Sheinbaum, favorita pero sin dedazo
El presidente est芍 operando con el deseo de obtener lo mejor de ※dos mundos§: instalar un proceso sucesorio nuevo y al mismo tiempo, darse el gusto de entregar la banda presidencial a la opci車n con la que se siente m芍s c車modo
No tengo dudas de que el presidente Andr谷s Manuel L車pez Obrador preferir赤a que Claudia Sheinbaum ganase la elecci車n interna y fuera su sucesora. Pero tambi谷n estoy convencido de que no va a hacer nada extraordinario para que eso suceda. Y por ※extraordinario§ me refiero a una intervenci車n ...
No tengo dudas de que el presidente Andr谷s Manuel L車pez Obrador preferir赤a que Claudia Sheinbaum ganase la elecci車n interna y fuera su sucesora. Pero tambi谷n estoy convencido de que no va a hacer nada extraordinario para que eso suceda. Y por ※extraordinario§ me refiero a una intervenci車n que ponga en duda la legitimidad de la selecci車n interna.
El presidente est芍 operando con el deseo de obtener lo mejor de ※dos mundos§: instalar un proceso sucesorio nuevo y razonablemente institucional que, en efecto, no sea percibido como un dedazo y, al mismo tiempo, darse el gusto de entregar la banda presidencial a la opci車n con la que se siente m芍s c車modo.
No siempre la opci車n favorita o preferida implica descartar al resto de las alternativas. Al menos no siempre y me parece que este es el caso. L車pez Obrador ha definido reglas del juego que permiten la competencia, aunque bien mirado las implicaciones y las minucias de esas reglas han sido dise?adas de tal forma que nunca lastiman las posibilidades de la exalcaldesa. Para la encuesta definitiva se decidi車 un formato con varias preguntas y se incluir芍n atributos en los cuales, presumiblemente, ella saldr赤a mejor calificada (honestidad, cercan赤a a las banderas del movimiento, garant赤a de continuidad), se apresuraron los tiempos, se descartaron los debates (y al hacerlo se favorece a quien funge como puntera de las encuestas). En fin, hay muestras obvias de que los c赤rculos m芍s altos del obradorismo impulsan la candidatura de Claudia (gobernadores, dirigentes de Morena, entorno del propio AMLO) y no se ha hecho nada significativo para constre?irlo, salvo pedir que no haya excesos.
Es verdad que Sheinbaum habr赤a preferido quedarse como responsable de la Ciudad de M谷xico durante todo este periodo, algo que AMLO evit車 al obligar a los precandidatos a renunciar a sus puestos. Pero, desde la l車gica del presidente, esto era necesario de cara a una prioridad m芍s alta: evitar fracturas y convertir a los contendientes en un equipo en los siguientes meses. Con esta medida el presidente transforma a los participantes en ※desempleados§ a partir de septiembre, pero con responsabilidades asignadas para doce meses m芍s tarde: presidente, coordinador de senadores y de diputados, respectivamente, a los tres con mejores resultados en la encuesta. Pero incluso esta decisi車n opera bajo el supuesto de que Claudia ganar芍 el proceso interno: las tareas de coordinaci車n en el poder legislativo que asumir赤an los ※perdedores§ de la encuesta, responden al perfil de Marcelo Ebrard y al de Ad芍n Augusto L車pez, operadores pol赤ticos consumados. Pero no es el caso de Sheinbaum, conocida por sus dotes de organizaci車n y conducci車n en la administraci車n p迆blica, pero desafecta de la grilla pol赤tica per se. Ni siquiera estoy seguro de que ella acepte la coordinaci車n de la mayor赤a en el Senado en caso de quedar en segundo lugar en la encuesta. Las designaciones de Alicia B芍rcena en la canciller赤a y Luisa Mar赤a Alcalde en la Secretar赤a de Gobernaci車n, estoy convencido, parten del mismo supuesto. Son avances de un gabinete con el cual Sheinbaum se sentir赤a c車moda, no necesariamente su principal rival.
En todo esto, insisto, L車pez Obrador opera con una inercia que coincide con su propia inclinaci車n: que Claudia sea su relevo. Pero esto no quiere decir que Marcelo Ebrard carezca de posibilidades o que, en caso de convertirlas en realidad, el presidente vaya a impedirlas. No es un suelo del todo parejo, pero las condiciones de competencia no est芍n cerradas ni mucho menos. Si Marcelo genera una mayor赤a favorable a su candidatura, rechazar su triunfo ser赤a pol赤ticamente incosteable para el presidente.
Dif赤cilmente saber con exactitud la posici車n en la que los competidores arrancan, porque la divulgaci車n de los actuales sondeos se han convertido en parte de la batalla. Pero todo indica que las empresas con mejor reputaci車n colocan a Sheinbaum con una ventaja que va de 5 a 10 puntos porcentuales por encima de Ebrard. ?Podr芍 el ex canciller remontar tal desventaja?
No podr赤amos especular, porque apenas estamos en los primeros momentos de esta recta final. En esta semana inicial Marcelo comenz車 antes y se ha notado. Sus mensajes optimistas y de conciliaci車n parecer赤an ir encaminados al p迆blico cansado de la polarizaci車n, en un af芍n de atraer el voto de los no obradoristas y de los simpatizantes moderados de la 4T. Pero habr芍 que esperar a que las campa?as se encuentren en vuelo crucero para tener una mejor perspectiva de los objetivos y estrategias de cada cuarto de guerra. Y hay que suponer, incluso, que no ser芍 una estrategia un赤voca, porque pasar芍 por distintas etapas a lo largo de los pr車ximos dos meses.
En suma, me parece que grosso modo puede decirse que hay una favorita, pero no existe la determinaci車n de imponerla a cualquier costo. Asumo que el presidente conf赤a en el esquema que ha dise?ado y que eso deber赤a bastar para conseguir sus dos objetivos: un sucesor que asegure la continuidad, al mismo tiempo que inaugura un proceso sucesorio m芍s institucional. Habr芍 que ver si le funciona, pero no habr芍 garant赤as ni red de protecci車n.
Para decirlo en t谷rminos futboleros, dir赤a que Claudia juega con la ventaja de ser local. M芍s a迆n, todo indica que el partido comienza con un 1-0 a su favor. Pero las encuestas ser芍n a poblaci車n abierta, varias de las empresas encuestadoras finalistas ser芍n ajenas a Morena y los candidatos van por la libre buscando el voto universal. En tal sentido, todo puede pasar, aunque el resultado l車gico, a partir de la inercia y la correlaci車n de fuerzas, la favorita es# favorita. Y, con todo, imposible descartar nada o, como dir赤an los cl芍sicos, la pelota es redonda.
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