Ciudad de M¨¦xico, el ombligo del mundo
M¨¦xico siempre ha sido un pa¨ªs tur¨ªstico, pero su capital sol¨ªa ser la escala para llegar a zonas como Canc¨²n. Ahora es el destino, sobre todo para n¨®madas digitales. Una ciudad que tiembla cada cierto tiempo como para recordar que est¨¢ m¨¢s viva que nunca
M¨¦xico significa ¡°el ombligo del lago de la luna¡± en lengua n¨¢huatl. El hermoso mito fundacional de la civilizaci¨®n azteca (o mexica) remite a que su tierra era el eje del universo, un potente im¨¢n sobre el que giraba el mundo. Y justo en el centro de ese ombligo levantaron la actual Ciudad de M¨¦xico, la majestuosa capital construida sobre lagos y canales. Casi mil a?os despu¨¦s, ya casi seca, superpoblada, con terremotos y contaminaci¨®n, mantiene a pesar de todo un magnetismo y atractivo como pocas metr¨®polis. Sobre todo, a ra¨ªz de la pandemia. Lo que empez¨® como una escapada a un destino sin apenas restricciones para muchos extranjeros con dinero y posibilidades de trabajar a distancia, se ha acabado convirtiendo en un desembarco masivo.
Durante estos ¨²ltimos cuatro a?os se ha triplicado el n¨²mero de los llamados n¨®madas digitales en el pa¨ªs, el que m¨¢s ha recibido en toda Latinoam¨¦rica, seg¨²n apunta un an¨¢lisis de la firma Restart. La mayor¨ªa de ellos, de origen estadounidense y con destino a la capital. La cercan¨ªa del vecino del sur, un clima siempre templado, unos precios asequibles pagando en d¨®lares, exuberantes espacios verdes y una formidable oferta cultural han vuelto a aupar a Ciudad de M¨¦xico como uno de los ombligos del mundo.
La colonia Roma, uno de los barrios donde m¨¢s se nota la transformaci¨®n de la ciudad, siempre ha olido a tacos callejeros, esmog y aguas de drenaje, sobre todo durante la temporada seca, antes de que empiecen las lluvias del verano. Actualmente, ese olor se mezcla con las esencias de una perfumer¨ªa francesa-neoyorquina con frasquitos de colonia que se venden por hasta 600 d¨®lares. La tienda Le Labo est¨¢ en el n¨²mero 138 de la calle Colima, uno de los epicentros de la gentrificaci¨®n, donde se han multiplicado las hogazas de masa madre, las cafeter¨ªas de especialidad, las tiendas de vinilos y de vinos naturales¡ La Roma se visti¨® de beige y llegaron miles de extranjeros. No es que antes no vinieran, M¨¦xico siempre ha sido tur¨ªstico, pero su capital sol¨ªa ser la escala para zonas como Canc¨²n. Ahora es el destino.
A los extranjeros ¡ªy tambi¨¦n a los mexicanos de clase alta¡ª se les suele llamar ¡°g¨¹eros¡±, un adjetivo que significa rubio o de piel blanca. Alejandro Hern¨¢ndez, director de la revista Arquine, referencia en arquitectura y urbanismo en Latinoam¨¦rica, asegura: ¡°S¨ª, noto a m¨¢s vecinos extranjeros porque vivo en la Condesa¡±. Esa es otra de las zonas de moda, pegada a la Roma. Los g¨¹eros suelen formar un c¨ªrculo conc¨¦ntrico que abarca tambi¨¦n Ju¨¢rez, San Rafael o Escand¨®n.
