El siguiente reto de Clara Brugada
No tiene que renunciar ni a su esencia y menos a su causa. Pero para que ¨¦sta tenga una oportunidad con su nombre y apellido, ha de conquistar, primero, a los votantes que prefer¨ªan a Harfuch
En dem¨¦rito de sus pertrechos reputacionales e ideol¨®gicos, en la interna morenista por la capital se le reclamaba a Clara Brugada que no fuera otra persona, que tuviera trayectoria y perfil tan propios de la izquierda popular mexicana; mas ha sido precisamente por eso que gan¨®.
La batalla m¨¢s importante de la definici¨®n de las nueve candidaturas a gobiernos estatales a renovarse en 2024 ha concluido. Los saldos del choque por la Ciudad de M¨¦xico a¨²n no. La exjefa de Gobierno aprendi¨® que un destape no se puede convertir en una carrera parejera. ?Qu¨¦ aprendi¨® Clara?
La exalcaldesa de Iztapalapa Clara Brugada se impuso a Omar Garc¨ªa Harfuch por tres razones.
Primera. Al movimiento le gusta verse en el espejo. El lopezobradorismo es orgullosamente ret¨®rico, y procede en consecuencia, de todo eso que hace que la vieja clase pol¨ªtica se remueva en el asiento, de su esencia popular, de su arraigo entre el pueblo.
El cariz de la maestra Delfina G¨®mez es muestra de esa veta. En Estado de M¨¦xico no buscaron un perfil para agradar, desecharon todo c¨¢lculo de quienes argumentan que tal rostro, acento o proceder ser¨ªa espantap¨¢jaros de votos clasemedieros. ?No les gusta? Doble raci¨®n, entonces.
La incorporaci¨®n de Omar Garc¨ªa Harfuch a la pelea por la candidatura en la capital fue un duro pellizco a ese nervio del orgullo por lo popular que tiene el lopezobradorismo.
Garc¨ªa Harfuch no ley¨® bien las se?ales o su patrocinadora le impuso un cadalso harto predecible. Porque la propia Claudia Sheinbaum es producto de esa cultura del esfuerzo, de esa ra¨ªz nada ¡°fotog¨¦nica¡± seg¨²n los c¨¢nones de la mercadotecnia que desprecia lo popular y a las causas de la izquierda.
Claudia aplast¨® a Marcelo porque tiene galones en las luchas que provocan enso?aci¨®n al imaginario lopezobradorista ¡ªvocaci¨®n por Palestina, protagonismo en la lucha universitaria, e intransigente apego a la filosof¨ªa antiaspiracionista¡¡ª, y porque la comentocracia la ve¨ªa menor al excanciller.
Y es que hace nada Marcelo Ebrard fue Garc¨ªa Harfuch. Apelar a que Ebrard traer¨ªa votos fuera del di¨¢metro del lopezobradorismo nunca constituy¨® una ventaja. Incluso si se diera el caso de un producto qu¨ªmicamente morenista que guste al aspiracionismo, la ponderaci¨®n para ello ser¨ªa marginal. Muy.
He ah¨ª la raz¨®n de la revuelta clarista. El movimiento escucha muy bien los discursos de AMLO y el del 18 de marzo es clave. El l¨ªder proclam¨® ese d¨ªa en el Z¨®calo que el futuro no se deb¨ªa entender sino en funci¨®n de radicalizar lo logrado en este sexenio. Nada de ?vilas Camachos (nada de Ebrard/Omar).
Clara gan¨® precisamente porque hubo quien subestim¨® las posibilidades que tiene de romper los cotos del voto duro lopezobradorista en CDMX, y porque activa a la base del movimiento como nadie hoy en la capital, ni Sheinbaum.
Ser¨¢ una apuesta de riesgo de cara a las urnas en junio, s¨ª; ser¨¢ uno de esos retos que tanto estimulan al movimiento que disfruta casi igual del abuso verbal tras imponerse, que de la victoria misma.
La segunda raz¨®n del triunfo de Brugada proviene de que entendi¨® en muy pocas semanas que si quer¨ªa tener futuro electoral m¨¢s all¨¢ de Iztapalapa luego de esta batalla, no pod¨ªa ser ella la estridente, quien polarizara en primera persona, la cara misma de la radicalizaci¨®n o la resistencia.
El oleaje empuj¨® las posibilidades de Garc¨ªa Harfuch, ganador indiscutible de las encuestas de la interna capitalina. En eso, Sheinbaum hizo un AMLO: s¨ª lee las encuestas y las lee bien. Omar es un gran candidato en el papel, solo que no lo es para el movimiento hoy, y menos para el gran basti¨®n de la capital.
La prudencia con que Clara enfrent¨® incluso la cargada morenista que sin rubor aupaba al exsecretario de Seguridad fue crucial para minimizarle a Sheinbaum los costos por bajar a su colaborador.
Ese talante, esa moderaci¨®n en su proceder, visos de una institucionalidad templada, ayudaron a que donde se ponderan las encuestas revisaran al alza las posibilidades de abrir la puerta a Clara, pues mostr¨® que en el momento de m¨¢s presi¨®n ha resistido sin chistar los momios que la dejaban fuera.
