La barranca de La Aurora, la fosa clandestina que persigue a Javier Duarte
El sitio, supuestamente utilizado por la polic¨ªa de Veracruz para esconder restos humanos, acorrala al exgobernador, vinculado a proceso por la desaparici¨®n forzada del polic¨ªa David Lara
Perdida entre las sierras del Estado de Veracruz, una barranca de nombre La Aurora se abre como una enorme garganta. Un precipicio semicircular de 300 metros de profundidad que asusta a quien se anime a mirar hacia el fondo, donde una vegetaci¨®n verde y frondosa lo cubre todo. Un poco m¨¢s abajo, un lago subterr¨¢neo corre por debajo de los cerros. Es un para¨ªso natural casi inaccesible que en enero de 2016 sali¨® a la luz por su uso m¨¢s vil: hab¨ªa sido utilizado como fosa clandestina. A unos 12 escasos minutos de este barranco se encuentra la academia de polic¨ªa estatal, ahora bajo investigaci¨®n...
Perdida entre las sierras del Estado de Veracruz, una barranca de nombre La Aurora se abre como una enorme garganta. Un precipicio semicircular de 300 metros de profundidad que asusta a quien se anime a mirar hacia el fondo, donde una vegetaci¨®n verde y frondosa lo cubre todo. Un poco m¨¢s abajo, un lago subterr¨¢neo corre por debajo de los cerros. Es un para¨ªso natural casi inaccesible que en enero de 2016 sali¨® a la luz por su uso m¨¢s vil: hab¨ªa sido utilizado como fosa clandestina. A unos 12 escasos minutos de este barranco se encuentra la academia de polic¨ªa estatal, ahora bajo investigaci¨®n. La teor¨ªa de la Fiscal¨ªa del Estado, que acaba de lograr por primera vez la vinculaci¨®n a proceso del exgobernador Javier Duarte por un caso de desaparici¨®n forzada, del polic¨ªa David Lara, es que aquel rinc¨®n perdido en la naturaleza era una especie de ¡°tiradero¡± en el que se escond¨ªan los cuerpos de personas que eran detenidas por las autoridades, trasladadas a la academia policial, torturadas y desaparecidas.
El 11 de enero de 2016 un caso de desaparici¨®n forzada en Veracruz retumb¨® en todo el pa¨ªs. Cinco j¨®venes de Playa Vicente, un municipio veracruzano en el l¨ªmite con el Estado de Oaxaca, hab¨ªan desaparecido a manos de la Polic¨ªa en Tierra Blanca, en la misma regi¨®n, cuando volv¨ªan de pasar el fin de semana fuera. Las autoridades les interceptaron en un control, se los llevaron a plena luz del d¨ªa y los entregaron al crimen organizado, seg¨²n admiti¨® el Gobierno estatal. El caso Tierra Blanca, como se le conoce, puso el foco por aquellos d¨ªas en un departamento policial plagado de v¨ªnculos con la delincuencia y de denuncias de ser parte de una maquinaria establecida desde el Estado para torturar y desaparecer gente.
Ocho d¨ªas despu¨¦s de la desaparici¨®n de los cinco j¨®venes, la fiscal¨ªa estatal inform¨® de que, a partir de denuncias ciudadanas, se hab¨ªa hallado una fosa con restos humanos, la barranca, donde se lleg¨® a especular que estar¨ªan los muchachos de Tierra Blanca. No los encontraron all¨ª, pero el esc¨¢ndalo medi¨¢tico por los j¨®venes marc¨® el destino de la investigaci¨®n por la fosa clandestina de La Aurora, que se convirti¨® en un caso separado.
Cu¨¢ntos cuerpos se encontraron entonces en La Aurora es una pregunta que a¨²n nadie puede responder con certeza. Al comienzo, la Fiscal¨ªa dijo tres; los medios de comunicaci¨®n primero reportaron 22, luego 19. El Ministerio P¨²blico se retract¨® y concluy¨® en seis. El problema fue lo que sucedi¨® tras el hallazgo de los cuerpos en aquel sitio. Seg¨²n las declaraciones recogidas en el expediente judicial, cuando se difundi¨® que hab¨ªa restos humanos en ese paraje lleg¨® una orden desde las m¨¢s altas esferas del Gobierno estatal para encubrirlo. El Estado estaba en llamas por el caso Tierra Blanca, no quer¨ªa m¨¢s atenci¨®n medi¨¢tica por lo que pudieran hallar en La Aurora. ¡°El 19 de enero de 2016, en aquel lugar, fueron localizados restos de al menos 19 personas, sin embargo, [se] dio la instrucci¨®n de ¨²nicamente reportar el hallazgo de 6 cuerpos¡±, se lee en un comunicado de la Fiscal¨ªa en 2018.
