Mujeres a las armas: las adelitas y su papel en la Revoluci¨®n mexicana
Desde distintas trincheras, las soldaderas combatieron contra los m¨¢s de 30 a?os de dictadura porfirista
No se puede contar la historia de la Revoluci¨®n mexicana sin incluir la participaci¨®n de mujeres que tambi¨¦n lucharon por la democracia. Desde antes de la proclamaci¨®n del Plan de San Luis, de Francisco I. Madero, las mujeres ya sumaban esfuerzos para poner punto final a los m¨¢s de 30 a?os de dictadura porfirista. Las hermanas Carmen y Natalia Serd¨¢n fundaron clubes antirreeleccionistas; y las periodistas Elisa Acu?a y Juana Bel¨¦n Guti¨¦rrez publicaron editoriales contra Porfirio D¨ªa...
No se puede contar la historia de la Revoluci¨®n mexicana sin incluir la participaci¨®n de mujeres que tambi¨¦n lucharon por la democracia. Desde antes de la proclamaci¨®n del Plan de San Luis, de Francisco I. Madero, las mujeres ya sumaban esfuerzos para poner punto final a los m¨¢s de 30 a?os de dictadura porfirista. Las hermanas Carmen y Natalia Serd¨¢n fundaron clubes antirreeleccionistas; y las periodistas Elisa Acu?a y Juana Bel¨¦n Guti¨¦rrez publicaron editoriales contra Porfirio D¨ªaz. Las mujeres tambi¨¦n sumaron fuerzas en el frente de batalla; lo hicieron como soldaderas o adelitas. Se dedicaron a distribuir armas, municiones, a curar enfermos y heridos, y a dirigir partidas de soldados en la lucha armada contra el ej¨¦rcito federal.
Mujeres en el inicio de la Revoluci¨®n mexicana
Las elecciones de 1910 pusieron en la urna dos propuestas pol¨ªticas: el continuismo de Porfirio D¨ªaz y el ¡°sufragio efectivo, no reelecci¨®n¡± de Francisco I. Madero. El candidato del Partido Antirreeleccionista fue encarcelado semanas antes de la jornada electoral, acusado de pronunciar discursos contra Porfirio D¨ªaz. Madero escap¨® de prisi¨®n y se refugi¨® en San Antonio, Texas. Desde el otro lado de la frontera proclam¨® el Plan de San Luis Potos¨ª, convocando al levantamiento armado contra la dictadura para el 20 de noviembre de ese mismo a?o.
La lucha contra el r¨¦gimen de D¨ªaz inici¨® de forma anticipada en Puebla. La familia Serd¨¢n fue la primera en dirigir sus fusiles contra la dictadura. Luego de que el gobernador del Estado, Mucio Mart¨ªnez, descubriera la conspiraci¨®n, las hermanas Carmen y Natalia Serd¨¢n comenzaron a distribuir armas y municiones desde la Porter¨ªa de Santa Clara. Ocultaron los fusiles en sus vestidos y los llevaron a su hogar. Desde ese lugar dispararon contra los m¨¢s de 400 soldados que encabezaron el asalto contra la familia. Tras el enfrentamiento, murieron M¨¢ximo y Aquiles Serd¨¢n. Carmen y Mar¨ªa del Carmen, la madre de todos ellos, fueron encarceladas.
?Qui¨¦nes eran las soldaderas o adelitas en la Revoluci¨®n?
Las soldaderas o adelitas eran mujeres que acompa?aban a los combatientes en diversas tareas. La gran mayor¨ªa cumpl¨ªa roles de cuidado, cocina y enfermer¨ªa; aunque a veces participaban activamente en combate. El nombre se populariz¨® gracias a la canci¨®n ¡°La Adelita¡±, que se convirti¨® en un s¨ªmbolo de las mujeres revolucionarias.
