M¨¦xico, el pa¨ªs con mayor obesidad infantil, pone freno a la comida chatarra que inunda las escuelas
El Gobierno de Claudia Sheinbaum proh¨ªbe los productos altos en grasas y az¨²cares. Los especialistas, sin embargo, consideran que la medida es insuficiente si los h¨¢bitos de consumo no cambian desde los hogares
La campana anuncia el final de las clases en una escuela p¨²blica de la Ciudad de M¨¦xico. Son las 12.30 de una ma?ana soleada de octubre y decenas de ni?os y ni?as de primaria salen de la mano de sus familias para irse a casa. Algunos contentos y otros cansados se despiden de sus amigos hasta la pr¨®xima semana. A escasos dos metros de la puerta, se topan con varios vendedores ambulantes que los reciben con bebidas refrescantes, frituras y dulces. Los ni?os y las ni?as se abalanzan con sus peque?as manos sobre los puestos de chucher¨ªas despu¨¦s de una larga jornada. Hay papitas, refrescos, paleta...
La campana anuncia el final de las clases en una escuela p¨²blica de la Ciudad de M¨¦xico. Son las 12.30 de una ma?ana soleada de octubre y decenas de ni?os y ni?as de primaria salen de la mano de sus familias para irse a casa. Algunos contentos y otros cansados se despiden de sus amigos hasta la pr¨®xima semana. A escasos dos metros de la puerta, se topan con varios vendedores ambulantes que los reciben con bebidas refrescantes, frituras y dulces. Los ni?os y las ni?as se abalanzan con sus peque?as manos sobre los puestos de chucher¨ªas despu¨¦s de una larga jornada. Hay papitas, refrescos, paletas, chicles, chocolates y un sinf¨ªn de productos con coloridos envoltorios que inundan las escuelas. Cada d¨ªa, a la misma hora, la imagen se repite en todo M¨¦xico, el pa¨ªs donde vive la mayor cantidad de ni?os con sobrepeso y obesidad del mundo.
El reci¨¦n estrenado Gobierno de Claudia Sheinbaum ha decidido tomar en serio este problema de salud p¨²blica y prohibir¨¢ la comida chatarra tanto dentro como fuera de las escuelas a partir de marzo de 2025. El objetivo, dicen desde la Secretar¨ªa de Educaci¨®n P¨²blica, es fomentar un estilo de vida m¨¢s saludable, favorecer que se beba m¨¢s agua en las escuelas y promover el ejercicio desde la educaci¨®n primaria. Sin embargo, hay quienes se mantienen esc¨¦pticos con la medida si esta no va acompa?ada de un verdadero cambio en los h¨¢bitos de consumo de las familias. Un cambio que cuestiona el culto a la comida chatarra que existe en todo el pa¨ªs. ¡°Es una muy buena noticia la prohibici¨®n pero es un primer paso porque el reto es la implementaci¨®n, que toda la comunidad escolar: familias, maestros, directivos, cooperativa escolar y alumnos est¨¦n empapados de la medida y cambien su manera de comer¡±, dice Alejandro Calvillo, director de la organizaci¨®n El Poder del Consumidor.
En M¨¦xico m¨¢s de 16 millones de ni?os y adolescentes de cino a 19 a?os son obesos o tienen sobrepeso, seg¨²n datos oficiales. La obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud p¨²blica grave que ha aumentado de forma alarmante en los ¨²ltimos a?os y que padecen casi todos los pa¨ªses. Los especialistas se?alan que el incremento est¨¢ ligado con altos niveles de az¨²car, grasas y sal que tienen estos alimentos y bebidas. ¡°Cuando los comemos, provocan una secreci¨®n de dopamina, un neurotransmisor asociado al placer, que nos hace sentir de manera gratificante¡±, explica la nutri¨®loga Cristina Shaw. Esa sensaci¨®n placentera genera que el cuerpo guarde una buena sensaci¨®n por estos productos. ¡°En los ni?os y adolescentes, donde no hay tanto autocontrol, es muy f¨¢cil dejarse llevar por el impulso y comerlos en grandes cantidades¡±, comenta la especialista.
