Parir o abortar en Tijuana: el derecho a decidir de las mujeres migrantes
Parteras y activistas luchan por la justicia reproductiva en una de las ciudades fronterizas m¨¢s transitadas del mundo?
Ailyn sale con un listado en la mano y alzando la voz pregunta: ¡°?Julissa?¡±. Cerca de la puerta de la cl¨ªnica hay decenas de mujeres y algunos ni?os esperando su turno. Al escuchar su nombre, Marlen Julissa emerge entre todos ellos. Su cabello tiene reflejos de color casta?o en las puntas y lleva una tripa de embarazada de siete meses. Se levanta con la fuerza de alguien que va a ser madre dentro de poco y cruza la puerta detr¨¢s de Ailyn.
¡ª?El caf¨¦ no te ha dado acidez?¡ª pregunta la partera Ailyn.
¡ªDe momento no¡ª responde Julissa acarici¨¢ndose la barriga.
Julissa es hondure?a y hace tres meses que lleg¨® a Tijuana, una ciudad fronteriza en la esquina noroeste de M¨¦xico, que empieza ¡ªo termina¡ª al otro lado de un largo muro, que probablemente es uno de los m¨¢s fotografiados del mundo y que separa a M¨¦xico de Estados Unidos. Cuenta que se embaraz¨® en el Estado de Chiapas, ubicado en la frontera con Guatemala.
Ailyn contin¨²a rellenando el formulario cl¨ªnico con los datos de Julissa. Le pregunta qu¨¦ come o si se le hinchan las extremidades.
Junto a ambas se coloca otra de las parteras. Se llama Maritere y ahora atiende a una mujer con 28 semanas de gestaci¨®n que ha llegado con un dolor en el pecho. Ylouseda, la mujer embarazada, es de Hait¨ª y habla criollo. Partera y paciente se comunican a trav¨¦s de una traductora. ¡°Va a ser ni?o¡±, le dice Maritere, y le entrega una bolsa con hierbas de ¨¢rnica para calmar el malestar y un peque?o papel cuadrado con la fecha de su pr¨®xima cita.
En M¨¦xico, cada d¨ªa, m¨¢s de 1.000 adolescentes de entre 12 y 19 a?os se convierten en madres sin planearlo o desearlo
En el piso de arriba del mismo edificio, justo encima de esa planta baja que ocupa la cl¨ªnica donde se encuentran Aylin, Maritere, Ylouseda y Julissa, se extiende una tela con los colores del aborto legal y el feminismo: mitad verde y mitad morada. La est¨¢ pintando la activista y ¡°acompa?anta¡± Crystal, que se prepara para la manifestaci¨®n del 28 de septiembre, el D¨ªa de Acci¨®n Global por un aborto legal y seguro. Es una persona que acompa?a, desde el cuidado, a las mujeres durante la interrupci¨®n del embarazo, con el objetivo de que este sea seguro, libre y cuenten con una red de apoyo. Las acompa?antas y las parteras trabajan de forma complementaria. Las primeras atienden a las mujeres, la mayor¨ªa migrantes, y cuando alguna de ellas quiere abortar, derivan el caso a las segundas y ellas se encargan de continuar el proceso.
Crystal pertenece a las Bloodys, una agrupaci¨®n de ¡°acompa?antas¡± de Tijuana, que se cre¨® hace seis a?os y que se dedica a informar y ayudar ¡ªde manera presencial o virtual¡ª a mujeres que quieren realizar un aborto m¨¦dico, algo que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) define como un m¨¦todo seguro. Dentro de M¨¦xico y a veces en Estados Unidos, estas activistas tambi¨¦n entregan o env¨ªan el medicamento que se necesita para interrumpir el embarazo.
Las acompa?antas ofrecen informaci¨®n sobre el aborto y el apoyo que pueden prestar, as¨ª como indicaciones sobre c¨®mo acceder al misoprostol ¡ªel medicamento para abortar¡ª y c¨®mo utilizarlo. ¡°Si queremos sociedades deseadas, necesitamos hijas e hijos deseados¡±, zanja Crystal. En M¨¦xico, cada d¨ªa, m¨¢s de mil adolescentes de entre 12 y 19 a?os se convierten en madres sin planearlo o desearlo, seg¨²n una investigaci¨®n de 2022 del Colegio de M¨¦xico. Al mes, las Bloodys atienden a entre 200 y 300 mujeres que quieren abortar.