La primera adelita se llamaba Adela Velarde P¨¦rez. Nacida en 1900 y proveniente de una familia que particip¨® en la resistencia de la Rep¨²blica juarista durante la intervenci¨®n extranjera de Maximiliano de Habsburgo, se enlist¨® como enfermera en las filas de la Divisi¨®n del Norte.
El origen de la canci¨®n, al igual que el propio movimiento revolucionario, est¨¢ rodeado de mitos. Por un lado se dice que el villista Antonio Gil Del R¨ªo Armenta fue quien compuso el tema. El sargento Alfredo Villegas, con quien Adela Velarde se cas¨® a?os m¨¢s tarde, asegur¨® en una entrevista que ¨¦l fue el autor. En Las Fuerzas Armadas en la Revoluci¨®n Mexicana se atribuye la composici¨®n al capit¨¢n El¨ªas Cort¨¢zar Ram¨ªrez. Lo cierto es que las adelitas, m¨¢s all¨¢ de quedar representadas en una canci¨®n, fueron todas aquellas mujeres que lucharon durante la Revoluci¨®n desde distintos frentes.
Acudieron al llamado del maderismo, algunas fueron obligadas y otras tantas lo hicieron con sus hijos a cuestas, cargando armamento y sin dejar de apuntar sus fusiles a las tropas porfiristas. De esta primera etapa de la Revoluci¨®n se recuerda a Mar¨ªa de la Luz Espinoza Barrera, nombrada como teniente coronel del Ej¨¦rcito Libertador del Sur, de Emiliano Zapata. Adem¨¢s de sus labores de vigilancia, La coronela particip¨® en la batalla de Jonacatepec y en la toma de Cuautla de 1911.
Carmen V¨¦lez, apodada como La Generala, form¨® parte del levantamiento maderista y, junto a sus m¨¢s de 300 soldados, fue una figura clave en la toma de Ciudad Ju¨¢rez, la estocada final al Porfiriato en 1911. Otra reconocida soldadera fue Petra Herrera, quien se hizo pasar por hombre para alistarse a las tropas de Francisco Villa. Form¨® parte de la Divisi¨®n del Norte que combati¨® al r¨¦gimen de Victoriano Huerta, una vez orquestado el golpe de Estado contra Madero. Junto a los villistas, Petra Herrera particip¨® en la toma de Torre¨®n de 1914. Tras el triunfo revolucionario fue expulsada de la Divisi¨®n del Norte. Con el inicio de la lucha de facciones entre Villa y Carranza, decidi¨® montar su propia tropa y unirse a las fuerzas constitucionalistas en 1917.
Las mujeres participaron en las distintas facciones: zapatistas, villistas y constitucionalistas. Su actuaci¨®n no se limit¨® al campo de batalla, ni al cuidado de las tropas revolucionarias. Como explica el historiador Frederick Turner fungieron como ¡°despachadoras de trenes, telegrafistas, farmac¨¦uticas, empleadas de oficinas, reporteras, editoras de peri¨®dicos, mujeres de negocios y maestras¡±.
En Las mujeres en la revoluci¨®n y en la posrevoluci¨®n, la historiadora de El Colegio Mexiquense, Margarita V¨¢squez Monta?o, se?ala que la funci¨®n de la mujer durante el conflicto ¡°no contraven¨ªa del todo al ideal femenino de la ¨¦poca, debido a que tradicionalmente el ¨¢mbito de lo dom¨¦stico y lo privado estaba ligado con los trabajos de cuidados¡±.
Pese a la participaci¨®n femenina en la lucha revolucionaria, la Constituci¨®n de 1917 no les garantiz¨® el derecho al voto, ni la plenitud en derechos civiles y pol¨ªticos. Fue hasta 1947 cuando el Presidente Miguel Alem¨¢n reconoci¨® el derecho de la mujer a votar y ser votada en procesos municipales. Hacia 1955, el Presidente Adolfo Ruiz Cortines reform¨® los art¨ªculos 34 y 115 de la Constituci¨®n para otorgar la plenitud en derechos civiles y pol¨ªticos a las mujeres mexicanas.
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