La teor¨ªa del Ministerio P¨²blico actual es que Javier Duarte, gobernador del Estado entre 2010 y 2016, orden¨® deshacerse de evidencias que resultaran clave y que se hallaran en el lugar y que, bajo esa premisa, varios funcionarios participaron en el traslado de cuerpos a otros sitios para volver a esconderlos. Por este caso, la Fiscal¨ªa de Veracruz consigui¨® el pasado 19 de noviembre por primera vez una vinculaci¨®n a proceso de Duarte por el delito de desaparici¨®n forzada, por haber entorpecido la investigaci¨®n en la barranca. En los ¨²ltimos a?os, el proceso judicial por La Aurora llev¨® a la c¨¢rcel por breves periodos de tiempo a diversos funcionarios del Gobierno estatal y de la Fiscal¨ªa de aquel entonces, pero todos los acusados consiguieron salir y seguir su proceso en libertad. Excepto Duarte, en prisi¨®n por una condena de nueve a?os por lavado de dinero y asociaci¨®n delictuosa.
La respuesta del exgobernador a esta vinculaci¨®n a proceso fue publicada en un comunicado por Twitter. Su abogado, Pablo Campuzano, asegur¨® que la vinculaci¨®n a proceso ¡°se determin¨® con sustento de un solo dato de prueba del cual existen indicios fundados de que fue arrancado bajo tortura¡±. El argumento de la defensa de Duarte es que sus exfuncionarios le acusaron de haber dado la orden de encubrir el caso solo en declaraciones que fueron obtenidas bajo tortura. Abogados conocedores del tema y colectivos de b¨²squeda lamentan la escasa solvencia de la investigaci¨®n hecha por las autoridades, que podr¨ªa ser tumbada de comprobarse la tortura.
Un polic¨ªa desaparecido por los suyos
El expediente judicial del caso de La Aurora gira en torno a uno de los cuerpos que fueron supuestamente hallados en la barranca y luego trasladados a otro sitio: el del polic¨ªa estatal David Lara. El agente, por el cual est¨¢n detenidos siete polic¨ªas acusados de la desaparici¨®n, fue visto con vida por ¨²ltima vez el 12 de enero de 2016. Nacido en la ciudad de Cosamaloapan ¡ªen el sur del Estado¡ª, Lara era padre de dos hijos y llevaba unos ocho a?os trabajando para las fuerzas de seguridad en el momento en que todo sucedi¨®. Hab¨ªa sido destinado en la regi¨®n de Acayucan ¡ªtambi¨¦n al sur del Estado¡ª, pero llevaba un tiempo evaluando dejar el departamento policial. En ese entonces muchos agentes eran se?alados por sus v¨ªnculos con los Zetas, y Lara le hab¨ªa dicho a su familia que la situaci¨®n se hab¨ªa puesto muy peligrosa.
La noche del 10 de enero de 2016, los superiores avisaron a Lara de que a primera hora del siguiente d¨ªa le llevar¨ªan a Xalapa, la capital de la Veracruz, junto a otros cuatro polic¨ªas. Les trasladar¨ªan a esa ciudad para que tomaran las evaluaciones de confianza, unos ex¨¢menes que rinden los agentes regularmente para certificar que act¨²an bajo la conducta establecida por la instituci¨®n. Le dijeron que ten¨ªa que ir desarmado, seg¨²n explic¨® ¨¦l a sus allegados. Aquel 11 de enero pas¨® la noche en su casa en Xalapa y al otro d¨ªa se fue a rendir su evaluaci¨®n por la ma?ana temprano. No pensaba volver muy tarde el 12, por lo que hizo planes con su familia: quer¨ªa invitarles a cenar afuera.
Pasadas las seis de la tarde el tel¨¦fono de Lara dej¨® de tener comunicaci¨®n. Su familia no pod¨ªa contactar con ¨¦l y las alarmas comenzaron a sonar entre los m¨¢s cercanos. Nadie sab¨ªa nada. De acuerdo con la investigaci¨®n judicial, unas c¨¢maras localizadas afuera del edificio de la Secretar¨ªa de Seguridad P¨²blica de Veracruz en Xalapa muestran c¨®mo un veh¨ªculo con personas encapuchadas levant¨® al polic¨ªa en la puerta del edificio cuando sal¨ªa de rendir su examen. Los registros telef¨®nicos se?alan que el aparato de Lara se conect¨® por ¨²ltima vez en la academia de polic¨ªas de El Lencero, la que est¨¢ a 12 minutos de La Aurora. Las autoridades reportaron a la familia que el tel¨¦fono reapareci¨® meses despu¨¦s en las manos de una se?ora: la esposa de un empleado de uno de los comandantes que trabajaban en la academia.
La familia sali¨® a buscarle por todos los hospitales y puso una denuncia a los pocos d¨ªas de no tener se?ales de ¨¦l. El 4 de febrero, las autoridades informaron a sus allegados de que hab¨ªan encontrado el cuerpo sin vida del polic¨ªa en un camino rumbo al municipio Alto Lucero, a unos 50 kil¨®metros de la barranca La Aurora. Sus restos estaban casi irreconocibles, ya en proceso de descomposici¨®n. Fuentes cercanas a Lara, que prefieren mantener el anonimato por miedo, relatan que la causa de muerte se?alada en la necropsia era asfixia seguida de infarto. Aseguran que el documento no detallaba si hab¨ªa sido torturado o si ten¨ªa marcas de golpes en el cuerpo. La Fiscal¨ªa actual sostiene que el cuerpo de Lara fue uno de los hallados en la barranca y posteriormente movido al camino de Alto Lucero. Ese intento de entorpecer la investigaci¨®n es precisamente la raz¨®n de la imputaci¨®n a Duarte. Se desconoce el motivo por el que sus compa?eros le habr¨ªan asesinado.
