El ¨²ltimo canto del gallo en Ciudad de M¨¦xico
La revista ¡®El Gallito¡¯ fue icono de la historieta mexicana en los noventa con influencias de las vi?etas argentinas y el rock en espa?ol. Ahora los autores originales vuelve con cinco n¨²meros a manera de recuerdo y homenaje
¡°Este es el gallito ingl¨¦s, m¨ªralo con disimulo, qu¨ªtale el pico y los pies y m¨¦tetelo en el culo¡±. La pintoresca frase, le¨ªda en las calles de Ciudad de M¨¦xico en la d¨¦cada del sesenta, provocaba la risa de los lectores que la encontraban en los ba?os p¨²blicos, autobuses y cantinas. Era el l¨¦xico urbano de los mexicanos en su expresi¨®n m¨¢s aut¨¦ntica. Y fue tambi¨¦n la inspiraci¨®n que dio nombre a una revista de historietas que desde la marginalidad creci¨® hasta ser una referencia del g¨¦nero.
Hacia 1990, la contracultura en M¨¦xico pasaba por un momento de calma, atr¨¢s hab¨ªan quedado Av¨¢ndaro y el movimiento beatnik importado de Estados Unidos. Se consum¨ªa el cine de ficheras, las obras de cabaret en el teatro Blanquita y los hombres le¨ªan en las banquetas el Libro Vaquero o el Sensacional de Luchas. Ricardo Camacho, Jos¨¦ Quintero, Ricardo Pel¨¢ez, Edgar Clement y Eric Proa?o (Frik), cinco j¨®venes moneros (como se define en M¨¦xico a los historietistas) hab¨ªan probado suerte en espacios como el M¨¢somenos, un suplemento de humor gr¨¢fico editado por el diario Uno M¨¢s Uno, que luego pasar¨ªa a las p¨¢ginas de La Jornada con el nombre de histerietas bajo la coordinaci¨®n del famoso cartonista Magu. Todos ellos ten¨ªan algo en com¨²n: hab¨ªan sido rechazados de estos espacios y, por lo tanto, resent¨ªan la ausencia de una publicaci¨®n de historietas aut¨¦ntica en su pa¨ªs, algo as¨ª como la legendaria revista Heavy Metal que se publicaba en Estados Unidos o la m¨ªtica Fierro en Argentina. Comenzaron a cavilar sobre lo bueno que ser¨ªa tener su propio espacio, uno que Ricardo Pel¨¢ez define como ¡°una muy filos¨®fica revista¡±.
El gallo canta
La idea estaba plantada en sus mentes, pero no lograba materializar. Ninguno de ellos ten¨ªan experiencia editorial, sab¨ªan hacer gr¨¢fica, pero no publicar revistas. Sin embargo, ¡°arrieros somos¡± versa el adagio campesino. Al otro lado del cuadrante, V¨ªctor del Real, un veterano y experimentado editor de publicaciones, tambi¨¦n ten¨ªa la idea de hacer una revista de gr¨¢fica. Del Real ten¨ªa ya en su historia revistas como Dos filos o Di¨¢logo y hab¨ªa colaborado en otras como La pus moderna, que editaba Rogelio Villarreal. Del Real conoc¨ªa muy bien a los moneros y cartonistas, ten¨ªa tiempo movi¨¦ndose en el mundo editorial. Ten¨ªa adem¨¢s buenos contactos con escritores, dise?adores y editores. Por su relaci¨®n con las imprentas, pudo conseguir un precio bajo para imprimir lo que ser¨ªa el primer ejemplar de El gallito ingl¨¦s.
No existe una historia oficial de c¨®mo este grupo se fue juntando. Se ve¨ªan en las tertulias, se encontraban en las ferias del libro y coincid¨ªan en las publicaciones. ¡°Una de las cosas del gallo es que llegamos sin historia¡±, dice V¨ªctor del Real. Todos coinciden que fue en una fiesta en casa de Edgar Clement donde la cosa tomo forma. Del Real les avisa sus intenciones de editar una buena revista de gr¨¢fica irreverente y contracultural. Esto emocion¨® a los moneros y de ah¨ª naci¨® El gallito ingl¨¦s. ¡°V¨ªctor lo ten¨ªa muy claro, hasta el nombre llevaba, nosotros pensamos en un principio que ese nombre era una broma, pero, no, fue muy serio¡±, dice Frik.
Los primeros 14 n¨²meros salieron con ese nombre. Luego tuvieron que cambiarlo a El gallito comics, porque el alburero t¨ªtulo original lo registro el escritor Armando Jim¨¦nez para su compilado de Picard¨ªa mexicana. Fueron en total 60 ejemplares a lo largo de 10 a?os; el ¨²ltimo vio la luz en 2001.
La sobrevivencia
La revista nunca dej¨® dinero m¨¢s que para sobrevivir al siguiente n¨²mero, iban uno a uno. La continuidad se ve¨ªa amenazada ante la falta de producci¨®n constante, pues cada uno de los integrantes ten¨ªa sus propios trabajos y proyectos necesarios para pagar las cuentas. Una noche, se fue la luz en el barrio de Tlatelolco, donde viv¨ªa V¨ªctor del Real. Aprovech¨® la oscuridad para fumarse un cigarrillo con Carmen Mu?oz, su esposa. Al calor de la velada, ella le pregunt¨® donde se hac¨ªa la mejor historieta del momento. La respuesta fue muy obvia: Argentina. ¡°Pues ya est¨¢, tienes que irte para all¨¢, ve a buscar talentos que quieran publicar¡±, le recomend¨® Carmen.
