Violadas y sin poder acceder a un hospital: la realidad de las mujeres migrantes en la ruta a Estados Unidos
M¨¦dicos Sin Fronteras identifica la violencia sexual como uno de los grandes retos pendientes en M¨¦xico y Centroam¨¦rica
La historia no es nueva, pero sigue ocurriendo. Mujeres migrantes que salen de sus pa¨ªses de origen con la esperanza de llegar a Estados Unidos. En la ruta: miedo, hambre, violencia. Vienen desde Honduras, El Salvador, Guatemala, y deben atravesar los 5.000 kil¨®metros de M¨¦xico para llegar a la frontera norte. Ser violadas es para algunas el precio del pasaje. A la agresi¨®n se suma que, por su car¨¢cter de migrantes irregulares, no son atendidas en los hospitales p¨²blicos y dependen de las organiz...
La historia no es nueva, pero sigue ocurriendo. Mujeres migrantes que salen de sus pa¨ªses de origen con la esperanza de llegar a Estados Unidos. En la ruta: miedo, hambre, violencia. Vienen desde Honduras, El Salvador, Guatemala, y deben atravesar los 5.000 kil¨®metros de M¨¦xico para llegar a la frontera norte. Ser violadas es para algunas el precio del pasaje. A la agresi¨®n se suma que, por su car¨¢cter de migrantes irregulares, no son atendidas en los hospitales p¨²blicos y dependen de las organizaciones para conseguir un anticonceptivo o algo tan b¨¢sico como apoyo psic¨®logico. La ONG M¨¦dicos Sin Fronteras identifica la violencia sexual en las rutas migratorias como uno de los grandes retos pendientes de la regi¨®n. El a?o pasado atendieron 61 casos directos por agresi¨®n sexual y m¨¢s de 3.200 por consultas sobre salud sexual y reproductiva.
El primer obst¨¢culo empieza en la puerta, explica Elena Vargas, m¨¦dica nicarag¨¹ense, establecida en M¨¦xico: ¡°Ya desde ah¨ª, abr¨ªs la boca, el guardia de seguridad del centro m¨¦dico escucha que sos extranjero y chao. Rechazo completo¡±. Las que consiguen avanzar se encuentran con los encargados de los archivos, que deben abrir el expediente y dar turno, ¡°muy pocos est¨¢n sensibilizados y formados lo suficiente para saber que las migrantes tambi¨¦n tienen derecho a los servicios m¨¦dicos¡±. El ¨²ltimo paso es el personal m¨¦dico, donde suelen recibir una atenci¨®n ¡°deficiente, por decir lo m¨ªnimo¡±.
Vargas, que se exili¨® de Nicaragua tras las protestas de 2018, explica que la violencia sexual se ha convertido en uno de los problemas m¨¢s palpables que afectan a las mujeres migrantes. ¡°Es fundamental la atenci¨®n precoz. Lo ideal es que los casos se atiendan en las primeras 72 horas, cuando podemos prevenir el embarazo ¡ªobviamente el que sea no deseado¡ª, y cuando podemos tambi¨¦n dar alguna profilaxis, alg¨²n preventivo, en el caso de que el atacante fuera VIH positivo¡±, explica. Sin embargo, no siempre consiguen llegar a ellas antes de los tres d¨ªas. En 2022, se logr¨® en apenas cinco casos. Esto se debe en parte a que las mujeres no saben d¨®nde acudir cuando sufren una agresi¨®n sexual. ¡°?A d¨®nde van las mujeres migrantes cuando tienen algo como una gripe? Lo saben. Pero, ?cu¨¢ndo es un tema tan sensible y tan estigmatizante como la violencia sexual?¡±, pregunta.
M¨¦dicos Sin Fronteras se encarga de ayudar con la parte m¨¦dica, desde el acceso a las pastillas necesarias y a las consultas psicol¨®gicas, hasta referirlas a centros donde puedan tener acceso a los servicios. De estos, hay muy pocos. Vargas nombra que en Ciudad de M¨¦xico solo cuentan con una cl¨ªnica p¨²blica de referencia, en la colonia Condesa, ¡°donde tienen las puertas abiertas para los migrantes, pero es algo muy excepcional¡±. Adem¨¢s, suelen acompa?ar a las migrantes a navegar en el sistema de salud. En otros casos recurren a trabajadores sociales e int¨¦rpretes ¡ªpara mujeres que hablan franc¨¦s, portugu¨¦s o criollo haitiano¡ª para acompa?ar a las migrantes en el sistema de salud. ¡°?Pero cu¨¢ntas personas pueden tener acceso a ese acompa?amiento? Son much¨ªsimos migrantes. Tenemos recursos limitados, necesitamos una respuesta del Estado, no que esto quede en manos de las ONG, y de la sociedad civil¡±, se?ala.
El marco var¨ªa seg¨²n el pa¨ªs. En Honduras, por ejemplo, la organizaci¨®n consigui¨® en diciembre despu¨¦s de muchos a?os de esfuerzo que la Secretar¨ªa de Salud permitiera ofrecer la pastilla anticonceptiva de emergencia para las v¨ªctimas de violencia sexual, era el ¨²nico pa¨ªs del continente que no la ten¨ªa aprobada. En El Salvador, se enfrentan a un sistema que criminaliza las interrupciones del embarazado, incluso aquellas involuntarias. En Nicaragua, M¨¦dicos Sin Fronteras, igual que la mayor¨ªa de las ONG, como la Cruz Roja Internacional, fueron expulsadas del pa¨ªs por el r¨¦gimen de Daniel Ortega, lo que ha dejado un vac¨ªo de atenci¨®n m¨¦dica que no puede llenar el sistema p¨²blico del salud. ¡°En Nicaragua, el aborto est¨¢ prohibido en todos los casos, independiente de si es producto de violencia sexual o de si el feto viene con malformaciones. Adem¨¢s, hay un rampante abuso sexual en ni?as, que se est¨¢n viendo obligadas a parir con 11 a?os o 12 a?os¡±, explica la m¨¦dica nicarag¨¹ense.
La violencia sexual es solo la punta del iceberg. Un informe del Instituto Nacional de Salud P¨²blica, la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM) y la Universidad Aut¨®noma de la Ciudad de M¨¦xico afirma que un 29% de los migrantes son v¨ªctimas de violencia f¨ªsica, psicol¨®gica o sexual. La mayor¨ªa de los abusos quedan impunes. El temor a ser repatriados y la desconfianza en las autoridades provocan que solo se denuncie uno de cada 10 casos, asegura esta investigaci¨®n de 2021. En total, M¨¦dicos Sin Fronteras atendi¨® a 24.600 migrantes entre Honduras, Guatemala y M¨¦xico.
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