Los enemigos de la Navidad
Hay quien sostiene que la Navidad es nociva porque no se trata de una fiesta de origen prehisp¨¢nico ¡°y es ajena a nuestra idiosincrasia¡±

El taxista acaba de leer en Twitter la proclama de alg¨²n luminoso pensador patrio, quien sostiene que la Navidad es nociva porque no se trata de una fiesta de origen prehisp¨¢nico ¡°y es ajena a nuestra idiosincrasia¡±. Como est¨¢ de acuerdo con el iluminado que lo afirma (y es tan genial que acaba de darse cuenta de algo que sucede aqu¨ª hace medio milenio), el sujeto me rega?a cuando abordo su veh¨ªculo, a tropezones y cargado con las cajas de los regalos para mis hijos. Tiene usted toda la raz¨®n, replico, ?pero sabe qu¨¦ otras cosas no son prehisp¨¢nicas ni inventamos en estas tierras? Pues los taxis y Twitter, y los tenis fosforescentes y la gorra de plato que lleva puestos. Y no digamos esa sudadera con el nombre estampado de una universidad gringa a la que, me temo, no asistieron jam¨¢s ni usted ni los aztecas. As¨ª que imag¨ªnese lo mal que estamos. Y ahora, si me permite, vamos de vuelta a Plaza Del Fin Del Mundo, porque tengo que cambiar uno de los regalitos y la fila va a estar ruda.
El siguiente enemigo de la Navidad me lo encuentro, curiosamente, en un tianguis navide?o, pero que no se hace llamar as¨ª, faltaba m¨¢s, sino m¨¢s bien ¡°mercadito alternativo, cooperativo, solidario e invernal¡±. Es decir, gente que vende cosas a cambio de dinero en las fiestas decembrinas, pero que se dice en contra del beneficio monetario y de las fiestas. Es un joven alto y p¨¢lido, que usa ropa holgada y me reprende por haber comprado en otros sitios (comercios establecidos) los art¨ªculos que mis hijos pidieron como obsequio, ya que eso significa ¡°hacerle el caldo gordo¡± al capitalismo y la mercantilizaci¨®n de las tradiciones.
Mi ¨²nica defensa es recordarle que ¨¦l vende l¨¢mparas con formas geom¨¦tricas para colocar en la mesita de noche y mis hijos no quieren eso. Pues tambi¨¦n cocinamos mermeladas org¨¢nicas, interrumpe ¨¦l, con un destello de ira en los ojos. La ¨²nica diferencia que encuentro entre su negocio y aquellos que tanto desprecia es que ¨¦l vende muy caro y su ¨²nico rasgo de generosidad consiste en darles a sus clientes unos minivasitos de pl¨¢stico (como para homeopat¨ªa) rellenos con un sorbito de mezcal grasiento. De hecho, los puestecitos que nos rodean est¨¢n repletos de objetos suntuarios y alimentos gourmet (al menos por el precio) y, por m¨¢s que le pienso, no encuentro en ellos nada que me remita a las palabras ¡°cooperativo y solidario¡±. Pero qu¨¦ voy a saber yo, claro, si soy incapaz de ver el abismo que separa a la Navidad (capitalistas y fr¨ªvolas) de las ¡°fiestas invernales¡± (alternativas y conscientes).
Al ¨²ltimo de los detractores me lo topo en una posada. Estamos en el terregal de un patio trasero y el tipo se ha sumergido en la ¨²ltima de las sillas de pl¨¢stico, alejado de las luces, la pi?ata, el bailongo y los c¨ªrculos de chacoteo, pero estrat¨¦gicamente al lado de una de las mesas dotadas con charolas de papitas y botellas de refresco y alcohol. El detractor lleva una cuba en la mano, que resurte cada pocos minutos. Odio esta ¨¦poca del a?o, toda esta fraternidad falsa, quisiera despertar y que ya fuera febrero, le dice a todo aquel que acude a la mesita a servirse una cuba y que, de paso, le pregunta c¨®mo est¨¢. Ante m¨ª, porque me conoce, agrega otra raz¨®n igual de depresiva para su irritaci¨®n: se gast¨® todo el aguinaldo en regalos idiotas. Le pregunto qu¨¦ compr¨® para andar tan molesto. Y se confiesa: sus hijos recibir¨¢n unas l¨¢mparas con formas geom¨¦tricas para colocar en sus mesitas de noche y tambi¨¦n unos frascos de mermelada org¨¢nica. Y as¨ª habr¨¢n nacido otros dos enemigos de la Navidad, claro. M¨¦xico puro: en un problema cualquiera, todos salen perdiendo.
Y luego dir¨¢n que la Navidad es ajena a nuestra idiosincrasia.
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