La selecci¨®n mexicana se salva de otro rid¨ªculo ante Honduras

Noche de p¨¢nico para el f¨²tbol mexicano. La selecci¨®n mexicana necesita un poco de apuro para funcionar, para jugar en un nivel decente. El equipo parece que necesita de un verdadero desaf¨ªo para que sus futbolistas se comprometan al 100. Cuando juega contra las potencias saca sus mejores dribles, pero contra los rivales de su zona bajan la intensidad. Y ah¨ª cometen sus pecados. Para asistir a la Copa Am¨¦rica del siguiente a?o, ahora los organizadores pidieron que los invitados de la Concacaf jugasen una eliminatoria previa. Los mexicanos ve¨ªan en Honduras un rival accesible para afianzar su boleto en dos partidos. En la ida sufrieron tremendo rev¨¦s (2-0), adem¨¢s de perder por lesi¨®n a su l¨ªder Guillermo Ochoa. La vuelta, en el estadio Azteca, era otro de esos juegos inc¨®modos. Tras 120 minutos de zozobra, M¨¦xico apenas si pudo darle la vuelta al resultado en los penaltis (2-2 en el global, 4-2 en los tiros).

El equipo mexicano no encontr¨® la punter¨ªa hasta el minuto 43 en un tiro libre bien acertado por Luis Ch¨¢vez. El bal¨®n cruz¨® la l¨ªnea por una esquina. Eso abr¨ªa el frasco de la tranquilidad para los dirigidos por Jaime Lozano, el entrenador que renov¨® la felicidad por la selecci¨®n tras ganar la Copa Oro el verano pasado. Parec¨ªa que los goles para remontar el resultado caer¨ªan con facilidad. Pero eso solo fue una ilusi¨®n.

M¨¦xico, con el reloj en contra, fallaba y fallaba opciones a gol. Juli¨¢n Qui?ones, un colombiano que se enamor¨® del pa¨ªs y decidi¨® cambiar de pasaporte, tuvo la opci¨®n m¨¢s clara para los de Lozano al quedar de frente a la porter¨ªa. Su tiro, que intentaba ir a la esquina, termin¨® en la valla publicitaria. Del lado hondure?o, Antony Lozano tuvo el mejor remate de cabeza pero fue rechazado por el guante del mexicano Luis Malag¨®n y m¨¢s atr¨¢s en el cron¨®metro Luis Palma err¨® en un remate frente al portero y solo le remat¨® al viento.

La recta final del partido fue un suplicio para los mexicanos que no pod¨ªan romper el muro del portero Edrick Menj¨ªvar, muy vivo para atajar en el momento clave y para ganarle al tiempo. Supo jugar con la presi¨®n mexicana y soport¨® el grito de ¡°puto¡± en las tribunas, el mayor term¨®metro para detectar el estado de humor de los aficionados mexicanos.

En el tiempo agregado, Edson ?lvarez anot¨® en la agon¨ªa en una jugada que parec¨ªa m¨¢s un pinball y que, por fortuna, le qued¨® al centrocampista del West Ham para hacer el gol en el minuto 99. Eso mand¨® todo a tiempos extra, alegr¨ªa para los locales que aguantaban la lluvia. Los hondure?os, en medio de la euforia, ped¨ªan una falta en el ¨¢rea aunque el ¨¢rbitro procedi¨® a ignorarles. En el tiempo extra, poco pas¨® en ambas porter¨ªas, solo se manten¨ªa la falla grave de punter¨ªa de los atacantes mexicanos. Honduras se qued¨® con 10 jugadores tras la expulsi¨®n de Maldonado y dejaba con m¨¢s ventaja a sus rivales, aunque sin oportunidad. M¨¦xico ten¨ªa las mayores oportunidades y las desperdiciaban sus jugadores por los costados. Nada de peligro generado por Qui?ones, Hirving Lozano o Santi Gim¨¦nez, goleador del Feyenoord.

En los penaltis, ¨²ltima esperanza hondure?a, la plantilla se desinfl¨® ante un M¨¦xico con mejor fortuna. El partido, tan ca¨®tico como desesperante, se pod¨ªa resumir en los tres tiros que tuvo que hacer el mexicano C¨¦sar Huerta frente a Menj¨ªvar: fall¨® dos veces porque el guardameta se adelant¨®. Al final los locales se quedaron con la victoria. Poco para celebrar en el c¨¦sped del Azteca, pero a los jugadores solo les importaba sacar el coraje de un partido en el barro. El juego vuelve a abrir las heridas de una Federaci¨®n Mexicana de F¨²tbol que sigue sin superar la crisis.

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