Ts??j. Monolitos
Las representaciones audiovisuales de la poblaci¨®n ind¨ªgena crean la figura del indio y de la india solo en oposici¨®n al mundo no ind¨ªgena, al mundo mestizo
?Cu¨¢l es la lengua materna de la india Mar¨ªa o la lengua materna de Tizoc? ?A qu¨¦ pueblo ind¨ªgena pertenecen Mar¨ªa Candelaria o el indio Brayan? ?De qu¨¦ pueblo ind¨ªgena viene Mar¨ªa Isabel, la protagonista de la telenovela basada en la obra de Yolanda Vargas Dulch¨¦? La incapacidad de dar una pronta y certera respuesta a estas preguntas evidencia que las categor¨ªas ¡°ind¨ªgena¡± o ¡°indio¡± se han vuelto un monolito sem¨¢ntico impenetrable, un monolito sin matices a los que se les asignan rasgos generales que los refuerzan cada vez m¨¢s. En diversos espacios y talleres en donde hemos discutido la representaci¨®n de la poblaci¨®n ind¨ªgena en creaciones audiovisuales, surgen estos nombres como personajes ic¨®nicos en cine y televisi¨®n que han configurado en nuestra imaginaci¨®n un mundo ind¨ªgena. Una vez que estos personajes han sido nombrados como estereotipos ic¨®nicos, planteamos despu¨¦s las preguntas con las que doy inicio a esta columna para tratar de indagar las complejidades de cada uno de estos personajes que han configurado el imaginario de lo que la poblaci¨®n ind¨ªgena debe ser. Si no nos es posible responder a las preguntas arriba planteadas de manera adecuada o sin tener que hacer una labor de investigaci¨®n previa, es porque el sistema que cre¨® estos personajes nunca estuvo interesado en que la audiencia se relacionara con un personaje mazahua, con una protagonista nahua o un protagonista tacuate en espec¨ªfico, sino con la idea monol¨ªtica de lo que debe ser una india, un indio, un ind¨ªgena. Aunque en varias de las producciones audiovisuales en las que estos personajes aparecen se hace una r¨¢pida menci¨®n del pueblo ind¨ªgena al que pertenecen, su representaci¨®n resulta ser un estereotipo que oculta las radicales diferencias que hay entre los muy diversos pueblos ind¨ªgenas entre s¨ª.
Al comienzo de Mar¨ªa Candelaria, la ic¨®nica pel¨ªcula del llamado Cine de Oro mexicano, uno de los personajes se refiere a la protagonista como ¡°una india de pura raza mexicana¡± de una belleza comparable a las de las princesas prehisp¨¢nicas. En el inicio de Tizoc, se menciona brevemente que el protagonista pertenece al pueblo tacuate y que desciende de antiguos pr¨ªncipes de su pueblo. Mar¨ªa Isabel, la protagonista de la telenovela hom¨®nima, pertenece al pueblo wix¨¢rika mientras que el personaje de la india Mar¨ªa pertenece al pueblo mazahua. El caso del indio Brayan, un personaje creado por el comediante Hugo Alc¨¢ntara, nacido en la Ciudad de M¨¦xico, lleva un paso m¨¢s all¨¢ el proceso mediante el cual se oculta las complejidades detr¨¢s de la categor¨ªa ind¨ªgena, pues despu¨¦s de escuchar muchas de sus actuaciones no es posible inferir la pertenencia de su personaje a alg¨²n pueblo ind¨ªgena, el personaje es, sobre todo, solo un indio.
Las representaciones audiovisuales de la poblaci¨®n ind¨ªgena crean la figura del indio y de la india solo en oposici¨®n al mundo no ind¨ªgena, al mundo mestizo. El otro ind¨ªgena se representa en una oposici¨®n binaria en donde las diferencias que hay detr¨¢s de esa categor¨ªa se borran y se convierten en un monolito homog¨¦neo y uniforme. Estas representaciones son tan funcionales que las profundas diferencias que hay entre el pueblo tacuate y el pueblo rar¨¢muri se vuelven irrelevantes, tan irrelevantes que en la recepci¨®n de estas pel¨ªculas, personajes y telenovelas la pertenencia a un pueblo ind¨ªgena u a otro es un dato menor que no importa ser enunciado o recordado para configurar la historia o al personaje mismo. Basta entonces con recordar que el personaje es ind¨ªgena y con esa etiqueta es interpretado, con los atributos que se le suponen a ese otro homog¨¦neo. La manera en la que hablan espa?ol los personajes indios o ind¨ªgenas en sus representaciones audiovisuales es una gran muestra de la manera en las que los establecemos como personajes de estereotipo. Mientras que en general, el acento al hablar espa?ol de una persona cuya lengua materna es el ingl¨¦s va a ser representando en el cine y en la televisi¨®n de manera distinta al acento que tendr¨ªa un franc¨®fono, para la categor¨ªa ind¨ªgena, no importa que el personaje en cuesti¨®n hable una lengua como el mazahua (lengua tonal de la familia otomangue) o hable wix¨¢rika (de la familia yutonahua), en ambos casos, en sus representaciones audiovisuales ambos personajes hablar¨¢n espa?ol ¡°como indito¡±. Las diferencias gramaticales entre el ingl¨¦s y el franc¨¦s, ambas lenguas de la familia ling¨¹¨ªstica indoeuropea, son considerablemente mucho menores a las que existen entre la lengua materna del personaje de Tizoc y el de la india Mar¨ªa que pertenecen a familias ling¨¹¨ªsticas sin relaci¨®n filogen¨¦tica entre s¨ª. ?Por qu¨¦ ambos personajes tendr¨ªan que tener el mismo acento al hablar espa?ol? ?Por qu¨¦ s¨ª se marca esa diferencia en la interpretaci¨®n de personajes entre hablantes de ingl¨¦s y franc¨¦s? ?Por qu¨¦, para la poblaci¨®n mestiza con la que hemos convivido durante siglos, nuestro espa?ol es el mismo, el espa?ol del indito, el espa?ol ind¨ªgena como categor¨ªa homog¨¦nea? La respuesta est¨¢ en esa creaci¨®n que se ha hecho del personaje ind¨ªgena sobre todo en los espacios de la producci¨®n audiovisual. Una vez que se han creado y reforzado estos personajes de estereotipo, es posible atribuirles rasgos cargados de prejuicios, ya sea bondad o ingenuidad extremas, ya sea violencia o estupidez irracionales.