Los ni?os, ni?as y adolescentes hacen lo que ven en sus casas, tambi¨¦n a la hora de comer. En M¨¦xico tres cuartas partes de la poblaci¨®n, es decir el 75%, tienen sobrepeso u obesidad. Esta condici¨®n se ha convertido adem¨¢s en una cuesti¨®n de clases sociales. A medida que aumenta la obesidad infantil crece la inseguridad alimentaria. ¡°Las personas con menos poder adquisitivo son m¨¢s vulnerables a tener una mala alimentaci¨®n y suplirla con productos baratos a su alcance, por lo tanto, tienen el riesgo de padecer m¨¢s problemas de obesidad o sobrepeso¡±, se?ala Calvillo. ¡°La comida chatarra es alta en az¨²cares, sodio, carbohidratos y harinas refinadas; pero baja en fibra y nutrimentos de calidad, por lo que no produce sensaci¨®n de saciedad y nos hace comerla en cantidades m¨¢s elevadas¡±, agrega la nutri¨®loga.
¡°Uno de los problemas m¨¢s graves que hay es que muchas familias mandan a sus hijos en la ma?ana a la escuela sin desayunar o les dan dinero para que se compren algo en la calle¡±, se?ala Marcela Delgadillo, madre de una ni?a de ocho a?os y un ni?o de 11. Es precisamente en la primera infancia, antes de los 10 a?os, cuando se forma la conducta alimentaria. ¡°Entre tener al ni?o en ayunas o que coma algo, es mejor que coma algo¡±, dice la madre. ¡°Muchas veces a las familias solo les alcanza para la torta de 10 pesos de la esquina. A esta escuela vienen ni?os de todos los niveles econ¨®micos y muchos padres dependen de un servicio p¨²blico porque no tienen para pagar la educaci¨®n de sus hijos¡±, dice la directora de una escuela p¨²blica. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) reparte todas las ma?ana en la mayor¨ªa de centros escolares leche, fruta y cereales para aquellos que no desayunan en sus casas.
Dentro de los colegios, sin embargo, tambi¨¦n se preparan otro tipo de alimentos preparados, no siempre tan saludables. En las llamadas cooperativas, que operan como peque?as tiendas, se pueden encontrar empanadas, hotcakes, tacos, tostadas, nieves, helados, adem¨¢s de las conocidas papitas y bebidas azucaradas. Se estima que un alumno consume un promedio diario de m¨¢s de 500 kilocalor¨ªas en productos chatarra, de acuerdo con la organizaci¨®n Mi Escuela Saludable, una iniciativa que forma parte de El Poder del Consumidor. Mientras que en el 98% de las escuelas mexicanas se venden productos chatarra y en el 70%, refrescos. Solo en dos de cada 10 escuelas de M¨¦xico hay acceso a agua potable.
El secretario de Educaci¨®n, Mario Delgado, habl¨® del cambio a la normativa que permit¨ªa hasta ahora vender estos productos dentro y fuera de las escuelas. El pasado 30 de septiembre, estos lineamientos fueron publicados en el Diario Oficial de la Federaci¨®n (DOF). El Gobierno ha concedido un periodo de gracia de seis meses para que los colegios se adapten al cambio de la ley. A partir de entonces, los productos que contengan sellos y leyendas con altos contenidos en grasa, az¨²cares y sodio ¡°ser¨¢n considerados alimentos y bebidas no permitidos para la preparaci¨®n, distribuci¨®n y expendio en las escuelas¡±. Tantos los centros p¨²blicos como los privados tendr¨¢n que adaptarse. ¡°Vamos a analizar cu¨¢les son los productos que tenemos que quitar, aunque no podemos hacer nada si los ni?os traen de casa papitas o refrescos¡±, responde Roberto Castro, director de una escuela privada en la colonia Del Valle.