Estrategia o intuici¨®n, lo real es que agradeci¨® sin alardes la rijosidad de los duelos de esgrima que sus defensores medi¨¢ticos emprendieron en contra de Garc¨ªa Harfuch y a favor de la pureza del movimiento. Evit¨® arrebatos que hacen que no pocos teman su eventual llegada a la jefatura de gobierno.
En sentido contrario, al que falt¨® temple, quiz¨¢ porque era su primera campa?a, fue a Omar, que minimiz¨® y descalific¨® la revuelta, que se asumi¨® ungido cuando tanto faltaba por escribirse, que no se zaf¨® de errores como el estadio Azul, que no supo grillar con la resistencia que lo pas¨® por las brasas.
Aflor¨® el colmillo de Brugada y la inexperiencia de Garc¨ªa Harfuch, que sin embargo ha tenido al momento de la ca¨ªda la estatura para comenzar bien una carrera sin aferrarse a n¨²meros que si bien ventajosos para ¨¦l, ser¨ªan un lastre para el movimiento, con lo que de paso hizo gran servicio a su jefa.
Porque la tercera explicaci¨®n es que Sheinbaum misma se dio la oportunidad de romper su fama de rigidez. Hay mucho m¨¢s que leer en este cap¨ªtulo que la facilona dial¨¦ctica de que al no ser Omar el ganador, la virtual candidata carece de mando.
Este ensayo de fallido destape podr¨ªa ser ben¨¦fico para Sheinbaum en el futuro si gana la presidencia. Y ser¨¢ provechoso hoy pues ya sabe qui¨¦n le disputa el poder. No, no es Clara Brugada, cuya aspiraci¨®n es leg¨ªtima, sino personajes que se adue?aron de los pasillos de Palacio Nacional.
Claudia Sheinbaum fortalece su liderazgo dentro del movimiento al ceder la capital a quien genuinamente supo despertar al morenismo de la ciudad. Al perder el que era considerado su delf¨ªn, la exjefa de gobierno va a descargar una responsabilidad que se hab¨ªa echado a cuestas.
Porque ya no tendr¨¢ que hacer dos campa?as, la federal y la capitalina, como s¨ª hubiera ocurrido si ganaba Omar. Ahora Brugada comparecer¨¢ ante ella, que le cedi¨® la plaza, para comprometerse a entregar la votaci¨®n m¨¢s alta posible para Morena en todas las urnas.
En su trayectoria Claudia se ha hecho una imagen de refractaria a la negociaci¨®n, de inamovible una vez que se hac¨ªa de una idea. Al dejar caer la candidatura de Garc¨ªa Harfuch abona una caracter¨ªstica de flexibilidad que le hac¨ªa falta de cara al electorado general. Tambi¨¦n eso gana al perder Omar.
Finalmente gana mucho frente a quienes pretendan descalificar estas y pr¨®ximas internas en Morena. A d¨®nde van a ir los lloriqueantes si la que m¨¢s apost¨® y m¨¢s duramente ser¨ªa criticada por perder, no se aferr¨® a su gran margen de maniobra para salirse con la suya.
A buena ley, Claudia es la nueva jefa de Clara y ah¨ª comienza el siguiente reto de ¨¦sta. La relaci¨®n entre ambas tendr¨¢ que partir de que la primera supo reconocer a la segunda, y que s¨®lo en total reciprocidad de ¨¦sta para con aquella puede haber un buen futuro pol¨ªtico para ambas.
Le toca a Clara cuidar eso. Engrandecer a su nueva mentora. Y tendr¨¢ que hacer ello en una cuerda floja. Al tiempo que logra que sus apoyadores guarden los recelos contra Garc¨ªa Harfuch y lo incorporan en un privilegiado lugar, y mientras madura el perfil que ha de presentar allende el morenismo.
Si Clara recuerda que Omar es importante en su campa?a, que le debe la candidatura a Claudia y que en parte gan¨® el bast¨®n de mando capitalino porque supo evitar la caldera de los arrebatos, entonces tendr¨¢ claro que la campa?a espera de ella una propuesta inclusiva y una personalidad cauta.
Alebrestar al morenismo con una campa?a de orgullo por las ra¨ªces populares de la izquierda se probar¨¢ ben¨¦fico solo si no se desborda de forma que genere enormes anticuerpos en un electorado que resinti¨®, y cobr¨® muy caro en 2021, esos insultos marginadores de AMLO que tanto jalea la base.
La representante m¨¢s pura del movimiento ha de cabalgar al mismo con la rienda muy justa, para evitar que se desboque de entusiasmo en una prepotencia triunfalista que haga olvidar a la amazona que en la verdadera elecci¨®n ella no era la m¨¢s competitiva.
Clara Brugada no tiene que renunciar ni a su esencia y menos a su causa. Pero para que ¨¦sta tenga una oportunidad con su nombre y apellido, ha de conquistar, primero, a los votantes que prefer¨ªan a Omar, votos que tambi¨¦n ha de llevar a las urnas para la candidatura de Claudia Sheinbaum.
Lo bueno es que cuenta con los de la base morenista. A saber si caer¨¢ en la tentaci¨®n de creer que con ello sobra para ganar en 2024 Jefatura de gobierno y Presidencia en la CDMX. Ser una morenista que guste a clases medias es su verdadero reto, el de ella, una de las radicales del movimiento. Eso implica su triunfo.
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