Hace unos d¨ªas, en un programa transmitido en plataformas virtuales llamado La m¨¢s draga, una de las concursantes realiz¨® una imitaci¨®n del personaje de la india Mar¨ªa que, durante muchos a?os, fue interpretado por la comediante Mar¨ªa Elena Velasco. Uno de los jueces de este programa de concursos llamado Johnny Carmona apunt¨® que en el contexto actual en el que debe combatirse el racismo, ese tipo de comedia, ya no ten¨ªa cabida. El debate entre quienes fung¨ªan como jueces comenz¨®; ante la pol¨¦mica, la concursante en cuesti¨®n arguy¨® que ella hab¨ªa crecido en un municipio de Chihuahua llamado Madera en donde habitan comunidades rar¨¢muris y pimas y que, dado que hab¨ªa crecido con ese tipo de personas, su imitaci¨®n hab¨ªa implicado respeto y cari?o para su pueblo. Detr¨¢s de esta justificaci¨®n, se est¨¢n activando los prejuicios y estereotipos creados y reforzados desde los espacios audiovisuales durante d¨¦cadas que hacen suponer que un personaje mazahua como la india Mar¨ªa es igual que un rar¨¢muri o un pima cuando se trata de naciones muy distintas entre s¨ª. Si hay algo que estos pueblos ind¨ªgenas comparten es el racismo, la discriminaci¨®n y la creaci¨®n de estereotipos a los que han sido sometidos, fuera de eso, todo es diversidad. A¨²n m¨¢s, ?Haber crecido en un municipio en donde habitan personas pimas o rar¨¢muris posibilita expresarles cari?o recreando un personaje de estereotipo con el que las mujeres ind¨ªgenas hemos sido sistem¨¢ticamente insultadas?
La actriz Maribel Guardia, invitada al programa, defendi¨® tambi¨¦n la imitaci¨®n del personaje aludiendo a su ternura y habl¨® de la poblaci¨®n ind¨ªgena en t¨¦rminos de propiedad, al utilizar un pronombre posesivo: ¡°la inocencia de nuestra gente, tan linda, era lo que ten¨ªa la india Mar¨ªa, que se agarraba la faldita, que te hac¨ªa adorarla¡±. Una vez que el debate alcanz¨® las redes sociales, la defensa del personaje de la india Mar¨ªa se centr¨® en que, a lo largo de las distintas pel¨ªculas que protagoniz¨®, hac¨ªa tambi¨¦n una denuncia de la discriminaci¨®n que ha sufrido la poblaci¨®n ind¨ªgena. Sin embargo, dado que su creaci¨®n se realiz¨® desde el estereotipo, el personaje refuerza m¨¢s bien los prejuicios desde los que Maribel Guardia articul¨® su defensa. La india Mar¨ªa no ha representado la defensa de la dignidad de los pueblos ind¨ªgenas, nadie te llama as¨ª por defender el territorio o los derechos de tu comunidad, por el contrario, el personaje reforz¨® el monolito con el que se aplasta la diversidad de los pueblos y culturas que habitamos este territorio; es por eso que llamarte ¡°india Mar¨ªa¡± no se usa como halago o reconocimiento, m¨¢s bien ha sido uno de los insultos m¨¢s socorridos que las mujeres ind¨ªgenas hemos escuchado sistem¨¢ticamente en boca de quienes se burlan y desprecian: llevar el cabello en dos trenzas me implic¨® recibir burlas que inclu¨ªan llamarme ¡°india Mar¨ªa¡± en un viaje a la ciudad a los 12 a?os, portar la blusa tradicional de su comunidad le implic¨® lo mismo a una amiga zapoteca, unas activistas mazahuas recibieron el mismo nombre como burla por su acento en espa?ol.
Las creaciones audiovisuales tienen una gran potencia en la creaci¨®n de im¨¢genes y narrativas, lamentablemente, durante d¨¦cadas, la mayor parte de estas creaciones, las m¨¢s vistas, han configurado unos lentes desde los cuales nos observan y, desde esos lentes, todas las mujeres ind¨ªgenas nos llamamos Mar¨ªa.
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