La primera zona de M¨¦xico que despenaliz¨® el aborto hasta las 12 semanas de gestaci¨®n fue la capital, Ciudad de M¨¦xico, en 2007. Los datos del Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico dicen que desde aquel 2007, en la capital se han realizado un total de casi 253.000 Interrupciones Legales del Embarazo (ILE). Pero tuvieron que pasar 14 a?os hasta que la Corte Suprema del pa¨ªs fallase tambi¨¦n a favor de la legalizaci¨®n, en 2021. Aun as¨ª, la legislaci¨®n var¨ªa en cada Estado y todav¨ªa hay muchos lugares donde la interrupci¨®n del embarazo es muy restringida. Est¨¢ permitido en todo el pa¨ªs si es producto de una violaci¨®n, pero el aborto libre solo existe en Baja California ¡ªel Estado donde se sit¨²a Tijuana¡ª y en cinco Estados m¨¢s.
Algunas se enteran de que est¨¢n gestando despu¨¦s de una violaci¨®n o tenemos que darles la noticia de que tienen VIH positivoXimena Rojas, partera
Esa atenci¨®n a mujeres migrantes empez¨® con Ximena Rojas en 2016, en Tijuana, durante un repunte de las cifras de personas que se acercaban a la frontera con el sue?o de cruzar a Estados Unidos. ¡°Yo lo ¨²nico que pude hacer fue traer mi maleta de partera y con las que estaban embarazadas preguntarles si pod¨ªamos escuchar a su beb¨¦ y ah¨ª mismo, en mi coche, hac¨ªa algunas consultas¡±, cuenta Rojas. Recuerda que luego las consultas pasaron a ser en los albergues para migrantes o incluso en las calles, en tiendas improvisadas, hasta que lleg¨® un momento en que lleg¨® a atender a m¨¢s de 40 personas al d¨ªa.
Con el paso de los meses se fueron uniendo m¨¢s personas con otros perfiles profesionales, hasta que fundaron Refugee Health Alliance, una organizaci¨®n sin ¨¢nimo de lucro que ofrece atenci¨®n m¨¦dica a las personas que llegan a esa frontera entre M¨¦xico y Estados Unidos. ¡°Desafortunadamente, muchas de las usuarias que vienen a nuestros servicios han sido asaltadas sexualmente durante la migraci¨®n. Incluso hay casos de trata. Cuando llegan con nosotras, les hacemos ex¨¢menes de laboratorio, ultrasonido, pruebas de embarazo. Algunas se enteran de que est¨¢n gestando despu¨¦s de la violaci¨®n sexual o tenemos que darles la noticia de que tienen VIH positivo¡±, lamenta la partera.
Llega el d¨ªa de la manifestaci¨®n por un aborto legal y seguro y Karen, una de las parteras, coge el micro: ¡°Estamos acompa?¨¢ndonos mujeres a mujeres desde tiempos inmemorables. Es muy importante estar visibilizando que parir y abortar es parte de la vida de las mujeres y es necesario dejar de juzgarnos¡±. Son m¨¢s de las cuatro de la tarde y en Tijuana hace un calor intenso. La manifestaci¨®n se concentra en un trozo de c¨¦sped, a pocos metros de donde los peatones hacen cola para cruzar por la garita a Estados Unidos.
Muchas de las usuarias que vienen a nuestros servicios han sido asaltadas sexualmente durante la migraci¨®n. Incluso hay casos de trataXimena Rojas, partera
Parteras y acompa?antas ahora se unen para visibilizar la importancia del acceso a un sistema de educaci¨®n sexual basado en las redes de cuidado y en el respeto a la autonom¨ªa de las mujeres. ¡°Somos una ciudad donde parteras y acompa?antas hemos estado supliendo los accesos a la sexualidad, a una vida de informaci¨®n, libre de violencia institucional y libre de violencia hacia las mujeres¡±, exclama Crystal durante la manifestaci¨®n por el aborto legal y seguro.
¡°En este lugar¡±, contin¨²a Crystal, ¡°estamos pensando en todas esas mujeres que han hecho camino antes que nosotras, d¨¦cadas atr¨¢s, desde Baja California Sur hasta California. California es uno de los Estados m¨¢s accesibles en temas de aborto. Baja California ¡ªel Estado donde se sit¨²a Tijuana¡ª acaba de despenalizarlo el a?o pasado y Baja California Sur recientemente. Es algo hist¨®rico que nos est¨¢ sucediendo en la regi¨®n¡±.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra ¡®newsletter¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.