El Grande, la historia del testigo interminable
El primer declarante en el juicio contra Garc¨ªa Luna, Sergio Villarreal, es un viejo conocido de los juzgados en M¨¦xico. El narco ha testificado con desiguales resultados contra generales y polic¨ªas, adem¨¢s del matrimonio Abarca en el ¡®caso Ayotzinapa¡¯
No hay historia en el mundo criminal que se le resista a Sergio Villarreal, alias El Grande. Antiguo integrante del cartel de los Beltr¨¢n Leyva, l¨ªder de narcotraficantes, Villarreal, que este lunes y martes ha testificado contra Genaro Garc¨ªa Luna en Nueva York, ha aparecido como testigo en un buen pu?ado de procesos desde ...
No hay historia en el mundo criminal que se le resista a Sergio Villarreal, alias El Grande. Antiguo integrante del cartel de los Beltr¨¢n Leyva, l¨ªder de narcotraficantes, Villarreal, que este lunes y martes ha testificado contra Genaro Garc¨ªa Luna en Nueva York, ha aparecido como testigo en un buen pu?ado de procesos desde su detenci¨®n en M¨¦xico, en 2010, y su posterior extradici¨®n a Estados Unidos. Lo dicho en una corte en Brooklyn contra el jefe de la polic¨ªa del expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012) es solo una peque?a muestra del fuego de artiller¨ªa que ha disparado estos a?os.
En declaraciones rendidas ante autoridades en los ¨²ltimos dos sexenios, El Grande ha se?alado a generales, polic¨ªas y fiscales. Villarreal ha participado incluso en una de las patas de la investigaci¨®n por el caso Ayotzinapa, centrada en el matrimonio Abarca Pineda, que supuestamente dirig¨ªa el crimen en Iguala, en la ¨¦poca del ataque contra los estudiantes normalistas. La abundancia no es sin¨®nimo aqu¨ª de probidad, al menos a juzgar por el resultado. Muchos de los casos en que El Grande testific¨® acabaron desechados. Muchos de los altos funcionarios a los que apunt¨® quedaron libres.
El Grande debut¨® como testigo apuntando a las autoridades de Morelos. Eran los ¨²ltimos a?os del sexenio de Calder¨®n, la Marina hab¨ªa matado en Cuernavaca, capital del Estado, a su jefe, Arturo Beltr¨¢n Leyva, l¨ªder de un clan criminal que libraba una guerra con los viejos aliados de Sinaloa. Villarreal ca¨ªa en Puebla en septiembre de 2010 y pocos meses m¨¢s tarde ya se hab¨ªa comprometido a colaborar con la extinta Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR). Su primer objetivo, el jefe de polic¨ªa del Estado de Morelos, Luis ?ngel Cabeza de Vaca.
Seg¨²n la declaraci¨®n de El Grande, Cabeza de Vaca colabor¨® durante a?os con los Beltr¨¢n Leyva. Villarreal dijo incluso que Cabeza de Vaca le lleg¨® a facilitar un helic¨®ptero para que huyese, en 2008, de un operativo de autoridades federales. Acusado por otros testigos, Cabeza de Vaca fue detenido e incluso condenado. Un juez le mand¨® 10 a?os a prisi¨®n por un delito de delincuencia organizada.
En aquella ¨¦poca, el Gobierno de Calder¨®n estaba inmerso en la Operaci¨®n Limpieza, una cruzada contra las redes de protecci¨®n de autoridades de todos los niveles al Cartel de Sinaloa y sus viejos aliados, en este caso los Beltr¨¢n Leyva. Inaugurada con el c¨¦lebre michoacanazo, la detenci¨®n en 2008 de una treintena de cargos p¨²blicos y altos funcionarios de aquel Estado, el operativo sigui¨®, con capturas a todos los niveles, ya en el ¨¢mbito federal, muchas veces con El Grande de por medio.
La segunda tanda de aprehensiones de la operaci¨®n -y seguramente la m¨¢s relevante- fue contra altos cargos del Ej¨¦rcito. Con base a declaraciones de criminales convertidos en testigos protegidos, entre ellos El Grande, la PGR ech¨® el lazo a cuatro generales, entre ellos Tom¨¢s ?ngeles Dauahare, que hab¨ªa llegado al grado m¨¢ximo en el Ej¨¦rcito, general de divisi¨®n, y hab¨ªa fungido de subsecretario de la Defensa Nacional durante los dos primeros a?os de Calder¨®n. El Grande acus¨® a Dauahare de reunirse con l¨ªderes del Cartel de Sinaloa y con Arturo Beltr¨¢n Leyva en Ciudad de M¨¦xico.