Estos barrios llenan las p¨¢ginas de las gu¨ªas tur¨ªsticas, casi al margen de otra ciudad de m¨¢s de nueve millones de personas que, muchas, viven al d¨ªa, sufren el tr¨¢fico del infierno y el encarecimiento de los alquileres y de la vida en general. Un ranking publicado el pasado mes de enero por The Economist colocaba a la capital mexicana por encima de ciudades como Mil¨¢n o Washington en cuanto al costo de la vida ¡ªen concreto, la decimosexta urbe m¨¢s costosa del mundo¡ª, precisamente por la oleada de extranjeros ricos. Seg¨²n Hern¨¢ndez, ser¨ªa m¨¢s correcto llamar a la gentrificaci¨®n ¡°aburguesamiento¡±, porque solo la clase m¨¢s alta puede vivir en ciertas zonas de la ciudad. ?l habla claro sobre un fen¨®meno que no es nuevo, pero que se ha acentuado: ¡°Los que se quejan de la gentrificaci¨®n fueron antes gentrificadores¡±.?La llegada de n¨®madas digitales fue impulsada en un inicio por el propio Gobierno de la ciudad, que en 2022 firm¨® un acuerdo con Airbnb. Ante la proliferaci¨®n de alojamientos tur¨ªsticos, el Gobierno ech¨® el freno un a?o despu¨¦s. El potencial de la ciudad en el sector inmobiliario es gigante y va m¨¢s all¨¢ del pu?ado de barrios de moda que conservan fabulosas casas art d¨¦co.
Los apasionados de la arquitectura pueden saciarse en el Jard¨ªn Escult¨®rico del UNAM, un circuito al sur de la ciudad que alberga esculturas de gran dimensi¨®n en medio de piedras volc¨¢nicas. Tambi¨¦n pueden visitar muchas de las coloridas y asc¨¦ticas casas de Luis Barrag¨¢n (el ¨²nico premio Pritzker de arquitectura mexicano) o impresionantes edificios brutalistas como el Museo Rufino Tamayo, clavado en el Bosque de Chapultepec. Este parque urbano es un gigante dos veces mayor que el Central Park de Nueva York y est¨¢ en plena remodelaci¨®n para convertirlo, adem¨¢s, en un gran espacio cultural, que ya cuenta con el ¨²nico castillo colonial del continente. Es la joya verde de la ciudad.
De vuelta a la Roma, el chef Lucho Mart¨ªnez acaba de abrir una de las ¨²ltimas sensaciones del barrio: el restaurante Ultramarinos Demar, inspirado en las marisquer¨ªas de los a?os cincuenta del siglo pasado. Barras met¨¢licas, muros de terrazo rosado y vajillas de cristal, junto con una carta dedicada a suculentos mariscos. Mart¨ªnez lleva cocinando desde hace 20 a?os, y su estilo refleja el M¨¦xico actual: ¡°No hacemos solo moles, tenemos muchos ingredientes y sabores que ofrecer¡±. Esta frase la cumple en el ali?o de sus almejas: vinagreta de soja, jengibre y chiltep¨ªn, un chile tan peque?o como picante.
La gastronom¨ªa mexicana es vasta y sofisticada. Ciudad de M¨¦xico condensa la saz¨®n de otras regiones y de migrantes que por d¨¦cadas llegaron a este ombligo para enriquecer su oferta culinaria. Todo un abanico de opciones, en todos los rangos de precios. De las quesadillas callejeras de huitlacoche (un sabroso hongo incrustado en el ma¨ªz) a los tacos al pastor, el famoso rol de guayaba de Panader¨ªa Rosetta (Colima, 179), los bufets chinos (que retrat¨® Roberto Bola?o), las cantinas espa?olas y hasta el lobster roll de Ultramarinos Demar, que algunos dicen supera al que se come en el s¨®tano del Chelsea Market de Manhattan. El prestigio de la alta cocina mexicana se refleja en la ¨²ltima clasificaci¨®n de The World¡¯s 50 Best Restaurants: dos restaurantes de la ciudad est¨¢n entre el top 13 (Quintonil y Pujol) y Elena Reygadas, la fundadora de Rosetta ¡ªtambi¨¦n en la calle Colima¡ª, ha sido distinguida como la mejor cocinera del mundo.
