La carta de un desertor olvidada durante 20 a?os ayuda a desentra?ar los vuelos de la muerte de la Guerra Sucia en M¨¦xico

Jes¨²s Piedra Ibarra, un estudiante izquierdista que hab¨ªa dado el salto a la clandestinidad meses atr¨¢s, fue detenido por la polic¨ªa en Monterrey el 18 de abril de 1975. Nunca volvi¨® a saberse de ¨¦l. Como a tantos otros j¨®venes de ideas zurdas, disidentes del r¨¦gimen del PRI, militantes y campesinos echados al monte en guerrillas pobremente armadas, el Gobierno mexicano lo desapareci¨®. Su madre, Rosario Ibarra de Piedra, emprendi¨® una b¨²squeda de por vida hasta que muri¨® el 16 de abril de 2022. No pudo encontrarlo, pero por el camino se erigi¨® en una leyenda de la defensa de los derechos humanos en M¨¦xico, creadora del Comit¨¦ ?Eureka!, una de las primeras organizaciones de b¨²squeda de desaparecidos del pa¨ªs. El 26 de mayo de 2004, Ibarra de Piedra recibi¨® una carta. La firmaba un tal Benjam¨ªn Apresa, un nombre desconocido, seguramente falso, que se presentaba como un militar desertor que quer¨ªa saldar deudas con su conciencia. En la misiva, hab¨ªa cinco p¨¢ginas escritas a m¨¢quina con 183 nombres: la identidad de las v¨ªctimas, seg¨²n el an¨®nimo soldado, que el Ej¨¦rcito hab¨ªa arrojado al mar de Acapulco durante los llamados vuelos de la muerte.

Las cinco p¨¢ginas han dormido durante 20 a?os en los archivos de ?Eureka! Quiz¨¢ Ibarra de Piedra no lleg¨® a leerlos; quiz¨¢ no crey¨® lo que ve¨ªa; quiz¨¢ se neg¨® a creerlo, el rechazo de una madre que buscaba vidas a asumir la muerte; quiz¨¢ la carta se traspapel¨® entre otras carpetas y documentos oficiales. Hasta este mi¨¦rcoles, cuando la periodista Marcela Turatti, una de las principales investigadoras tras las huellas de la Guerra Sucia, ha dado a conocer los papeles en el portal Quinto Elemento.

La lista de casi 200 nombres de presuntos represaliados incluye la bit¨¢cora de 24 ¡°viajes¡± y un ¡°viaje especial¡± sobre el Pac¨ªfico desde la Base A¨¦rea Militar N? 7 de Pie de la Cuesta, un pueblo a un costado de Acapulco. Durante los vuelos, entre 1972 y 1974, los soldados lanzaban a los presos contra el oc¨¦ano. Algunos ya estaban muertos. A otros los ataban a sacos cargados de piedras o metales para que se hundieran. Otros llegaban al agua agujereados a cuchillo para que la sangre atrajera a los tiburones.

No hay duda sobre la existencia de los vuelos de la muerte. Es un hecho probado: la informaci¨®n al respecto habla de m¨¢s de 200 viajes que despegaron desde Pie de la Cuesta entre 1975 y 1981, siguiendo la estela de otros Gobiernos represores de la ¨¦poca como el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla. Lo que todav¨ªa est¨¢ en duda es la veracidad de los 183 nombres, 174 hombres y nueve mujeres, recogidos en la lista del soldado arrepentido. Su identidad no ha podido confirmarse y no aparece nadie con ese nombre ¡°en los organigramas de quienes participaron en la contrainsurgencia en ese periodo. A¨²n est¨¢ por resolverse si era informaci¨®n falsa para entorpecer las investigaciones de las familias o dar carpetazo a sus b¨²squedas¡±, se?ala Turatti.

Los expertos que estudian los documentos y los contrastan con testimonios de militares y supervivientes de las torturas, as¨ª como informes castrenses de la ¨¦poca, creen que la carta puede ser ver¨ªdica y sostienen que hay datos que coinciden, pero piden cautela hasta poder confirmarlo al 100%.

La revelaci¨®n de la carta es importante porque, de confirmarse su contenido, constituir¨ªa la primera lista con las identidades de las v¨ªctimas de los vuelos de la muerte. Pese a la precauci¨®n de los investigadores, la Comisi¨®n Nacional de B¨²squeda (CNB) y otras autoridades han contactado a familiares de los desaparecidos y colectivos de b¨²squeda para dar a conocer los documentos, explica Quinto Elemento. Tanto los parientes como los integrantes del Comit¨¦ ?Eureka! desconoc¨ªan la existencia de la misiva.

Guerrero, epicentro de la represi¨®n

La carta no solo registra los nombres de las presuntas v¨ªctimas. Tambi¨¦n sus seud¨®nimos en la clandestinidad, el lugar en el que fueron secuestrados y la unidad militar que los captur¨®. La mayor¨ªa de los represaliados, 164 de 183, fueron apresados en Guerrero, un Estado terriblemente convulso en aquellos a?os en los que el marxismo penetr¨® en las escuelas rurales y los campesinos ind¨ªgenas, cansados de dejarse la vida en el campo a cambio de casi nada, formaron guerrillas contra el r¨¦gimen de caciques y latifundistas arropados por el PRI. De esa ¨¦poca es la guerrilla de Lucio Caba?as, el profesor emblema de la escuela de Ayotzinapa que fund¨® el Partido de los Pobres y tom¨® las armas. Muchos de sus seguidores acabaron arrojados al fondo del Pac¨ªfico.

La represi¨®n no fue solo contra los guerrilleros: tambi¨¦n contra los civiles sospechosos de simpatizar o ayudar a los insurgentes. Tras el arresto y las salvajes torturas en la base militar, se los llevaban en dos aviones israel¨ªes Arava o en helic¨®pteros, a menudo de noche. La forma de deshacerse de los cuerpos hace imposible que tantas d¨¦cadas despu¨¦s las familias puedan recuperar los restos. Documentos como este son la ¨²nica manera de que muchas personas consigan las respuestas que el Gobierno y el Ej¨¦rcito les han negado sobre sus seres queridos.

La misiva enviada por el soldado Apresa apuntaba como principal culpable de los vuelos de la muerte al capit¨¢n Javier Barqu¨ªn Alonso, segundo comandante del grupo operativo de la Polic¨ªa Militar y del Grupo Zorba, subordinado del coronel de infanter¨ªa Francisco Quir¨®s Hermosillo. Ambos han sido se?alados en los ¨²ltimos a?os como responsables de la represi¨®n. Como recuerda Turatti, la Asociaci¨®n de Familiares de Detenidos Desaparecidos y V¨ªctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en M¨¦xico (Afadem) acusa a los dos militares y al general Mario Arturo Acosta Chaparro de desaparecer a 143 personas (durante la Guerra Sucia, se calcula que unas 1.200 personas fueron desaparecidas a manos de las fuerzas de seguridad). La Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), dirigida por Rosario Piedra Ibarra, la hija de Ibarra de Piedra, registra 532 casos.

A ra¨ªz de la revelaci¨®n de la carta, la CNB y la Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n han creado un grupo de trabajo para investigar su contenido. Tambi¨¦n organizaciones de derechos humanos como Fundar, el Centro Prodh y Art¨ªculo 19, que conducir¨¢n un peritaje independiente, y enviar¨¢n la misiva a la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica para que haga lo propio. Todos los caminos apuntan de nuevo al Ej¨¦rcito y la base de Pie de la Cuesta.

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