Entre medias, El Grande y otros capos de la vieja alianza criminal del Pac¨ªfico se?alaron a un buen pu?ado de agentes de la PGR, integrantes de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), que Garc¨ªa Luna hab¨ªa comandado hasta la llegada de Calder¨®n al Gobierno, y de la Subprocuradur¨ªa de Investigaci¨®n Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Fueron los casos, por ejemplo, de Francisco G¨®mez Meza y Roberto S¨¢nchez Alpizar, adscritos a la primera, o No¨¦ Ram¨ªrez, Miguel Colorado y Jorge Alberto Zavala, funcionarios de la segunda.
Algo comparten las acusaciones de El Grande en el marco de la Operaci¨®n Limpieza: muchas quedaron en nada. La investigaci¨®n contra los generales ni siquiera lleg¨® a juicio. En el caso de las otras, aunque algunas acabaron en juicios y condenas, la justicia acab¨® por exonerar a los acusados. En algunos casos, la justicia retuvo en prisi¨®n a algunos de los implicados por casos tangenciales a la Operaci¨®n Limpieza. De cualquier manera, el uso de testigos protegidos por parte de la PGR, criminales colaboradores como El Grande en muchos casos, gener¨® tal pol¨¦mica que acab¨® por defenestrar el operativo.
Pineda y Abarca
M¨¦xico extradit¨® a El Grande a Estados Unidos en mayo de 2012. La justicia de aquel pa¨ªs acusaba al narcotraficante de trasiego de drogas, asociaci¨®n delictiva y lavado de dinero. Villarreal fue recluido en una prisi¨®n en Texas. A?os m¨¢s tarde, en 2014, ya durante el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), la PGR volvi¨® a buscarle con un prop¨®sito muy distinto: el caso Ayotzinapa.
En septiembre de 2014, una red de criminales y polic¨ªas de la regi¨®n centro del Estado de Guerrero atac¨® a un grupo de estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa en Iguala. Seis personas murieron, entre ellas tres estudiantes. 43 alumnos de la normal desaparecieron durante el ataque. El esc¨¢ndalo oblig¨® a voltear al Gobierno, que no tard¨® en se?alar al alcalde de Iguala, Jos¨¦ Luis Abarca, y su esposa, Mar¨ªa de los ?ngeles Pineda Villa, como las mentes detr¨¢s del ataque.
La PGR se entrevist¨® con El Grande en su prisi¨®n texana en diciembre de aquel a?o. El Grande explic¨® entonces que desde principios de siglo sab¨ªa, porque se lo hab¨ªa dicho Arturo Beltr¨¢n, que los Pineda Villa eran las personas ¡°que manejaban las lanchas en Guerrero para la recepci¨®n e introducci¨®n de coca¨ªna en territorio nacional¡±, esquema liderado por uno de los hermanos de Mar¨ªa de los ?ngeles, Mario. ¡°Los Pineda Villa pod¨ªan ubicar las posiciones de la Marina con una computadora¡±.
En una declaraci¨®n de varias p¨¢ginas, de la que EL PA?S tiene copia, Villarreal evoca varias ocasiones en que se habr¨ªa reunido con los hermanos Pineda Villa, casi siempre en Cuernavaca. En esas reuniones, El Grande se?ala que Mario sol¨ªa meter cajas llenas de d¨®lares en efectivo en el veh¨ªculo de Mar¨ªa de los ?ngeles.
Esta vez s¨ª, gracias al testimonio de El Grande entre otros, la PGR acus¨® a Pineda Villa de delincuencia organizada y lavado de dinero, por formar parte de la red criminal de la regi¨®n. Su testimonio ayud¨® a los investigadores a reforzar el nexo entre Pineda Villa, sus hermanos y Abarca, por un lado, y el grupo criminal Guerreros Unidos, herederos en la zona de los Beltr¨¢n Leyva, que ejecutaron la desaparici¨®n de los estudiantes en Iguala y alrededores.
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