En las tripas de un centro de secundaria mexicano: la nueva pel¨ªcula de Ana D¨ªez aborda los problemas de una ¡°educaci¨®n obsoleta¡±
La directora espa?ola sigue la senda de los rodajes franceses sobre el sistema educativo en una cinta que plantea conflictos de ense?anza ¡°comunes a cualquier pa¨ªs¡±
Ana D¨ªez ha vuelto a cruzar el Atl¨¢ntico para rodar una pel¨ªcula, ahora en M¨¦xico, el pa¨ªs que cambi¨® su vida de licenciada en Medicina a cineasta. La navarra (Tudela, 68 a?os) se mete en esta ocasi¨®n en un colegio de secundaria desde el que aborda el eterno binomio entre la disciplina y la libertad de pensamiento, entre la autoridad en las aulas y la educaci¨®n de ciudadanos cr¨ªticos, con capacidad de an¨¢lisis y de elecci¨®n, muy del estilo de los rodajes franceses, que cada a?o dejan al menos un par de pel¨ªc...
Ana D¨ªez ha vuelto a cruzar el Atl¨¢ntico para rodar una pel¨ªcula, ahora en M¨¦xico, el pa¨ªs que cambi¨® su vida de licenciada en Medicina a cineasta. La navarra (Tudela, 68 a?os) se mete en esta ocasi¨®n en un colegio de secundaria desde el que aborda el eterno binomio entre la disciplina y la libertad de pensamiento, entre la autoridad en las aulas y la educaci¨®n de ciudadanos cr¨ªticos, con capacidad de an¨¢lisis y de elecci¨®n, muy del estilo de los rodajes franceses, que cada a?o dejan al menos un par de pel¨ªculas para que la ciudadan¨ªa no se despiste: ¡°La educaci¨®n es el motor de cambio, en Francia y en M¨¦xico. En el mundo¡±, asegura D¨ªez. En esa inspiraci¨®n francesa se reconoce: ¡°Efectivamente, desde Cero en conducta, de Jean Vigo, hasta los 400 golpes de Truffaut o ?tre et avoir, de Filibert. Los franceses producen estas pel¨ªculas porque creen que es fundamental, porque quieren mantener los valores de la Rep¨²blica o porque quieren dar una confianza a sus ciudadanos, hay algo en el cine ingl¨¦s, pero en el resto de Europa o en Espa?a, no¡±.
A quien cierra los ojos tiene como una de sus protagonistas a la primera actriz mexicana Patricia Reyes Sp¨ªndola, como directora del colegio, junto a Juan Pablo Santiago, el conserje, y Valentina Mart¨ªnez Gallardo, que hace de psic¨®loga, otro de los papeles destacados. Un buen elenco para una producci¨®n que a¨²n no encuentra quien la distribuya en las salas comerciales, un problema con el que bregan hoy en d¨ªa muchos cineastas. ¡°Est¨¢ dif¨ªcil¡±, dice la directora, que entiende que los premios recibidos en su trayectoria no son suficientes para sostener una fama que les permita vivir del oficio. ¡°Un director, salvo si le va muy bien en taquilla, no vive de dirigir¡±, asegura, pero c¨®mo lograr el ¨¦xito en taquilla si las pel¨ªculas no se distribuyen. D¨ªas atr¨¢s, la cinta ha tenido un pase privado en la Cineteca de Ciudad de M¨¦xico, y previamente se ha emitido en varios cines de culto de Madrid. Y sigue su curso en algunos festivales.
D¨ªez gan¨® un Goya al mejor realizador novel en los ochenta por Ander eta Yul y un Ariel en M¨¦xico por su documental Elvira Luz Cruz: m¨¢xima pena. Ha tenido otros reconocimientos y ha podido rodar en Uruguay, Colombia, Cuba, Santo Domingo, a medida que le asaltaban asuntos de actualidad que le conmov¨ªan y entend¨ªa que pod¨ªa con ellos hacer esa ¡°estilizaci¨®n de los conflictos que permite condensar el mundo en una hora y media¡±. De aquellos esfuerzos surgieron pel¨ªculas como Todo est¨¢ oscuro (1996), La mafia en la Habana (2000) o Paisito (2008) entre otros rodajes.
