?Qui¨¦n ha ganado el segundo debate presidencial? Ocho expertos dan su veredicto

G¨¢lvez lo hizo mejor, es la ganadora, pero una ganadora t¨ªmida. Se le not¨® mucho m¨¢s suelta, combativa y con algunas frases mucho m¨¢s dirigidas a temas espec¨ªficos: medio ambiente, laborales, etc. Sheinbaum, por su parte, parec¨ªa tiesa, inc¨®moda, trastabillante. No la hab¨ªamos visto as¨ª en el debate anterior. Se sent¨ªa fuera de cancha y se defendi¨® sin haber puesto sobre la mesa ning¨²n tema. Y M¨¢ynez, que poco a poco va escalando puntitos, logra posicionarse como el candidato de aquellos que no tienen ni m¨¢s remota idea de por qui¨¦n votar. Eso no significa que haya aportado alguna propuesta diferenciadora.

El formato ha sido terrible, la iluminaci¨®n, los encuadres, terribles. No entiendo por qu¨¦ el INE ech¨® por la borda lo que se hizo por ejemplo en 2018, donde los moderadores pod¨ªan intervenir con preguntas para evitar que los candidatos se salieran con la suya. Esta vez el moderador y la moderadora solo pudieron repartir tiempo. Cuando terminamos, entre el aburrimiento y lo insustancial, no sabemos donde est¨¢n parados los candidatos y las candidatas.

?C¨®mo se sabe qui¨¦n gan¨® un debate? Para responder hay que evaluar los argumentos presentados para defender un proyecto o una postura. Habr¨ªa que aclarar que presentar argumentos bien formados no implica necesariamente que la intenci¨®n de voto se incremente. Es dif¨ªcil decir que hubo un debate entre tres posiciones distintas sobre los problemas del pa¨ªs, del lado de X¨®chitl G¨¢lvez lo que escuchamos fueron acusaciones contra Claudia y una enumeraci¨®n sobre lo que ha hecho en su carrera y lo que desear¨ªa hacer, no argument¨® ni debati¨® un proyecto de naci¨®n. Claudia Sheibaum esquiv¨® una buena parte de las acusaciones de X¨®chitl y sabi¨¦ndose ganadora present¨® m¨¢s bien un plan de gobierno sobre los temas propuestos. Jorge ?lvarez Maynez fue el que adem¨¢s de presentar propuestas las argument¨®. ?Qui¨¦n gan¨® el debate? Claudia, sin necesidad de debatir siquiera la presentaci¨®n de sus propuestas.

Claudia gan¨®, pero X¨®chitl merece una menci¨®n honor¨ªfica por haber mejorado con respecto al debate pasado. Le habl¨® a su base, se vio m¨¢s suelta y atac¨® mucho. Claudia se mantuvo en su papel de forma disciplinada, educada y sin desplantes.

Un debate muy distinto al anterior. Parec¨ªa que el tema (econom¨ªa, pobreza, cambio clim¨¢tico) favorec¨ªa a Claudia Sheinbaum porque le daba oportunidad de presumir los programas sociales del actual gobierno, y en ocasiones X¨®chitl G¨¢lvez se vio forzada a decir que ella los mantendr¨ªa. Pero G¨¢lvez sac¨® la artiller¨ªa pesada (y los apodos), incluso con temas fuera de la agenda, como las acusaciones de corrupci¨®n contra la propia Sheinbaum y contra los hijos del presidente. Jorge ?lvarez M¨¢ynez fue el ¨²nico que habl¨® de los elefantes en la sala, temas que las candidatas evitaron, como la reforma fiscal o revisar la propiedad de las concesiones de agua.

Sheinbaum aparec¨ªa inc¨®moda y molesta y no pudo presumir sus credenciales cient¨ªficas en temas ambientales, porque el legado de este gobierno es negativo. G¨¢lvez hizo bien en poner en la mesa el impacto de las extorsiones en la econom¨ªa, pero es inevitable pensar que es un legado de la violencia heredada de gobiernos del PRI y del PAN.