Al d¨ªa siguiente, Del Real fue a Viajes de Colores, una agencia por entonces muy popular, y se compr¨® un billete econ¨®mico a Buenos Aires. Lo primero que hizo al llegar, sin conocer a nadie, fue ir al kiosco m¨¢s cercano y comprar las revistas Fierro, Scorpio y Puertitas, esta ¨²ltima editada por el famoso guionista Carlos Trillo.
Con una voz bajita y sentido del humor, Del Real narra su viaje a Argentina. ¡°Yo llevaba mis gallitos en una maleta, fui y me present¨¦ a las publicaciones. Me recibieron muy bien Trillo y Juan Manuel Lima, el editor de Fierro. Fierro ten¨ªa una secci¨®n que se llamaba ?xido, ah¨ª publicaban a los nuevos talentos. Entonces, me present¨® con todos esos j¨®venes, que quiz¨¢ a¨²n no ten¨ªan la trayectoria para publicar fuera de esa secci¨®n, pero imag¨ªnate los nombres que hab¨ªa: Carlos Varela o Max Cachimba. Max viv¨ªa en Rosario y viaj¨® a Buenos Aires solo para conocerme y para que yo viera su trabajo m¨¢s all¨¢ de su historieta. El chiste es que cuando yo me regres¨¦ de Buenos Aires no lo pod¨ªa yo creer, tra¨ªa much¨ªsimo material de calidad para publicar¡±.
Del Real conoci¨® en Buenos Aires a Alberto Breccia, uno de los m¨¢s reconocidos editores de historietas de la ¨¦poca. ¡°La pase muy bien en esos d¨ªas, Breccia me llevo a conocer a sus alumnos, me mostr¨® como discut¨ªan sobre los bocetos. Una vez llego un joven que ven¨ªa de La Plata [capital de la provincia de Buenos Aires] y yo platique con ¨¦l, muy sencillo, con su porta l¨¢minas en las piernas trabajando. Result¨® ser Diego Molina¡±.
Al volver a M¨¦xico, V¨ªctor del Real aseguraba con su cosecha en Argentina la permanencia de El gallito. El material lo fusion¨® con otro de los grandes contenidos de la revista, el rock en espa?ol. Por aquellos a?os comenzaban a tomar fuerza grupos como La Maldita Vecindad, Cafe Tacva o Caifanes. Basta con leer la entrevista que V¨ªctor Roura hace en el n¨²mero uno a El Personal, la legendaria banda tapat¨ªa de Julio Haro. Abr¨ªan espacios a contenidos que no exist¨ªan para los medios tradicionales en M¨¦xico, donde nadie quer¨ªa publicar a estas bandas. La Maldita, que tocaba en un cami¨®n durante las marchas y protestas de Ciudad de M¨¦xico, los entrevistar¨ªan para el segundo n¨²mero. Hoy esa banda ha sido reconocida como una de las m¨¢s influyentes en la historia del movimiento chicano.
Por las p¨¢ginas de la revista pasaron grandes colaboradores, como Manuel Ahumada, V¨ªctor Roura, Sergio Arau, Dami¨¢n Ortega y un joven que firmaba Avr¨¢n. En la actualidad es conocido como Abraham Cruzvillegas, uno de los artistas contempor¨¢neos m¨¢s importantes de M¨¦xico.
El ¨²ltimo canto del gallo
Llegaba el siglo XXI y con ello la revista comenzaba a transformarse en un colectivo llamado El taller del perro. V¨ªctor del Real hab¨ªa soltado algunos n¨²meros atr¨¢s la edici¨®n de El gallito. Los galleros, como les dec¨ªan a los autores, formaban nuevos espacios y buscaban otras aventuras. El ¨²ltimo ejemplar de la revista sali¨® en 2001 y nadie se lament¨®. Gozaban y estaban felices por haber logrado llegar a 60 ejemplares, m¨¢s lejos de lo que se hab¨ªan imaginado. Ahora saltaban a la vista nuevos proyectos; era ya otro M¨¦xico
Y as¨ª llegamos a 2023. Un nuevo colectivo de j¨®venes historietistas mexicanos llamado Pura Pinche Fortaleza C¨®mics decidi¨® sacar un ejemplar en homenaje al El gallito, influenciados por aquellos maestros que ten¨ªan ganas de reconocer. El resultado fue un poco m¨¢s all¨¢, tanto que le termin¨® picando la cresta a Jos¨¦ Quintero, uno de los autores originales. Quintero desempolv¨® la vieja agenda de tel¨¦fonos y convoc¨® a sus colegas de la ¨¦poca. Les propuso publicar el ¨²ltimo canto del gallo, que terminaron siendo cinco n¨²meros que saldr¨¢n a la luz a lo largo de 2024. Las an¨¦cdotas son interminables y se cuentan por docenas. Este s¨¢bado 13 de abril se present¨® el primer n¨²mero en el Museo de Artes Populares de Ciudad de M¨¦xico.
Han pasado m¨¢s de 20 a?os desde el ¨²ltimo gallito, que todav¨ªa tiene voz y espolones de acero.
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