Del alfil japon¨¦s de Pancho Villa al fundador indio del partido comunista: las historias olvidadas de la Revoluci¨®n mexicana
La historiadora estadounidense Christina Heatherton presenta una reevaluaci¨®n de las causas y los efectos de la primera gran revoluci¨®n del siglo XX dentro de un contexto global
Un hombre de Okinawa en las filas del ej¨¦rcito de Pancho Villa. Puede que suene inventado, pero es la historia que el soldado adoptado transmiti¨® a su hijo tiempo despu¨¦s. En esos a?os, muchos okinawenses emprendieron el viaje a trav¨¦s del Pac¨ªfico para escapar del imperialismo japon¨¦s con la esperanza de llegar a la tierra prometida de California. Sin embargo, la xenofobia en Estados Unidos nunca ha faltado y a principios de siglo se prohibi¨® la entrada de migrantes asi¨¢ticos en los puertos estadounidenses. Pero los obst¨¢culos burocr¨¢ticos rara vez detienen a un emigrante decidido, as¨ª que muchos se bajaron de los barcos en M¨¦xico, la siguiente parada despu¨¦s de California, para entrar por la ¡°puerta trasera¡±. En su camino hacia el norte, se encontraron con un pa¨ªs en plena revoluci¨®n y vieron c¨®mo, de muchas maneras, las luchas del campesinado mexicano eran las mismas que las suyas.
La historiadora estadounidense Christina Heatherton tropez¨® de casualidad con esta historia borrosa y lejana de uno de sus antepasados y no pudo evitar la curiosidad de profundizar m¨¢s. A trav¨¦s de una exhaustiva investigaci¨®n que dio lugar a su libro Arise! Global Radicalism in the Era of the Mexican Revolution [?Arriba! Radicalismo global en la era de la Revoluci¨®n Mexicana] encontr¨® m¨¢s relatos similares y vio que no fueron solamente emigrantes japoneses quienes desarrollaron una conciencia social radical en el torbellino de la Revoluci¨®n Mexicana; sino tambi¨¦n gente como M. N. Roy, revolucionario indio que lleg¨® al pa¨ªs en 1917 y fund¨® el Partido Comunista Mexicano, convencido de que el internacionalismo -la lucha global unida contra un sistema opresivo internacional interconectado- era la forma de llevar la revoluci¨®n socialista a todo el mundo. El libro ser¨¢ publicado en espa?ol en los pr¨®ximos meses por la editorial La Cigarra. Recuperando y dando nueva vida a historias m¨¢s o menos olvidadas como ¨¦stas, Heatherton sit¨²a la Revoluci¨®n Mexicana en un contexto global, rastreando sus causas al modelo imperialista estadounidense en expansi¨®n y sus consecuencias en el despertar de los engranajes m¨¢s bajos de ese sistema global en desarrollo. El replanteamiento de Heatherton se aparta de la narrativa con la que suele contarse esta historia, como un conjunto de acontecimientos eminentemente locales y a la sombra de la revoluci¨®n bolchevique en el escenario mundial, a pesar de ser el primer gran movimiento social del siglo XX.
Para Heatherton, el relato comienza muchas d¨¦cadas antes. Espec¨ªficamente en 1848, crucial en la historia de los movimientos sociales. Fue el a?o en que se public¨® por primera vez el Manifiesto Comunista y en el que Europa occidental se vio invadida por una serie de revueltas hist¨®ricas; pero los ojos de Heatherton enfocan el otro lado del Atl¨¢ntico al plantear que ese mismo a?o se engendr¨® el imperialismo capitalista estadounidense -es decir, el control de tierras extranjeras mediante la inversi¨®n financiera- tras la firma del tratado de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra entre M¨¦xico y Estados Unidos.
¡°[Con el tratado] EEUU se apodera de casi la mitad del territorio de M¨¦xico, lo cual es una ¡®forma tradicional de imperialismo¡¯ que consiste en el control territorial como objetivo principal, pero a partir de 1848 M¨¦xico se convierte en el sitio clave para la inversi¨®n de EEUU: cuando estalla la revoluci¨®n en 1910, m¨¢s de una cuarta parte de toda la inversi¨®n estadounidense se encuentra en M¨¦xico, los financieros estadounidenses poseen el 80% de todos los derechos minerales mexicanos, las entidades estadounidenses poseen m¨¢s superficie en M¨¦xico que las mismas entidades mexicanas... es en relaci¨®n a M¨¦xico que Estados Unidos desarrolla las capacidades con las que llegar¨ªa a controlar la econom¨ªa capitalista global durante el siglo XX¡±, explica Heatherton en una entrevista.
Quien haya pasado por el sistema educativo mexicano no reconocer¨¢ esta historia. Lo que tradicionalmente se ense?a es que la Revoluci¨®n lleg¨® como resultado de tres d¨¦cadas de dictadura de Porfirio D¨ªaz, el Porfiriato, durante las cuales M¨¦xico se moderniz¨® hasta cierto punto -llegaron los trenes y las alamedas-, pero a costa de una desigualdad extrema, la acumulaci¨®n de tierras y la explotaci¨®n de los trabajadores. No es que esto sea falso, pero con la ayuda de Heatherton la secuencia de acontecimientos se completa y llegamos a comprender la influencia definitiva que el capital estadounidense -y la amenaza siempre presente de una intervenci¨®n militar- tuvo en la configuraci¨®n del Estado y las instituciones mexicanas antes de 1910.
