Sheinbaum lidera las encuestas previas a la elecci¨®n de Morena por delante de Ebrard
A falta de confirmar los detalles del m¨¦todo de elecci¨®n y el hecho de que ning¨²n candidato tenga un dominio aplastante aconsejan cautela a la hora de interpretar los sondeos. El Consejo Nacional definir¨¢ este domingo la hoja de ruta definitiva
La jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, parte con el favor ciudadano en la carrera para reemplazar a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador como candidata de Morena a la presidencia del pa¨ªs. Ante la pregunta de a qui¨¦n prefiere a la cabeza del partido oficialista, entre un 29% y un 41% de la poblaci¨®n responde que Sheinbaum. Esta ventaja, com¨²n a todas las encuestas consideradas y analizadas en esta pieza (todas ellas realizadas desde abril hasta el este viernes), sin embargo no permite todav¨ªa extrapolar un pron¨®stico de victoria. Las tres razones para la cautela son la posici¨®n de sus rivales inmediatos, la incertidumbre sobre los detalles del m¨¦todo final de elecci¨®n, y la dificultad especial que entra?a para una encuestadora predecir una elecci¨®n cambiante que interesa, sobre todo, a una parte determinada de la ciudadan¨ªa.
Una de las tres inc¨®gnitas se resolver¨¢ ya este domingo. El Consejo Nacional de Morena est¨¢ convocado para que precisamente defina los plazos y la metodolog¨ªa de la encuesta definitiva que decidir¨¢ qui¨¦n es el ganador. Un proceso previo seguido muy de cerca por el propio presidente, en un intento por evitar el desgaste interno. En cuanto a la posici¨®n de salida de los aspirantes, Marcelo Ebrard, que este lunes dejar¨¢ la Canciller¨ªa para poder competir en la precampa?a, no anda lejos de Sheinbaum. Cierto es que en ninguno de los 12 sondeos aqu¨ª considerados le supera, resultando que la estimaci¨®n m¨¢s baja para Sheinbaum supera a la m¨¢s alta para Ebrard. Pero en casi todos anda segundo, en la mayor¨ªa (con algunas excepciones significativas) con una distancia respecto al tercero igual o superior a la que la l¨ªder de la carrera tiene sobre ¨¦l. Sin duda, Ebrard y Sheinbaum se est¨¢n apoyando en su alt¨ªsimo grado de reconocimiento entre la ciudadan¨ªa: son, con diferencia, los nombres m¨¢s familiares en los hogares mexicanos de todas las corcholatas.
Pese a no haber comenzado a¨²n el proceso formal de selecci¨®n, los aspirantes de Morena llevan meses enfrascados en actos de proselitismo de baja intensidad, incluido alg¨²n dardo entre contrincantes. Escarmentado del fuerte desgaste que han supuesto las batallas intestinas durante su carrera, L¨®pez Obrador ha tomado las riendas y quiere dejar las cosas atadas lo antes posible. Primero, adelant¨® el calendario y lo que iba a ser una carrera de fondo hasta casi final de a?o, se ha convertido en un esprint que acabar¨¢, previsiblemente, a finales de verano. Un cambio que ha afectado, sobre todo, a Ebrard. El canciller contaba con m¨¢s plazo para recortar distancias con la jefa capitalina y ha sido el primero en anunciar su salida del cargo para emplearse a fondo en la precamapa?a. Una decisi¨®n que, por ejemplo, Sheinbaum no ha anunciado aun formalmente.
En otra acci¨®n destinada al control de da?os, el presidente mand¨® llamar a las corcholatas a una cena este mismo lunes para establecer la hoja de ruta y limar tensiones. L¨®pez Obrador est¨¢ tutelando al detalle el proceso interno que, pr¨¢cticamente de facto, supone a la vez la elecci¨®n del pr¨®ximo presidente del pa¨ªs. Morena arrasa con un margen de dos a uno frente a la coalici¨®n opositora Va por M¨¦xico, seg¨²n el promedio de las encuestas.
M¨¢s all¨¢ de los dos favoritos, el senador Ricardo Monreal, el secretario de Gobernaci¨®n Ad¨¢n Augusto L¨®pez y el diputado Gerardo Fern¨¢ndez Noro?a claramente pertenecen a un grupo distinto, algo esperable en la medida en que ninguno de ellos ocupa una posici¨®n tan visible en el panorama pol¨ªtico como lo son la Secretar¨ªa de Exteriores o la alcald¨ªa de la capital. La Secretar¨ªa de Gobernaci¨®n (L¨®pez) o el liderazgo de Morena en el Senado (Monreal) son puestos prominentes, pero no del mismo nivel de exposici¨®n medi¨¢tica.
Pero no es s¨®lo su fama: su favorabilidad (medida como la resta del porcentaje de mexicanos que tienen una opini¨®n positiva y negativa sobre cada uno) tambi¨¦n ha mejorado en el ¨²ltimo a?o. Especialmente la de Ebrard, cabe decir, que en mayo alcanz¨® los niveles que Sheinbaum ten¨ªa el agosto pasado. La alcaldesa ha crecido, pero menos.