La comida es uno de los mayores reclamos, pero la riqueza de la cultura mexicana se materializa de muchas formas y tradiciones. Perla Valtierra es una dise?adora industrial que ha hecho de un jarr¨®n de cer¨¢mica algo funcional y hermoso a la vez. ¡°Hago objetos con t¨¦cnicas tradicionales y materiales locales¡±, cuenta. Despu¨¦s de un periplo internacional, mont¨® hace cuatro a?os su taller y es un ejemplo de las nuevas propuestas inspiradas en la larga tradici¨®n artesanal del pa¨ªs. ¡°M¨¦xico est¨¢ ching¨®n, cada vez hay m¨¢s gente, m¨¢s opciones y m¨¢s energ¨ªa, y eso genera nuevas conversaciones¡±, concluye Valtierra.
Efervescencia creativa
El combo arquitectura-arte-urbanismo es poderoso. En Atlampa, un barrio con car¨¢cter industrial, la Fundaci¨®n Casa Wabi reci¨¦n construy¨® un complejo con salas para exhibiciones, taller de arte y oficinas, dise?ado por Alberto Kalach. Un edificio de concreto y ladrillo con escaleras de metal que le hace eco a las obras del interior. ¡°El proyecto arquitect¨®nico es un parteaguas, queremos que m¨¢s personas se acerquen a zonas desconocidas¡±, explica la directora de la fundaci¨®n, Carla Sodi.?Casa Wabi apoya el movimiento art¨ªstico emergente: ¡°Queremos crear oportunidades para que vengan artistas de cualquier parte del mundo. M¨¦xico tiene el clima ideal, y nuestra calidez genera comunidades, y eso es vital para el arte¡±, a?ade.
A lo largo del siglo XX la ciudad atrajo a oleadas de creadores. Luis Bu?uel, Leonora Carrington o Francis Al?s son algunos de los que, en otra ¨¦poca, hicieron de esta urbe su hogar para desarrollar exitosas carreras. Esto contin¨²a sucediendo. La capital es la sede de Zona Maco, la mayor feria de arte contempor¨¢neo de Latinoam¨¦rica. Y antes incluso de que la ciudad cambiara de nombre en 2016 hay un lema que corr¨ªa por los pasillos arties: ¡°El DF es el nuevo Berl¨ªn¡±.
Para Alicia Guti¨¦rrez, directora de Membres¨ªas de Soho House Latinoam¨¦rica, la capital mexicana ¡°era una elecci¨®n natural por su historia cultural, su dise?o y arquitectura ¨²nicos, su din¨¢mica escena culinaria, y mucho m¨¢s¡±. La sede, en la colonia Ju¨¢rez, es una casona porfiriana que nunca estuvo abierta al p¨²blico, y ahora tampoco. Un lugar precioso que solo pueden disfrutar los miembros del exclusivo club, fundado en Londres en 1995. Pasaron casi 30 a?os para que la compa?¨ªa construyera en Am¨¦rica Latina su sede n¨²mero 42.?Su objetivo: ¡°Reunir a creativos en busca de inspiraci¨®n¡±, dice Guti¨¦rrez, y como regla eligen espacios imponentes. La casa mexicana no es la excepci¨®n. La propiedad, remodelada por el estudio de arquitectura Sordo Madaleno, conserva su esencia afrancesada, por eso sobresalen elementos como sombrillas bicolores de la piscina, salones alfombrados y elegantes candelabros. La llegada de Soho House es una muestra m¨¢s de la efervescencia de la ciudad.
Hay urbes elitistas, enormes, contaminadas, bellas, violentas, hist¨®ricas, sucias, modernas, diversas, musicales, melanc¨®licas, populares¡ Ciudad de M¨¦xico es eso y m¨¢s, es un monstruo que desde un avi¨®n parece infinito y a nivel del suelo es surreal. El escritor Juan Villoro ha llamado a ese efecto ¡°el v¨¦rtigo horizontal¡±. Es tan ¨²nica que tiembla cada cierto tiempo para recordarle a sus pobladores y a sus visitantes que est¨¢ m¨¢s viva que nunca.
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