La macabra ¡°ol¨ªmpica¡±
Por las dificultades geogr¨¢ficas, buscar restos humanos en la barranca La Aurora es un desaf¨ªo enorme que las autoridades no han asumido con constancia. En mayo de este a?o se realiz¨® la ¨²ltima b¨²squeda con los colectivos de familiares de desaparecidos y las autoridades. Durante las dos semanas en las que bajaron haciendo r¨¢pel, los peritos encontraron una mand¨ªbula que fue identificada hace apenas unos d¨ªas, cuenta Marta Romero Altamirano, del colectivo Solecito, que busca a su padre desaparecido desde hace 11 a?os. El d¨ªa que llegaron al sitio, recuerda, una bandada de zopilotes merodeaba el lugar.
¡°Eso para m¨ª es una se?al¡±, dice Romero en La Aurora, a orillas del precipicio. De fondo, como aquel d¨ªa de mayo, el cielo se vuelve a cubrir de aves carro?eras. ¡°El tiempo no nos alcanz¨® porque fueron dos semanas, pero pues s¨ª se avanz¨® un poquito¡±, agrega. Los colectivos comenzaron a escuchar los rumores de que la barranca se hab¨ªa vuelto el ¡°tiradero¡± de la academia de polic¨ªa hace unos seis a?os. Pero en la ¨¦poca en la que gobernaba Duarte, el temor de salir a buscar a sus familiares impon¨ªa su ley.
Fernando Trejo, de la agrupaci¨®n Red de Madres buscando a sus hijos, busca a su hermano desaparecido en 2016 y cuenta que el rumor era que los oficiales trasladaban personas a la academia de polic¨ªa, los interrogaban, los torturaban y los asesinaban. A los restos humanos, explica, los escond¨ªan en La Aurora con una t¨¦cnica que llamaban ¡°la ol¨ªmpica¡±. ¡°A las personas no se las llevaban en camionetas, sino que sal¨ªan de la academia en helic¨®pteros y por eso dec¨ªan: ¡®Ll¨¦valo a la ol¨ªmpica¡¯, porque desde arriba del helic¨®ptero los aventaban hacia el fondo y ca¨ªan [en el lago subterr¨¢neo]¡±, relata Trejo. ¡°Por eso han encontrado ropa atorada en los ¨¢rboles¡±.
A siete a?os del primer hallazgo, los vecinos de aquel paraje lo describen como ¡°ah¨ª donde vienen a tirar los cuerpos¡±. Celestino Espinoza Rivera, el abogado de las cinco familias del caso de Tierra Blanca, relata que durante los a?os de Duarte las desapariciones forzadas escalaron estrepitosamente. ¡±Hay una cifra negra, que no est¨¢ registrada, pero se habla de 6.000 desaparecidos¡±, dice. Uno de los casos que destaca es el del cantante Gibr¨¢n Martiz, desaparecido en 2014 por un grupo de polic¨ªas y cuyo tel¨¦fono apareci¨® posteriormente en la academia de El Lencero. ¡°En ese tiempo debe haber por lo menos 50 o 60 carpetas de investigaci¨®n que tienen datos de la participaci¨®n de seguridad p¨²blica en las desapariciones¡±, agrega Espinoza.
Lo que pas¨® con los tel¨¦fonos de Martiz y de Lara no fueron excepciones, asegura: ¡°Muchos pidieron la ¨²ltima localizaci¨®n de los tel¨¦fonos de sus familiares y encontraron que era en la academia de polic¨ªa¡±, detalla Trejo, ¡°?qu¨¦ ten¨ªan que hacer los tel¨¦fonos m¨®viles de las personas adentro de la academia? No ten¨ªan nada que hacer¡±.
Los colectivos de buscadores y abogados cercanos lamentan que la investigaci¨®n, al parecer, no est¨¦ lo suficientemente limpia como para mantener a Duarte en prisi¨®n y reclaman que hay ¡°muchos otros casos¡± que se podr¨ªan investigar por desaparici¨®n forzada vinculados al exgobernador. ¡°Existen 200 [casos] m¨¢s, 50 certeros, que pueden ser utilizados para acreditar que existi¨® conocimiento desde el m¨¢s alto nivel. Hay muchos, muchos donde seguir investigando¡±, dice Espinoza. Los rostros de algunos de esos desaparecidos persisten en la actualidad en las calles de Xalapa o el Puerto de Veracruz, en im¨¢genes pegadas por sus familias que les siguen buscando.
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