Por qu¨¦ es insuficiente la pol¨ªtica migratoria de Joe Biden
La agenda del candidato dem¨®crata mantiene, al igual que Trump, la seguridad fronteriza en el centro de la estrategia
Parte de lo que est¨¢ en juego en la elecci¨®n del martes en Estados Unidos es el rumbo de la pol¨ªtica migratoria y sus implicaciones para la regi¨®n. Si Donald Trump gana es claro que continuar¨¢ la expansi¨®n de las pol¨ªticas de control en la frontera y al interior del pa¨ªs, las detenciones y deportaciones, y las restricciones al ingreso de refugiados y solicitantes de asilo, enmarcados en un discurso nacionalista y contra los migrantes. Ahora estar¨ªa apoyado por una mayor¨ªa conservadora en la Suprema Corte y un contexto de covid-19 que hasta ahora le ha funcionado para justificar el cierre de las fronteras.
Joe Biden promete revertir las acciones ejecutivas y las pol¨ªticas que se han puesto en marcha desde 2017, incluyendo las restricciones de viaje para ciertos pa¨ªses considerados de alto riesgo para la seguridad, la construcci¨®n del muro fronterizo, la suspensi¨®n de los programas de protecci¨®n temporal (TPS), la renovaci¨®n y ampliaci¨®n del programa de acci¨®n diferida (DACA), la separaci¨®n de familias en la frontera y el programa Qu¨¦date en M¨¦xico, entre otras medidas.
La agenda migratoria de Biden es amplia y sumamente ambiciosa. Responde a muchas demandas hist¨®ricas de grupos defensores de los derechos de las personas migrantes, incluyendo programas de regularizaci¨®n para personas indocumentadas y trabajadores temporales y m¨¢s recursos para atender el rezago en la atenci¨®n de casos de asilo y refugio en las cortes. Retoma una agenda de largo plazo que incluye inversi¨®n en programas de apoyo comunitario e inclusi¨®n para personas migrantes y proyectos de desarrollo regional con M¨¦xico y los pa¨ªses centroamericanos. Se queda corta ante la agenda progresista de suspender deportaciones o abolir centros de detenci¨®n y la agencia de control migratorio (ICE).
Frente a estas propuestas, es fundamental la pregunta que la moderadora Kristen Welker hizo en el ¨²ltimo debate presidencial: si la Administraci¨®n Obama-Biden hizo promesas similares que no se cumplieron en ocho a?os, ?Por qu¨¦ habr¨ªa que confiar que esta vez puede lograrlo?
Hay que considerar, por un lado, c¨®mo ha cambiado el contexto desde la llegada de Trump al poder, con un discurso contra los migrantes envalentonado y una brecha m¨¢s amplia entre los grupos a favor y en contra de la migraci¨®n; una situaci¨®n econ¨®mica delicada como resultado de la pandemia con altas tasas de desempleo; y nuevos flujos migratorios desde Centroam¨¦rica y otros pa¨ªses, incluyendo caravanas, que han creado nuevas presiones en la frontera. Todo esto dificulta a¨²n m¨¢s la b¨²squeda de consensos en un tema que hist¨®ricamente ha sido pol¨¦mico y que requerir¨ªa una mayor¨ªa dem¨®crata en el Congreso para lograr cambios legislativos.
Por otro lado, est¨¢ el antecedente de la pol¨ªtica migratoria de la Administraci¨®n Obama-Biden. En su af¨¢n por ¡°apegarse a la ley¡± y complacer a sus contrapartes republicanas para lograr avanzar en sus propuestas de reforma migratoria, se convirti¨® en el Gobierno que m¨¢s personas ha deportado. La infraestructura de centros de detenci¨®n y deportaciones creci¨® significativamente en este periodo y, como lo se?al¨® el propio Trump, fue la base sobre la cual su Gobierno ampli¨® estas pol¨ªticas de control: ¡°ustedes construyeron las jaulas¡±, acus¨®. Antes de Obama, fue tambi¨¦n el Gobierno dem¨®crata de Bill Clinton el que inici¨® la construcci¨®n del muro en la frontera en 1993 y el que aprob¨® las leyes migratorias de 1996 que restringieron el acceso a servicios p¨²blicos a los migrantes. Ambos sistemas ampliados por el Gobierno de Trump.
