2.000 d¨®lares por el amor de Francisco I. Madero
Dos cartas subastadas esta semana desvelan una faceta poco conocida del icono de la Revoluci¨®n mexicana
Dos enamorados anhelan volver a verse. Llevan casi seis a?os juntos y est¨¢n a punto de casarse. No pasar¨¢n la Navidad ni las fiestas de a?o nuevo en pareja y tendr¨¢n que calmar las ansias con cartas de amor. "Mi muy amada Sarita: como te dije ayer no recib¨ª carta tuya ni hoy en la ma?ana", reclama el novio y confiesa: "Con eso me puse un poco inquieto". El berrinche del que ser¨¢ el esposo de Sarita P¨¦rez se extingue conforme empiezan a sucederse las palabras, con las que recula y regresa al romance. "Yo mismo fui a la tarde al correo y tuve el gusto de recoger tu amable cartita". El autor dice a su "encantadora palomita" que "muere de deseos" de llevarla a su casa, que se le "hace eterno el tiempo" y le asegura que "muy prontito vamos a ser tan felices". Y remata finalmente: "Reciba mi vida un ardent¨ªsimo beso y el amor que le tiene su Francisco I. Madero".
Esta es una de las dos cartas de Francisco I. Madero, una de las figuras m¨¢s importantes de la Revoluci¨®n mexicana, que se han subastado esta semana, 116 a?os despu¨¦s de que se escribieran, en Ciudad de M¨¦xico y que se han vendido por 36.000 pesos (2.000 d¨®lares) a un coleccionista privado. El lote desnuda un rinc¨®n poco conocido de la intimidad de Madero, entronizado en el pante¨®n de la historia oficial como el icono contra la reelecci¨®n presidencial en el pa¨ªs, una consigna que ha hecho de M¨¦xico la naci¨®n del continente con prohibiciones m¨¢s estrictas y m¨¢s antiguas para impedir que el Ejecutivo repita en el cargo.
La primera carta, escrita en seis p¨¢ginas membretadas en las que se aprovecha cada espacio del papel de celulosa, tiene fecha del 6 de diciembre de 1902. Madero la escribi¨® a los 29 a?os y la envi¨® desde San Pedro en el norte?o Estado de Coahuila. Madero proven¨ªa de una familia de grandes latifundistas y hab¨ªa empezado a hacerse cargo de los negocios de su padre, concentrados en ese tiempo en la ganader¨ªa. Hab¨ªa conocido a Sarita P¨¦rez unos diez a?os antes. Sarita, tres a?os mayor que ¨¦l e hija de un arist¨®crata de Quer¨¦taro, hab¨ªa ido a estudiar al colegio de se?oritas de Notre Dame en California. Ah¨ª se hizo amiga de dos hermanas de Madero, Mercedes y Margarita, quienes la invitaron despu¨¦s a un viaje familiar en la ciudad costera de Mazatl¨¢n, donde se vieron por primera vez, de acuerdo con los valuadores.
En esos tiempos, el poder del aut¨®crata Porfirio D¨ªaz, que gobern¨® M¨¦xico durante m¨¢s de 30 a?os en periodos intermitentes entre 1876 y 1911, era indiscutido. La sociedad del porfiriato ten¨ªa marcados contrastes sociales. Por un lado, estaban los grandes hacendados y arist¨®cratas. En el otro extremo estaban los peones que eran esclavizados en las tiendas de raya y los obreros que construyeron los proyectos modernizadores de D¨ªaz. Los arist¨®cratas como Madero o P¨¦rez recib¨ªan educaci¨®n el extranjero, se dejaban seducir por placeres afrancesados como el espiritismo, atend¨ªan su salud con tratamientos europeos de homeopat¨ªa y eran los amantes epistolares del moderno sistema de correos. La posici¨®n social era todo y la movilidad entre clases era nula. En esta carta, Madero se queja de que la t¨ªa de P¨¦rez la trata como "su ama de llaves", algo que no era propio de una dama de su condici¨®n.
