Las encuestas aciertan a la ganadora del Estado de M¨¦xico, pero sobreestiman a Morena

En las elecciones para el Estado de M¨¦xico, las encuestas ofrecieron una acertada visi¨®n panor¨¢mica, pero con cierta p¨¦rdida de resoluci¨®n cuando se enfoca el detalle que puede tener consecuencias. El promedio de encuestas (y todas ellas individualmente) acertaron en que la ganadora ser¨ªa Delfina G¨®mez. Pero la aliada de L¨®pez Obrador fue sobreestimada en un 3,4% seg¨²n el promedio de las ¨²ltimas diez publicadas, ajustando por voto efectivo (es decir, eliminando indecisos de la base de c¨¢lculo). En contraste, Alejandra Del Moral estaba sensiblemente infraestimada, en un punto porcentual.

En consecuencia, el conjunto de sondeos anticiparon una distancia favorable a G¨®mez mayor de la que finalmente se produjo: si la foto final de los mismos esperaba una brecha de 13 puntos porcentuales, lo que las urnas reflejaron finalmente fue de poco m¨¢s de ocho puntos. Cierto es que este indicador ha tendido a la baja desde el inicio de la campa?a, pero con una estabilidad considerable y consistentemente por encima de los diez puntos, lo que sugiere una cierta sobre-estimaci¨®n sistem¨¢tica.

Darle de m¨¢s 3,4 puntos a una candidata y de menos un punto porcentual a otra no es un error especialmente grueso: hay muchos pa¨ªses del mundo (y muchas elecciones dentro de este mismo pa¨ªs) que no cuentan con im¨¢genes tan cercanas al resultado final antes de ir a votar. Pero puede ser crucial cuando la carrera est¨¢ m¨¢s ajustada que en el caso del Estado de M¨¦xico. Es a¨²n muy pronto para anticipar c¨®mo de apretadas ser¨¢n las federales que tendr¨¢n lugar en un a?o casi exacto, pero antes de ellas, y tan decisivas o m¨¢s, tenemos a la selecci¨®n de candidaturas, especialmente en el lado oficialista. La selecci¨®n de la candidatura final de Morena est¨¢ envuelta en una considerable incertidumbre. Existe la posibilidad de que esta carrera pueda resultar muy re?ida, con varios contendientes fuertes luchando por la nominaci¨®n. Adem¨¢s, en este contexto, el papel de las encuestas y su capacidad para moldear las expectativas puede adquirir una importancia mayor de lo usual.

Los errores agregados de las encuestadoras han sido muy variados en su tama?o. Para Delfina G¨®mez, por ejemplo, son casi siempre al alza, pero var¨ªan muy considerablemente, llegando incluso a los casi diez puntos. Para Alejandra del Moral el rango de variaci¨®n es menor, y tambi¨¦n la direcci¨®n, mezclando en casi id¨¦nticas proporciones infraestimados y sobreestimados.

En cualquier caso, es crucial tener en cuenta que todas las cifras contempladas hasta ahora corresponden a voto efectivo: la estimaci¨®n para las encuestas toma en cuenta el porcentaje de votos que cada candidato recibe entre los votantes decididos y recalcula el total excluyendo a los indecisos dividiendo el porcentaje de intenci¨®n de voto de cada candidato entre el porcentaje total de votantes decididos. Este enfoque modifica al alza los estimados que las encuestadoras ofrecen (al menos aquellas que s¨ª tienen indecisos, ¡°no sabe/no responde¡± y similares en sus reportes). Si se realiza el mismo ejercicio con los estimados dados por la encuestadora, el ranking no cambia sustancialmente.

A cambio, y al asumir simplemente que solo participar¨ªan aquellas personas que tienen claro a qui¨¦n votar, ofrece una visi¨®n m¨¢s precisa de c¨®mo se distribuir¨ªan los votos si las elecciones se llevaran a cabo en el momento de realizar el campo. Por lo tanto, proporciona una representaci¨®n potencialmente m¨¢s relevante de la competencia real entre los candidatos: si realiz¨¢ramos el mismo c¨¢lculo pero a partir de las estimaciones de voto declaradas por las encuestas, sin correcci¨®n alguna, los errores que vemos en estos gr¨¢ficos ser¨ªan mayores.

Estimar correctamente la intenci¨®n de voto de los indecisos es siempre un desaf¨ªo, y estas elecciones no fueron una excepci¨®n es que la participaci¨®n en estas elecciones no alcanz¨® siquiera el 50%, hecho que enfatiza a¨²n m¨¢s la dificultad de esta tarea. Por ello, no es de extra?ar que las cifras en torno a los indecisos var¨ªen significativamente entre las distintas encuestas. Centrarnos en voto efectivo ayuda a cortar a trav¨¦s de la maleza de esta duda, pero no debemos olvidar que existe: al fin y al cabo, los indecisos pueden jugar un papel crucial en el desenlace de todo el rosario de comicios que a M¨¦xico le queda por delante.

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