Las remesas no son el narco
Las remesas han aumentado en 39% en tan solo tres a?os, levantando sospechas de que el narco est¨¢ detr¨¢s. Los datos sugieren otra cosa
Las remesas que llegan a M¨¦xico se han vuelto tan altas que han comenzado a levantar sospechas. Se piensa que el narco ha encontrado una manera de usarlas para lavar dinero.
Los crecimientos son asombrosos. De 2019 a 2022, las remesas han aumentado un 39% (d¨®lares constantes) hasta llegar a ser 12.500 millones de d¨®lares al trimestre. Esto ha convertido a M¨¦xico en el segundo pa¨ªs del mundo que m¨¢s remesas recibe, solo superado por la India, y ha hecho que el 29% de los municipios mexicanos tengan m¨¢s remesas que producto interno bruto (estimado como valor agregado censal municipal).
Las sospechas crecen a¨²n m¨¢s cuando se considera el valor promedio de la remesa. En Nuevo Laredo, conocido por la presencia del cartel del Noreste, cada hogar perceptor de remesas recibe en promedio 101.000 pesos al mes. Cantidades absurdamente grandes como esta tambi¨¦n se reciben en Guaymas y Caborca, lugares donde operan otros grupos criminales, con remesas de al menos 91.000 pesos mensuales por hogar.
?Es el narco?
La hip¨®tesis de que el narco est¨¢ detr¨¢s de las remesas es sensual y sugerente, pero un an¨¢lisis serio de los datos muestra que no es tan s¨®lida.
Primero, porque las cantidades estratosf¨¦ricas de remesas que supuestamente reciben los hogares de algunos municipios mexicanos se explican, m¨¢s bien, por un truco aritm¨¦tico: para calcularlas se divide el total de remesas que recibe el municipio, seg¨²n registros de la balanza de pagos, entre el n¨²mero de hogares que confiesan recibirlas en encuestas. Los registros son confiables, pero las confesiones no.
Muchos hogares ocultan la recepci¨®n de remesas de los encuestadores. Esto hace que la cantidad promedio que recibe cada hogar est¨¦ muy sobreestimada. De hecho, los municipios con cantidades m¨¢s grandes de remesas por hogar se encuentran, no en estados de alta presencia del crimen organizado, sino en estados pobres como Chiapas y Oaxaca, o en lugares con migraci¨®n hist¨®rica como Jalisco o Michoac¨¢n. Por ejemplo, en San Crist¨®bal de las Casas cada hogar supuestamente recibe 1,8 millones de pesos en remesas cada mes y en Tlaxiaco, Oaxaca, el dato es de 847.000.
Segundo, si el narco estuviera utilizando remesas para lavar dinero se observar¨ªa que las transferencias ser¨ªan, con m¨¢s regularidad, del monto m¨¢ximo permitido por transacci¨®n. No ha sido as¨ª. Desde 2019, el monto promedio por transacci¨®n ha aumentado en solo 9% en t¨¦rminos reales. No se observan m¨¢s transferencias de montos at¨ªpicos.
M¨¢s a¨²n, existe evidencia de que las remesas tienden a llegar menos a municipios donde el crimen organizado est¨¢ m¨¢s activo. Como han mostrado acad¨¦micos del CIDE y de la London School of Economics, los municipios con mayor actividad violenta del crimen organizado tienden a observar reducciones en el n¨²mero de hogares receptores de remesas.
Finalmente, contra la hip¨®tesis del narco est¨¢ el sentido com¨²n: ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil lavar dinero con mecanismos menos rastreables que las remesas. Las criptomonedas o PayPal no quedan registrados como remesa. El primero es poco rastreable en cantidades peque?as y el segundo queda grabado solo en los registros financieros (que, por cierto, no han observado incrementos sustantivos, seg¨²n me comentaron altos funcionarios del Banco de M¨¦xico).