La segunda carta, fechada al 31 de diciembre de 1902 en Monterrey, 26 d¨ªas antes de la boda civil, describe aspectos anodinos de la rutina de Madero: c¨®mo se carteaba con su madre, los preparativos para Nochevieja y algunos aspectos de sus viajes de negocios. Y acaba, una vez m¨¢s, con un "ardent¨ªsimo beso". Las peque?as hojas a¨²n se mantienen en buen estado y fueron autenticadas por la caligraf¨ªa de Madero, el soporte material (el papel y la tinta), el contenido y el l¨¦xico de la ¨¦poca. "El valor est¨¢ en el retrato ¨ªntimo de un pr¨®cer de la naci¨®n y de un pa¨ªs que a¨²n no ha superado muchos de los problemas sociales del porfiriato", explica el historiador Rodrigo Ag¨¹ero, especialista de la subastadora Morton.
Era una puja especial. El precio de salida fue de menos de 700 d¨®lares y se estimaba que se pagaran unos 1.000 d¨®lares. "El lote arranca en 14.000 pesos, tengo 14 y pido 15, 16, 17.000", dice con ritmo fren¨¦tico el subastador. Un comprador en la sala levanta la paleta en cada contraoferta con una mano y aprieta una copa de vino con la otra. Al final, cuando el precio de martillo duplic¨® el valor estimado, un comprador en ausencia se hizo con las cartas. "36.000 pesos, se vende a la paleta n¨²mero 217. Gracias por sus pujas, continuamos con el lote n¨²mero 138", anunciaba el maestro de ceremonias para dar paso a la venta de m¨¢s decretos virreinales, bandos presidenciales, mapas y libros antiguos.
El precio final, con impuestos y la comisi¨®n de la casa, super¨® los 41.000 pesos (2.225 d¨®lares). Por un momento, Madero dej¨® de ser el l¨ªder del movimiento antirreeleccionista, uno de los cinco s¨ªmbolos del nuevo Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador y el s¨ªmbolo de un linaje vigente de pol¨ªticos conservadores para dar paso a un t¨ªmido y rom¨¢ntico joven, que reclamaba que "lo hab¨ªan dejado en visto" y que intentaba dar la vuelta al conservadurismo de la alta sociedad para cortejar a su pr¨®xima esposa. El pol¨ªtico ser¨ªa asesinado 10 a?os despu¨¦s de casarse y sin ver el triunfo de la revoluci¨®n, su viuda lo sobrevivir¨ªa cuatro d¨¦cadas, pero los rastros de su amor saldr¨ªan de su dosier privado y saldr¨ªan a la luz en 2019 para llegar a las manos de un misterioso coleccionista.
Las cartas de amor de Madero
Esta es la transcripci¨®n de las dos cartas de Francisco I. Madero que se subastaron esta semana en Ciudad de M¨¦xico.
Primera carta:
San Pedro (Coahuila). Diciembre/1902.
"Mi muy amada Sarita: Como te dije ayer no recib¨ª carta tuya y hoy en la ma?ana. Con eso me puse un poco inquieto y yo mismo fui esta tarde al correo y tuve el gusto de recoger tu amable cartita del 2-3 actual.
Te aseguro que no puedo ni quitarme lo que me desagrada con tu t¨ªa que te deje toda la carga hasta de cosas que no te corresponde hacer como atar los bultos y dem¨¢s quehaceres tan pesados. Y luego maltratarte, comer tarde y todo, m¨¢s que si fueras su ama de llaves. No s¨¦ ni qu¨¦ decirte en este caso, pero la verdad es que tu no deber¨ªas de ser tan demasiado servicial, porque tu t¨ªa se aprovecha y no tiene en consideraci¨®n que te perjudica en tu condici¨®n, la prueba es que estuviste con el dolor.