Cuando se piensa en los impactos internacionales de la Revoluci¨®n Mexicana tambi¨¦n existe un punto ciego similar. Muy pocas veces se hace referencia a ella como influencia en otros movimientos sociales en distintas partes del mundo. Sin embargo, Heatherton encontr¨® pruebas de que, en su momento, muchos extranjeros que conocieron y vivieron la Revoluci¨®n Mexicana aprendieron importantes lecciones sobre solidaridad, opresi¨®n y la interconexi¨®n de la explotaci¨®n que defin¨ªa al sistema capitalista. Por ponerlo de otra manera, descubrieron el internacionalismo en carne propia.
Esta din¨¢mica la vio muy claramente uno de aquellos okinawenses que pas¨® por el M¨¦xico revolucionario de camino a Estados Unidos. Se llamaba Paul Kochi, y en sus memorias, a las que Heatherton hace referencia en una secci¨®n del libro, identifica este naciente e in¨¦dito internacionalismo de base. Sin embargo, en Arise! quiz¨¢ el mejor exponente de este nuevo internacionalismo forjado sin saberlo en el M¨¦xico revolucionario sea M. N. Roy.
El independentista indio parti¨® de su pa¨ªs natal en 1915 en busca de armas para la revoluci¨®n nacional y lleg¨® a M¨¦xico un par de a?os despu¨¦s, tras pasar una temporada en Estados Unidos. Poco despu¨¦s fund¨® el Partido Comunista Mexicano -el primero fuera de Rusia- y en 1920 regres¨® a su pa¨ªs con la convicci¨®n de que la liberaci¨®n de la India ¡°ya no era un fin en s¨ª mismo, sino un paso necesario hacia la revoluci¨®n global¡±, pues consideraba que el sistema capitalista mundial se constru¨ªa tanto sobre los campesinos sometidos bajo el dominio colonial -financiero o tradicional- como sobre las espaldas de los obreros industriales explotados. Gracias a sus ideas e influencia, Lenin le nombr¨® r¨¢pidamente miembro del Comit¨¦ Ejecutivo de la Comintern, encargado especialmente de preparar el Este para la revoluci¨®n.
¡°Parte de lo que estoy diciendo es que pensando en la convergencia de todos estos diferentes rebeldes, trabajadores migrantes, soldados, artistas, pensando en c¨®mo valoran el mundo, c¨®mo entendieron su situaci¨®n, c¨®mo llegaron a entender las luchas globales en di¨¢logo entre s¨ª, se obtiene esta trayectoria diferente de c¨®mo se puede pensar el internacionalismo... porque las condiciones que condujeron a la Revoluci¨®n Mexicana no eran exclusivas de M¨¦xico en ese periodo, simplemente estallaron all¨ª para dar paso a la primera gran revoluci¨®n social del siglo XX¡±, afirma Heatherton, reforzando su argumento de que el internacionalismo en la pr¨¢ctica no es una teor¨ªa divina que se le entrega a la gente, sino m¨¢s bien una conciencia adquirida.
A medida que Heatherton rastrea las reverberaciones de la Revoluci¨®n Mexicana, desplaza su atenci¨®n al norte de la frontera a trav¨¦s de las historias de diversos personajes y lugares. Desde la estancia y posterior muerte de Ricardo Flores Mag¨®n en la penitenciar¨ªa de Leavenworth, en Kansas, una prisi¨®n utilizada principalmente para encarcelar a radicales pol¨ªticos de todo tipo y que se convirti¨®, como ella misma dice, en una ¡°universidad del radicalismo¡± influida en gran medida por las lecciones de los veteranos revolucionarios y los campesinos mexicanos; a la organizaci¨®n de los trabajadores del campo en California a finales de los a?os veinte y durante la Gran Depresi¨®n, que llevaba consigo el esp¨ªritu de la Revoluci¨®n Mexicana, ya que muchos de esos trabajadores hab¨ªan luchado o al menos vivido la revoluci¨®n en la d¨¦cada anterior, ya fueran mexicanos, estadounidenses o japoneses.
En un relato v¨ªvido y meticulosamente investigado, Heatherton entreteje los hilos de una red hist¨®rica que eman¨® del M¨¦xico revolucionario, rellenando lagunas cruciales y conectando narrativas diversas. Y al hacerlo muestra c¨®mo los prejuicios intelectuales y raciales, reproducidos tambi¨¦n por la izquierda hegem¨®nica, enterraron esta interpretaci¨®n internacional de la Revoluci¨®n Mexicana y la redujeron a una imagen romantizada de Pancho Villas, Emiliano Zapatas y masas de campesinos con sombrero; un episodio entra?ablemente salvaje que ten¨ªa poco que ense?ar al resto del mundo. En este exhaustivo ejercicio historiogr¨¢fico y narrativo, Heatherton lo recupera y lo sit¨²a, por su impacto social e hist¨®rico, en el pante¨®n de las grandes revoluciones de la Historia.
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