A quien cierra los ojos se ha rodado en Ciudad de M¨¦xico, un ficticio colegio Villase?or, centro privado que experimenta las contracciones laborales propias de esta ¨¦poca, donde los maestros se enfrentan a nuevos modelos de ense?anza para los que no est¨¢n preparados. En el instituto se funden tambi¨¦n problemas cl¨¢sicos, como el elitismo que relega a las familias m¨¢s humildes que no pueden pagar la colegiatura y cuyos hijos pagan la humillaci¨®n de castigos en el patio bajo el sol; la diversidad no siempre abordable de un alumnado que pretenden igualar con tabla rasa; destrezas formativas que ya no tienen sentido en nuestros tiempos, por no hablar de una disciplina trasnochada que se estrella sin remedio en las mentes de una generaci¨®n con otros principios. La realidad mexicana impregna todo el conjunto, con problemas de corrupci¨®n y una justicia roma que crea culpables donde solo hay v¨ªctimas.
¡°Podr¨ªamos decir que M¨¦xico es un pa¨ªs muy corrupto, pero ?Espa?a, qu¨¦?¡±, dice la directora, quien defiende que los problemas que se abordan en esta pel¨ªcula son comunes a casi todos los pa¨ªses, ¡°salvo quiz¨¢ esos castigos al sol¡±, concede. Tras una buena documentaci¨®n de los conflictos que en nuestros d¨ªas asalta a las escuelas, D¨ªez opina que ¡°nadie se est¨¢ planteando qu¨¦ hacer en el futuro¡± con la forma de ense?ar y aboga ¡°por un pacto educativo¡± que no solo modifique peque?as cosas, sino que se plantee un cambio en profundidad: ¡°Los sistemas est¨¢n obsoletos. En la proyecci¨®n que hemos tenido en Ciudad de M¨¦xico se mont¨® un gran debate, muchos j¨®venes reconoc¨ªan que la universidad no les hab¨ªa servido para nada. ?Qu¨¦ queremos, nada m¨¢s vigilar y castigar, igualar a todo el mundo como corderos?¡±.
En la pel¨ªcula se trata un asunto por el que no pasan los a?os, ni las d¨¦cadas, quiz¨¢ ni los siglos: la educaci¨®n es un negocio o un servicio p¨²blico para formar ciudadanos. ¡°Se trata de reflexionar sobre qu¨¦ es lo que gu¨ªa nuestros actos. Creo que en el mundo hay un af¨¢n por tener dinero, por el enriquecimiento y el ascenso social, sin contenido, sin pudor. Antes se disimulaba, ahora se expone socialmente. Es el neoliberalismo llevado al m¨¢ximo, todos somos unos esclavos que malvivimos y nos meten un discurso sin coherencia ni esperanza, el estado de Bienestar ha desaparecido¡±, sostiene D¨ªez.
Donde uno podr¨ªa pensar que los asuntos que se analizan hoy en las escuelas son c¨®mo enfrentar la diversidad de orientaciones sexuales y de identidad del alumnado, D¨ªez cree que los conflictos cl¨¢sicos no han desaparecido, que la moral antigua que refleja la pel¨ªcula encarnada en dos chicos que se re¨²nen a solas inocentemente en un cuarto de ba?o y el castigo que se les impone, es algo que a¨²n se da en los centros de ense?anza, por ejemplo. ¡°Yo tengo hijos, y s¨¦ lo que ocurre¡±, dice.
La pel¨ªcula deja alguna luz de esperanza, pero dibuja un horizonte un tanto amargo que ciega esas posibilidades de cambio que deber¨ªan prometer una buena instrucci¨®n estudiantil. ¡°Es que me gusta el cine que me hace preguntas, no el que me da respuestas: eso de los malos, a la c¨¢rcel, y los buenos son los que consiguen su objetivo, es mentira. Eso no es la vida, la vida son solo unos minutos de luz. Quiero que se remuevan remueva las neuronas y la gente se pregunte qu¨¦ podemos hacer para que las cosas no sean as¨ª¡±, afirma.
A quien cierra los ojos tiene guion de Ala¨ªde Castro, Genaro Pe?alosa, Mariela P¨¦rez, Xavier Rodr¨ªguez y la propia D¨ªez y se ha rodado bajo la producci¨®n de Silvia Garza, Ala¨ªde Castro y Martha Hern¨¢ndez. Pero ha contado tambi¨¦n con el trabajo de campo que desempe?¨® Educadores somos todos, una organizaci¨®n que determin¨® las preocupaciones de cientos de alumnos mexicanos a quienes pidi¨® que hicieran unos dibujos. En ello late la violencia intrafamiliar que viven muchos de ellos, pero tambi¨¦n en otros c¨ªrculos cercanos y, desde luego, en la escuela. Buena parte de ello ha encontrado su reflejo en esta pel¨ªcula.
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