Yo formalmente no quiero que vuelvas a hacer eso¡
Te aseguro que cuando me acordaba de ti (antes de volver) es una de las cosa que m¨¢s tristeza me daba, pensar que te hab¨ªa dejado en una casa en que se aprovechaban. Y te hac¨ªan hacer cu¨¢nto se les antojaba, que t¨² fueras una ama de llaves.
Por eso te he dicho que t¨² no sabes defenderte y ya muero de deseos de llevarte a mi casa. Para entonces ser¨¢ muy destino porque yo har¨¦ que te den el trato que mereces y de la que va a ser mi esposa.
Ya no quiero hablar m¨¢s de esto que me desagrada tanto. Te suplico contestes mis cartas minuciosamente sobre todo las preguntas que te hago respecto a tu salud, por la que me intereso como no tienes idea.
Hoy estaba pensando que quiz¨¢ salga el jueves o el domingo para mi rancho de la Merced y solo me falta saber si pap¨¢ quiere ir tambi¨¦n para lo cual ma?ana mismo le voy a preguntar. Me he resuelto a emprender ese viaje, porque en estos d¨ªas puedo a¨²n hacer lo que estoy haciendo en nuestra casita.
Cuando pienso que muy prontito vamos a ser tan felices, me pasa lo que a ti, que me parece todo un sue?o y se me hace eterno el poco tiempo que nos falta, pero hay que tener paciencia que 51 d¨ªas como quiera se pasan y ya nom¨¢s esos nos faltar¨ªan.
Yo a cada rato voy a nuestra casita pues me encanta estar all¨ª, tanto para activar todos los trabajos, como para pensar lo contento que estar¨¦ all¨ª cuando me traiga a mi encantadora palomita. Para el lunes pr¨®ximo van a trabajar m¨¢s alba?iles, pero se me hace que no avanzan bastante a prisa y yo quer¨ªa si es posible que todo estuviera listo para cuando yo me fuera, pero eso me parece algo dif¨ªcil.
Ojala y ma?ana reciba una carta larga tuya.
Reciba mi vida un ardient¨ªsimo beso y el amor que le tiene su¡ Francisco I. Madero". Firma.
Segunda carta:
Monterey (Nuevo Le¨®n). Diciembre 31/1902.
"Mi adorada Sarita: Esta ma?ana me levant¨¦ temprano para ir a encontrar un pariente m¨ªo que ven¨ªa a pasar unos d¨ªas con nosotros. Pero el caso es que no lleg¨®, qui¨¦n sabe qu¨¦ le pasar¨ªa.
De la estaci¨®n me fui casa de un primo hermano m¨ªo (el que vive en Torre¨®n) que lleg¨® esta ma?ana, almorc¨¦ con ¨¦l y me vine pronto a casa, pues ya me esperaba a recibir su linda cartita del 28 actual que le¨ª con el gusto de siempre.
Luego tuve que ir a comprar el mosaico de que te habl¨¦ pues quiero poner de esa clase de piso el pasillo de entrada en el corredor. De ah¨ª fui al casino por m¨¢s invitaciones que ped¨ª para mi hermano y un primo que no son socios y luego fui a casa de mi t¨ªo, como te dije ayer sali¨® el m¨¦dico home¨®pata.
Todo se nos va allanando y espero en Dios que no tendremos ning¨²n inconveniente para reunirnos el 27 del entrante como hemos pensado y como tanto lo deseamos. Te aseguro que ni quiero pensar en ese d¨ªa que va a ser tan feliz para nosotros porque entre m¨¢s pienso, m¨¢s largo se me hace el tiempo que me falta.
Espero que ya me estar¨¢s dirigiendo las cartas a San Pedro.
Ya es tarde y tengo que escribir unas cartas de mam¨¢. Recibe un ardent¨ªsimo beso de quien te ama con toda su alma¡ Francisco I. Madero". Firma.
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