La emoci¨®n de una final, 4.000 kil¨®metros de viaje y un gallo: el eclipse total en M¨¦xico en tres escenas
Unas 50.000 personas disfrutaron del fen¨®meno astron¨®mico en el planetario de Torre¨®n, el lugar desde el que la NASA transmiti¨® el evento al mundo
Los cuatro minutos y 10 segundos del eclipse total en Torre¨®n (Coahuila) se vivieron con la emoci¨®n de una de esas finales de f¨²tbol que marcan ¨¦poca: entre v¨ªtores, aplausos, l¨¢grimas de alegr¨ªa y una emoci¨®n que se iba sintiendo en el ambiente conforme avanzaba el cron¨®metro y la luna ocultaba el disco solar. ¡°La astronom¨ªa es una ciencia de paciencia¡±, advierte Christian Ter¨¢n, el coordinador de la olimpiada de astronom¨ªa de Colombia mientras hace la cuenta atr¨¢s en el Planetario de esa ciudad, el lugar elegido por la NASA para transmitir el fen¨®meno astron¨®mico al mundo. ¡°?Viva M¨¦xico!¡±, suelta este hombre que viaja por el mundo para ver eclipses cuando faltan tres minutos para que se haga de noche a pleno mediod¨ªa, exactamente a las 12.16 de la tarde.
Conforme avanzaba la ma?ana, los cientos de visitantes y astr¨®nomos que llegaron al Planetario, en el Bosque Urbano de Torre¨®n, aplaud¨ªan cada vez que se iban las nubes y permit¨ªan ver mejor el eclipse. Aunque la agencia espacial estadounidense eligi¨® este lugar para la transmisi¨®n oficial por estar en el punto medio de su trayectoria y por su buena visibilidad, esta ciudad de clima des¨¦rtico amaneci¨® el lunes nublada lo que, por momentos, dificult¨® la visi¨®n del fen¨®meno.
¡°Listo, muchachos, est¨¢ oscureciendo¡±, anuncia Victor Hugo Cabrera, el director del planetario de Puebla, que viaj¨® a Torre¨®n con su mujer y sus dos hijas. ¡°Es hermoso, mira eso¡±, dice se?alando los planetas en el cielo mientras sus hijas graban un video que comparten por WhatsApp con su grupo de Scouts. ¡°Ha merecido la pena cada minuto que hemos esperado¡±, dice una de ellas. ¡°Desde nuestro horizonte, se ve¨ªa el planeta Saturno, no logr¨¦ ver Venus, tampoco logr¨¦ ver J¨²piter. Mercurio estaba muy cerca del Sol, tampoco se ve¨ªa por las nubes, pero s¨ª estaban todos los planetas y, despu¨¦s de 60 ciclos solares, logr¨¦ ver lo mismo¡±, enumera Cabrera, un cient¨ªfico que se enamor¨® de los eclipses en el ¨²ltimo de sol total que se pudo ver en M¨¦xico antes de este, en 1991. ¡°Vivir un eclipse es una experiencia ¨²nica¡±, dice a¨²n con l¨¢grimas de emoci¨®n en los ojos.
Un gallo y toda la familia
En eso coincide Gloria Enr¨ªquez, una profesora y astr¨®noma aficionada que viaj¨® a Torre¨®n desde Guadalajara con su esposo, su hijo y sus nietos para ver el eclipse. All¨ª, a trav¨¦s del Museo del Algod¨®n, pudo conseguir un gallo para ver los efectos que tiene el fen¨®meno en los animales.
¡°Soy apasionada a este tipo de fen¨®menos desde que era ni?a. Ser¨¢ el ¨²ltimo que vea. El pr¨®ximo ya estar¨¦ detr¨¢s del sol. Ser¨¢ en 2052. Pero trajimos a los hijos y los nietos para que sigan con esto¡±, dice al comienzo del eclipse mientras el gallo no para de cantar cada pocos minutos. Despu¨¦s, cuando la luna cubre el sol y se hace de noche, el gallo ¡ªal que llamaron Cometa Diablo y que acab¨® convertido en una especie de celebridad del evento¡ª se durmi¨®. ¡°El comportamiento de los animales con el eclipse es muy bello. Si te fijas en las aves, su comportamiento est¨¢ cambiando porque el clima est¨¢ cambiando tambi¨¦n¡±.
Este es el segundo eclipse de sol total que ve Enr¨ªquez. El primero fue el del a?o 1991. Llev¨® a su hija que ten¨ªa solo un a?o y que hoy la acompa?a tambi¨¦n con la camiseta que le hizo para aquella ocasi¨®n ¡ªesta vez en la mano¡ª y con los filtros que usaron entonces para mostr¨¢rselos a los curiosos que se acercaban a ver el gallo. Sus nietos, por su parte, se fabricaron sus propias cajas estenopeicas para ver el eclipse de forma segura, y su marido llev¨® todo tipo de instrumentos de medici¨®n, desde term¨®metros a anem¨®metros, adem¨¢s de su colecci¨®n de meteoritos y rocas lunares para compartir su pasi¨®n con otros aficionados. Toda herramienta es buena para pasar la pasi¨®n familiar a los m¨¢s peque?os de la familia. ¡°Ver el universo es impresionante porque es sentirte parte de la vida¡±, dice emocionada Gloria.
4.000 kil¨®metros de viaje para ver el eclipse
Sin duda este ha sido el evento del a?o en Torre¨®n. Seg¨²n le dijo el director del planetario de esta ciudad, Eduardo Hern¨¢ndez, a El Pa¨ªs, alrededor de 50.000 personas llegaron al Bosque Urbano para ver el eclipse. La afluencia de personas agot¨® las plazas de hotel y los vuelos desde hace semanas. ¡°Todo el equipo de planetario, que fueron alrededor de 400 personas las que trabajamos en esto, estamos felices y satisfechos¡±, dice al culminar el evento. ¡°La gente pudo en un solo grito ver la totalidad. Aunque estuvo nublado al principio, se abri¨® en la totalidad en esos cuatro minutos¡±.
Entre quienes vieron emocionados el fen¨®meno estaba un grupo de cinco astr¨®nomos y divulgadores del Observatorio Nacional de la Universidad Nacional de Colombia que recorrieron los casi 4.000 kil¨®metros que separan Bogot¨¢ de Torre¨®n para poder ser testigos del eclipse. ¡°Nos interesa estudiar y registrar este evento tan raro¡±, dice uno de ellos, Juan Sebasti¨¢n Hincapi¨¦, ingeniero electr¨®nico y m¨¢ster en astronom¨ªa, con especialidad en instrumentaci¨®n y radioastronom¨ªa para f¨ªsica solar. El grupo lleg¨® equipado con los distintivos sombreros vueltiaos colombianos y con un telescopio computarizado que se puede alinear con el sol ingres¨¢ndole las coordenadas para seguir las fases del eclipse. Adem¨¢s, lo conectaron a una c¨¢mara para registrar todas las fases del evento.
¡°Los cielos no tienen fronteras¡±, dice su compatriota Christian Ter¨¢n. Aunque no ha viajado con el grupo de colombianos, se conocen por este tipo de eventos en los que, como pas¨® este lunes en Torre¨®n, todos comparten equipo y celebran la posibilidad de ver el Universo desde la Tierra como uno de los partidos de sus vidas, un momento que se quedar¨¢ grabado en sus memorias para siempre.
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