La Administraci¨®n Obama-Biden colabor¨® con el Gobierno de M¨¦xico para poner en pr¨¢ctica la estrategia del Programa Frontera Sur en 2014, que result¨® en mayores riesgos en el cruce para los migrantes en tr¨¢nsitos. Este programa ha sido la base para ampliar las pol¨ªticas de control en la frontera sur bajo el principio de ¡°prevenci¨®n por medio de la disuasi¨®n¡± que ide¨® el periodo de Clinton en los a?os noventa. Con esta misma l¨®gica, M¨¦xico ha aceptado el programa Qu¨¦date en M¨¦xico y la realidad de que ahora existan campos de refugiados en ambas fronteras.
Si Biden gana la presidencia sin duda ser¨ªa un alivio que en sus primeros cien d¨ªas revirtiera algunas de las pol¨ªticas actuales. Su discurso pondr¨ªa en el centro los derechos humanos y la justicia en lugar de la criminalizaci¨®n, la migraci¨®n y la xenofobia. No obstante, la agenda de Biden mantiene la l¨®gica de poner en el centro la seguridad como eje de la pol¨ªtica migratoria. Esta es la misma base sobre la cual tanto dem¨®cratas como republicanos han construido este sistema migratorio en los ¨²ltimos 25 a?os y que ha sido llevado al extremo por Trump. Que Biden diga que va a construir un sistema de control en el que no se separen familias ni se violen derechos es insuficiente, considerando las promesas incumplidas durante su Administraci¨®n y la realidad de c¨®mo han operado hist¨®ricamente la Patrulla Fronteriza, los agentes de ICE y las cortes, con l¨®gicas propias que responden tanto a inercias burocr¨¢ticas como a intereses econ¨®micos y pol¨ªticos de empleadores de mano de obra migrante y gobiernos locales. La promesa de dar entrenamiento a la Patrulla Fronteriza o a los agentes de ICE para que no abusen de su poder y rindan cuentas es insuficiente e ingenua ante la realidad de c¨®mo han operado siempre estas instituciones, incluso durante Gobiernos dem¨®cratas.
La esperanza de una transformaci¨®n del sistema migratorio hacia una pol¨ªtica humana y acorde con las realidades en la regi¨®n requiere mucho m¨¢s que un cambio de partido en el Gobierno. ?C¨®mo evitar que Biden simplemente regrese a un statu quo que implicar¨ªa la continuaci¨®n de un r¨¦gimen de control en la frontera en el que cada a?o se separan millones de familias y se pierden cientos de vidas? Una de las consecuencias de las pol¨ªticas migratorias de Trump es que han obligado a construir nuevas estrategias de resistencia, nuevas coaliciones y alianzas entre instituciones, organizaciones, grupos e individuos enfocados en los derechos de las personas migrantes, tanto en Estados Unidos como en la regi¨®n.
Un cambio de Gobierno abrir¨ªa espacio para que estos esfuerzos y recursos se redireccionen: de lo urgente y lo reactivo hacia el trabajo transformativo que muchos de estos grupos llevaban a?os desarrollando a favor de pol¨ªticas migratorias que pongan en el centro la justicia, la igualdad oportunidades y el acceso a derechos, la abolici¨®n de los centros de detenci¨®n, la desinversi¨®n en el aparato de control de la frontera y al interior del pa¨ªs, y la necesidad de atender las causas estructurales de la migraci¨®n forzada en la regi¨®n.
Alex¨¢ndra D¨¦lano Alonso es profesora asociada de Estudios Globales en The New School.
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