotzinapa en Iguala, en 2014. En Tierra Caliente, la violencia es igualmente habitual y la fuga de Coyuca es solo el ¨²ltimo eslab¨®n de una larga cadena.

El Vago y San Miguel

Coyuca y Altamirano son pueblos de Tierra Caliente, regi¨®n que incluye municipios de Guerrero, pero tambi¨¦n del Estado de M¨¦xico y Michoac¨¢n. Estos dos municipios en concreto figuran en el l¨ªmite de Guerrero con Michoac¨¢n y son vecinos de San Miguel Totolapan. En octubre, sicarios acribillaron a 20 personas en San Miguel, entre ellos al alcalde y su padre, alcalde tambi¨¦n a?os atr¨¢s. Fue la peor masacre en a?os en la zona. Las autoridades federales y estatales anunciaron operativos de los cuerpos de seguridad, entre ellos la Guardia Nacional y el Ej¨¦rcito. Mes y medio despu¨¦s, otro grupo de sicarios rompi¨® la seguridad de una prisi¨®n estatal cerca de all¨ª sin ning¨²n problema.

La Fiscal¨ªa ha informado de que el preso fugado, alias El Vago, era el l¨ªder de una banda de secuestradores, se?alada de perpetrar al menos un secuestro, hace unos meses en Chilpancingo, la capital del Estado. La dependencia detuvo a El Vago este lunes y el martes lleg¨® a Coyuca, donde no pas¨® un d¨ªa entero antes de que sus secuaces lo liberaran. Aficionadas a dar nombres de grupos delictivos, siglas y alias, las autoridades han evitado mencionar alguno esta vez, cosa sorprendente dada la geograf¨ªa de la evasi¨®n.

La matanza de octubre en San Miguel devolvi¨® a los titulares de prensa los nombres de dos viejas bandas criminales, enraizadas en Tierra Caliente desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, Los Tequileros y la Familia Michoacana. En un principio, las autoridades culparon a los primeros de la matanza, conocida la cercan¨ªa del alcalde asesinado y su padre con la Familia, y su vieja enemistad con Los Tequileros. Incluso, uno de los l¨ªderes de la Familia, Jos¨¦ Alfredo Hurtado, alias La Fresa, dijo en un v¨ªdeo publicado en Facebook que los sicarios iban busc¨¢ndole a ¨¦l, tanto como al alcalde, y que ya hab¨ªan matado a los asesinos.

Pero con el paso de los d¨ªas, el Gobierno federal cambi¨® de parecer y dijo que la masacre hab¨ªa sido en realidad obra de La Familia Michoacana. Seg¨²n esta versi¨®n, el grupo criminal hab¨ªa se?alado de traici¨®n al alcalde y su equipo, culpables, a su entender, de la muerte meses atr¨¢s de otro pol¨ªtico de San Miguel, favorito del grupo criminal para el futuro en el pueblo. Parece tener m¨¢s sentido esta segunda teor¨ªa, pues las autoridades hac¨ªa a?os que daban por desarticulados a Los Tequileros, despu¨¦s de una oleada de secuestros masivos perpetrados por ellos a finales de los a?os de la presidencia de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018).

Sea como fuere, la presencia de un grupo armado de 80 personas en Tierra Caliente resulta dif¨ªcil de entender sin mezclar los nombres de las bandas criminales de la regi¨®n, principalmente La Familia Michoacana. Conviene apuntar, sin embargo, otras siglas, las del Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, CJNG, presente en municipios colindantes de Michoac¨¢n. Seg¨²n reportes de prensa, en los ¨²ltimos a?os, c¨¦lulas del grupo han tratado de llegar a Coyuca, provocando el caos en algunas comunidades del municipio. No en vano, este mismo a?o decenas de familias de comunidades serranas salieron de sus casas por amenazas de grupos criminales, situaci¨®n que todav¨ªa no se ha resuelto.

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