El arresto de El Tartas y el eterno debate de los jefes de plaza
La detenci¨®n de un presunto delincuente en Nuevo Laredo, se?alado en prensa como l¨ªder de un grupo criminal, pone en alerta a la ciudad y alimenta la discusi¨®n sobre la estrategia de los ¡®kingpin¡¯
Agentes de la Guardia Nacional detuvieron este mi¨¦rcoles a C¨¦sar Alejandro Silva en Nuevo Laredo, en el Estado de Tamaulipas. Apodado El Tartas, medios nacionales han informado de que se trata de uno de los l¨ªderes del Cartel del Noreste (CDN) en la ciudad, el jefe de plaza, cabeza visible de la organizaci¨®n, predominante en la zona. La ¨²nica informaci¨®n p¨²blica sobre su captura figura en el Registro Nacional de Detenciones. Ah¨ª se especifica la hora y el lugar de la aprehensi¨®n, demandada por la unidad de delincuencia organizada de la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR).
Ni la Guardia Nacional, ni el Ej¨¦rcito, cuya participaci¨®n en la captura apuntaron varios medios, ni la FGR, ni la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana, responsable del registro, han dado detalle alguno del caso de El Tartas. En prensa han aparecido fotos y videos del presunto criminal, durante su traslado a Ciudad de M¨¦xico, esposado, escoltado por dos agentes de la Guardia Nacional. Algunos medios han se?alado que, cuando lo detuvieron, El Tartas portaba armas y drogas.
Se ignora la importancia del sujeto. Expresiones como ¡°jefe de plaza¡± o ¡°uno de los l¨ªderes del grupo¡±, de empleo habitual en capturas de este tipo, esbozan una idea de su relevancia. Pero se quedan en eso, un esbozo. La ca¨ªda de El Tartas interpela la estrategia de seguridad del Gobierno, este y los anteriores, centrada en la eliminaci¨®n de los presuntos l¨ªderes del crimen. La detenci¨®n de personajes de este perfil no ha supuesto, en todos estos a?os, una reducci¨®n de la violencia, salvo en situaciones puntuales.
Fuentes consultadas en Nuevo Laredo se?alan que El Tartas no pasaba de comandante o jefe operativo de este grupo criminal, expresiones que rebajan un tanto las anteriores, pero que tampoco acaban de dibujar al personaje. En la hemeroteca de medios nacionales, un Tartas aparece como parte de la estructura de Los Zetas, ya en 2011. El CDN se escindir¨ªa m¨¢s tarde de Los Zetas. La Jornada ha se?alado que El Tartas trabajaba con otro de los grupos de mayor presencia medi¨¢tica en el pa¨ªs, el Cartel Jalisco. Otra fuente, que conoce de primera mano el trabajo de las autoridades de seguridad estatales, arroja algo m¨¢s de luz al sendero criminal de El Tartas, se?alando su importancia para la organizaci¨®n.
¡°Hasta hace dos a?os, cuando El Huevo todav¨ªa estaba en la punta, Tartas era el llamado jefe de centrales, es decir, el jefe de halcones, operador de todas las comunicaciones v¨ªa radio y celulares¡±, explica esta fuente. Captaba la informaci¨®n de movimientos y bajaba las instrucciones a la red de halcones, que en Nuevo Laredo no son pocos. Estar¨ªa en el tercer nivel jer¨¢rquico en ese momento¡±, a?ade.
El Huevo es Juan Gerardo Trevi?o, presunto l¨ªder, este s¨ª, del Cartel del Noreste, hasta su detenci¨®n en marzo del a?o pasado. La detenci¨®n de El Huevo provoc¨® el caos en Nuevo Laredo, con bloqueos en varias vialidades, balaceras y varios muertos, situaci¨®n habitual cuando se dan capturas como la suya. Lo mismo ocurri¨® a finales de 2022, cuando las autoridades detuvieron a otro presunto jefe de plaza del CDN en Nuevo Laredo, Heriberto Rodr¨ªguez, alias El Negrolo.
?Hab¨ªa ocupado El Tartas el lugar de El Negrolo en estos meses? ?Sus puestos eran parecidos, eran el mismo? La fuente cercana al aparato de seguridad estatal se?ala que ¡°es muy probable que con la detenci¨®n de El Huevo, El Tartas subiera al segundo nivel de la organizaci¨®n, ya no solo como jefe de centrales, sino como jefe de plaza de un sector de Nuevo Laredo, que comprende desde uno de los puentes internacionales hacia la salida a Piedras Negras¡±.
Sea como sea, la vida en Nuevo Laredo transcurre entre situaciones as¨ª: detenciones de jefes de plaza o presuntos l¨ªderes del CDN, acusados de tr¨¢fico de drogas, robo de combustible, asesinatos, etc¨¦tera, balaceras entre militares y presuntos integrantes de este grupo y esc¨¢ndalos protagonizados por personal de las Fuerzas Armadas, que atacan sin ser atacados o ejecutan a detenidos, ya desarmados. La sucesi¨®n de eventos no implica demasiados cambios, solo la apertura o cierre de ciclos, potencialmente repetibles.
Los ¨²ltimos dos a?os son buen ejemplo de todo esto. A la detenci¨®n de El Huevo y las balaceras posteriores sigui¨® la captura de El Negrolo, en diciembre, y luego la de El Tory, en junio de este a?o. La detenci¨®n del primero vino seguida de balaceras y enfrentamientos entre criminales y militares. Detenido en Puebla, a El Tory se le se?al¨® como jefe del brazo armado del CDN en Tamaulipas.
Entremedias, el Ej¨¦rcito fue se?alado de dos casos de mala praxis, uno por la muerte de cinco j¨®venes desarmados, que sal¨ªan de una discoteca, un s¨¢bado de febrero de este a?o. Militares siguieron la camioneta en que se desplazaban y abrieron fuego contra ella. En el otro, militares iniciaron una persecuci¨®n contra civiles armados, que chocaron su camioneta contra un muro. Ya detenidos, los militares dispararon contra ellos, situaci¨®n que capt¨® la c¨¢mara de seguridad de un supermercado.
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