Su desempe?o fue diametralmente distinto, para bien, al del primer encuentro. No cay¨® en provocaciones de Jorge ?lvarez M¨¢ynez. Acu?¨® un nuevo mote para la candidata Claudia Sheinbaum, al insistir e incluso interrumpirla, diciendo que la morenista miente. En m¨¢s de un par de ocasiones sac¨® de balance a la exjefa de gobierno e incluso la llev¨® a subirse al ring de las descalificaciones. Administr¨® mejor sus tiempos. Luci¨®, como en los tiempos de la preprecampa?a, m¨¢s suelta, menos enojada y con m¨¢s control. Su riesgo en el segundo debate era que, terminado ¨¦ste, pareciera fuera de competencia cuando todav¨ªa falta un mes para la elecci¨®n. No fue as¨ª.

Fue un debate de ataques, como el primero; con m¨¢s propuestas, aunque pocas concretas y viables. Demasiadas promesas de apoyos y subsidios que no se sabe c¨®mo van a financiarse. X¨®chitl G¨¢lvez ten¨ªa que ser m¨¢s agresiva y lo fue. Se lanz¨® sobre Claudia Sheinbaum, quien comenz¨® belicosa y es mejor oradora, pero comenz¨® a titubear y se apag¨®. M¨¢ynez aprovech¨® el ser casi totalmente ignorado para colocar golpes y verse propositivo a la vez. Me parece que el debate lo gan¨® G¨¢lvez, pues Sheinbaum no pudo responder sus acusaciones. Pero no creo que eso cambie el curso de la campa?a. Sheinbaum solo ten¨ªa que evitar un desastre y no lo hubo.

Esta noche Sheinbaum reimprimi¨® su conocida imagen, mientras que G¨¢lvez se enfund¨® su personalidad n¨²mero seis. Propuso un producto inquietantemente diferente al ofertado durante el primer debate. Tambi¨¦n hay que decirlo, en un escenario en donde parec¨ªa dif¨ªcil empeorar, la candidata opositora mostr¨® mejor¨ªa. Despleg¨® las cualidades que despiertan el entusiasmo de sus seguidores: chispa y naturalidad. Sin embargo, la nueva (vieja) X¨®chitl desperdici¨® la posibilidad de mostrarse mejor que su rival y entregar propuestas acabadas. Cero y van dos: el trofeo se lo lleva Sheinbaum. Lo colocar¨¢ en el estante junto con su calibrado sentido com¨²n, ese Pepe Grillo que le ha permitido discernir que la estrategia ha de ser propositiva y no beligerante, popular y no simuladamente ciudadana, planeada y no repentina.

Los especialistas en comunicaci¨®n pol¨ªtica insisten que los debates presidenciales sirven para hacer trastabillar al oponente, gritar cuando no se debe, aprovechar las fallas de los contrincantes y poner el adjetivo en el momento correcto. La estridencia la gan¨® la candidata X¨®chitl G¨¢lvez al saltarse las normas, insistir con los sobrenombres a Sheinbaum y sacar algunos temas espinosos en su carrera pol¨ªtica. Esto no significa que la haya acorralado, que le haya dado un golpe letal a su campa?a o que haya evidenciado algo que se quede en la mente del votante. En actitud con respecto al debate anterior mejor¨®, la gente la esperaba as¨ª desde el primero. Le quedan 35 d¨ªas y un debate para subir una monta?a de dos d¨ªgitos de diferencia que parece imposible.

Sheinbaum solo ten¨ªa que aguantar, ahora le cost¨® m¨¢s trabajo, ninguna de las acusaciones que hizo contra X¨®chitl tuvo impacto, pero tampoco ninguna de las que le hicieron a ella significar¨¢ alg¨²n cambio en la tendencia de esta elecci¨®n.

Y Maynez, al salir completamente de la mira de ambas candidatas en los ataques tuvo tiempo de sobra para hacer propuestas y lucir su plan de trabajo (que no realizar¨¢ porque no llegar¨¢ a ser presidente). Creo que mantendr¨¢ ese porcentaje m¨ªnimo que espera su partido y pasar¨¢ con m¨¢s pena que gloria.