Ahora bien, a la hora de observar estos gr¨¢ficos en una fase tan temprana de la carrera es imprescindible hacer el ejercicio mental de proyectarlos al futuro. L¨®pez, Monreal y Fern¨¢ndez Noro?a probablemente ganar¨¢n notoriedad conforme avance la carrera, en la medida en que ser¨¢n objeto de art¨ªculos, debates, comentarios, entrevistas y, en general, toda la atenci¨®n que viene con una elecci¨®n crucial como ¨¦sta. Del otro lado, a partir de cierto nivel de escrutinio y exposici¨®n, lo normal es que los negativos suban, y los positivos bajen. A esta posibilidad est¨¢n m¨¢s expuestos Sheinbaum y Ebrard.
Todo esto suceder¨¢ a medida que avance la campa?a, una vez se definan las normas de la elecci¨®n. Las directrices dictadas por L¨®pez Obrador en la cena del lunes incluyen que las corcholatas renuncien a sus cargos p¨²blicos como condici¨®n para participar en la encuesta con la que se definir¨¢ la candidatura; que firmen un compromiso de que van a mantenerse en el partido y respaldar¨¢n a la persona ganadora; que propongan a las empresas encuestadoras de su confianza (que luego ser¨¢n sorteadas), y que designen representantes en un comit¨¦ que dar¨¢ seguimiento a todo el proceso de manera transparente.
La selecci¨®n de las encuestadores ser¨¢ uno de los caballos de batalla. Las predicciones de un pu?ado de empresas sobre los comicios del Estado de M¨¦xico de la semana pasada sobrestimaron, en algunas ocasiones en m¨¢s de 20 puntos, la victoria final de la candidata de Morena, Delfina G¨®mez. Un desfase demasiado abultado que ha levantado suspicacias dentro de la formaci¨®n. El presidente tambi¨¦n ha deslizado que ser¨¢ una sola encuesta y abierta a toda la poblaci¨®n ¡ªno solo a los simpatizantes de Morena¡ª pero no est¨¢ cerrado a¨²n si se trata de una sola pregunta o se abordar¨¢n m¨²ltiples atributos. Este ¨²ltimo es el formato que defiende, por ejemplo, Sheinbaum, apoyada en que ha sido el formato utilizado por Morena en otras ocasiones. Ebrard ha planteado, sin embargo, la necesidad de que se haga una ¨²nica pregunta, en la que se interrogue directamente a los ciudadanos qui¨¦n consideran que es mejor para ser candidato o candidata de Morena a las elecciones presidenciales de 2024.
El reto derivado de esta incertidumbre para las encuestadoras es may¨²sculo, y casi parad¨®jico. Las encuestas preliminares buscan simular la encuesta final (o encuestas finales) para predecir su resultado, pero sin conocer sus reglas ni par¨¢metros concretos no se puede adaptar la formulaci¨®n de la pregunta para que se parezca a la definitiva. Ya se aprecia la variaci¨®n de aproximaciones en las encuestas existentes a d¨ªa de hoy, que es precisamente lo que por ahora hace poco recomendable extraer un promedio sencillo o ponderado de los sondeos publicados: no son necesariamente comparables entre s¨ª, como s¨ª lo son ante una votaci¨®n definida de manera n¨ªtida como una elecci¨®n presidencial. En extremo, este desaf¨ªo metodol¨®gico podr¨ªa implicar que una preferencia general expresada en una encuesta preliminar puede no traducirse en la elecci¨®n de un candidato en una encuesta final si la pregunta est¨¢ formulada de una manera diferente. Adem¨¢s, en tanto que las normas se ir¨¢n desvelando, esta variaci¨®n de m¨¦todos se producir¨¢ no s¨®lo entre encuestadoras, sino en una misma encuestadora, porque todas tendr¨¢n incentivos para adaptar sus m¨¦todos a la versi¨®n final. Las encuestas adaptadas a las nuevas reglas pueden producir resultados diferentes a los de las encuestas iniciales, lo que dificulta el seguimiento de las tendencias y el cambio en el apoyo a los candidatos.
Y si el desaf¨ªo por los cambios en el m¨¦todo es grande, m¨¢s a¨²n puede serlo el de las modificaciones en la base de votantes. Hasta hoy, las encuestas publicadas se basan en muestreos representativos para el conjunto de la poblaci¨®n mexicana. Pero en tanto que no todo el pa¨ªs est¨¢ necesariamente interesado en influir sobre la candidatura de Morena, existe la duda v¨¢lida de hasta qu¨¦ punto la muestra escogida representa al universo final de votantes. Si ¨¦ste se reduce y concentra a un perfil determinado, en el que alguno de los candidatos ahora en segundo, tercer, cuarto o quinto lugar resulta estar sobre-representado, la foto de hoy puede acabar notablemente lejos de la realidad de ma?ana.
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