El uso de cripto para realizar actividades criminales est¨¢ en boga. El International Narcotics Control Board estima que tan solo el cartel de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generaci¨®n lavan 25.000 millones de d¨®lares al a?o usando monedas virtuales.
?Qu¨¦ pas¨®?
El aumento en la cantidad de remesas se explica, m¨¢s bien, porque la pandemia sacudi¨® al migrante y sus costumbres. Fue a partir de la pandemia que las variables tradicionalmente utilizadas para predecir el comportamiento de las remesas dejaron de funcionar.
La pandemia cambi¨® la manera en la que se env¨ªa el dinero. El cierre de la frontera en 2020 redujo en 70% los cruces fronterizos e impidi¨® temporalmente que los migrantes pasaran su dinero con mecanismos informales. Esto ocasion¨® una explosi¨®n en el uso de remesadoras y probablemente, un cambio permanente en las formas de env¨ªo cuando el migrante descubri¨® la seguridad del servicio formal y su cada vez m¨¢s bajo costo.
El migrante aument¨® su ingreso promedio durante la pandemia y pudo enviar m¨¢s. Los migrantes trabajaban en oficios esenciales y al menos una tercera parte de ellos fueron sujetos de recepci¨®n de est¨ªmulos fiscales o seguros de desempleo (California fue particularmente generoso). Adem¨¢s, el ingreso promedio del migrante mexicano ha aumentado sistem¨¢ticamente a trav¨¦s del tiempo y hoy en d¨ªa es 12% superior al de 2019, en t¨¦rminos reales.
Adem¨¢s, el migrante cada vez env¨ªa una proporci¨®n m¨¢s alta de su dinero a M¨¦xico. Mientras que, en 2019, el migrante promedio enviaba el 12,9% de su salario, en 2022, ya es el 15,3%. Esto es mucho dinero.
Finalmente, tampoco tiene sentido pensar que el narco est¨¢ usando las remesas, si los incrementos se observan en muchos otros pa¨ªses, incluso en varios sin actividad criminal tan desarrollada. De hecho, las remesas han aumentado m¨¢s en Argentina, Marruecos y Qatar que en M¨¦xico de 2019 a 2021.
?Qu¨¦ hacer?
Todo esto no implica que el narco jam¨¢s utilice remesas para lavar dinero. Existen casos documentados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de su uso. Esto simplemente implica que probablemente estos casos son aislados y las remesas, en su mayor¨ªa, se explican por la cada vez m¨¢s visible interdependencia entre las condiciones laborales de Estados Unidos y la capacidad de consumo de los mexicanos.
Esto no es motivo de celebraci¨®n sino de acci¨®n. El mercado laboral mexicano no ha logrado absorber a los j¨®venes que se incorporan a la fuerza laboral y hemos llegado al absurdo de que la masa salarial de los migrantes mexicanos en Estados Unidos es 79% superior que la de todos los trabajos registrados ante el IMSS.
La falta de empleo es descomunal. Un pa¨ªs como M¨¦xico deber¨ªa crear al menos 1,2 millones de empleos al mes para darle empleo a sus j¨®venes. Sin embargo, desde 2019, solo hemos creado 932.000 empleos formales. Esto es una tragedia.
Es urgente crear pol¨ªticas p¨²blicas que promuevan la creaci¨®n de nuevas empresas que creen buenos trabajos. Una mejor orientaci¨®n vocacional a los j¨®venes y un impulso al emprendedurismo para que ¨¦stos creen empresas es tambi¨¦n necesario.
El modelo de competitividad basado en malos empleos ha creado desigualdad, migraci¨®n y precariedad. Es momento de cambiarlo y ello implica que la iniciativa privada y el gobierno trabajen de la mano. Destruir monopolios, crear una econom¨ªa competitiva y reducir las barreras para la generaci¨®n de empleo debe ser la principal pol¨ªtica del Gobierno mexicano.
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