Los malos h¨¢bitos alimentarios interpelan a toda la sociedad. El problema no solo est¨¢ en los puestos de venta ambulantes, en la mayor¨ªa de las tiendas de comestibles de M¨¦xico solo existe comida ultraprocesada, grasienta y de preparaci¨®n r¨¢pida a precios bajos. Cristina Shaw considera que m¨¢s all¨¢ de las medidas propuestas por la SEP es necesario un acompa?amiento de padres y madres. ¡°No estoy de acuerdo en la prohibici¨®n absoluta, pero no creo que la comida chatarra deba ser la generalidad de la alimentaci¨®n infantil¡±, apunta y sugiera que este tipo de productos se den en peque?as cantidades y de manera controlada. Es dif¨ªcil creer que en 1980 solo el 7% de la poblaci¨®n mexicana ten¨ªa sobrepeso severo, actualmente este dato se ha multiplicado por cinco, seg¨²n las instituciones de Salud. ¡°La prohibici¨®n del Gobierno es muy importante porque a esas edades los ni?os son muy vulnerables y se ha comprobado que estos productos interfieren con su crecimiento, su desarrollo y hasta en la calidad del sue?o¡±, agrega la nutri¨®loga.
Ahora la lucha contra la obesidad se ha convertido en una de las prioridades del Gobierno federal. Una tercera parte de las personas que han muerto en M¨¦xico durante los ¨²ltimos 15 a?os, lo ha hecho por cuestiones relacionadas con la mala alimentaci¨®n. Tambi¨¦n por las enfermedades cr¨®nicas: hipertensi¨®n, diabetes, sobrepeso, obesidad, diabetes, c¨¢ncer¡ lo que ha generado altos costes sanitarios para el Estado mexicano. Era indispensable que M¨¦xico actuara y aplic¨® las medidas para el etiquetado frontal, un impuesto al az¨²car y la prohibici¨®n de publicidad para ni?os, sin embargo, esto no ha sido suficiente para frenar la epidemia. Los productos han seguido vendi¨¦ndose en los centros educativos, pese a las advertencias de las autoridades. ¡°El Estado mexicano ha sido irresponsable respecto a la salud de los ni?os¡±, denuncia Alejandro Calvillo. ¡°Desde 2010 tenemos lineamientos para las escuelas pero no estaban en la ley y no se pod¨ªan judicializar¡±, agrega. 14 a?os despu¨¦s las autoridades han dado el paso.
Calvillo explica que ante estos avances, la industria alimentaria y refresquera han dado una ¡°dura batalla¡± para evitar cualquier medida regulatoria. Una batalla que pasa por ampararse contra el impuesto al az¨²car en los refrescos o en aplicar ¡°t¨¢cticas dilatorias¡± en los tribunales. Este diario contact¨® a Femsa, la embotelladora independiente de productos Coca-Cola m¨¢s grande del mundo, y a Pepsico, pero ambas empresas declinaron hacer declaraciones.
Mar¨ªa de los ?ngeles lleva 34 a?os vendiendo dulces y frituras a las puertas de una escuela en la colonia Roma. Ese puesto es su ¨²nica fuente de ingresos. ¡°Si van a prohibir, tendremos que cambiar los chocolates y las paletas por cosas m¨¢s sanas. Yo puedo preparar sandwiches y fruta; vender agua, de hecho, mire, ya lo hago¡±, dice la mujer mientras se?ala varias botellas de agua embotellada junto a los jugos y los refrescos. ¡°Tambi¨¦n le digo algo: el ni?o busca el dulce¡±, dice la se?ora a modo de premonici¨®n. ¡°Y si no los compran aqu¨ª, lo conseguir¨¢ en otro lado¡±. ¡°Muchas veces les dan fruta en la escuela, ?y sabe lo que hacen con ella? La tiran porque no les gusta¡±, asegura la mujer.
Frenar el consumo de comida chatarra en M¨¦xico se ha vuelto una labor tit¨¢nica por c¨®mo funciona el mercado y por la amplia red que han creado estas empresas para llegar a todos los rincones del pa¨ªs. La ¨²nica alternativa pasa por el consumo m¨¢s consciente en los hogares y convertir a la escuela en un espacio donde tambi¨¦n se ense?e a los ni?os a comer. La industria alimentaria tiene de su lado algo m¨¢s poderoso que la legislaci¨®n, cuenta con el favor de los consumidores que han incorporado en sus vidas el refresco y los ultr procesados. ¡°El az¨²car es muy poderosa. Es dif¨ªcil romper con ella¡±, se?ala Roberto Castro.