Mi apoyo a Claudia Sheinbaum
En esta decisi¨®n tan importante para m¨ª tiene un gran peso el conocimiento que ambos tenemos de nuestras trayectorias personales y los valores que nos comprometen en una relaci¨®n solidaria y amistosa
Luego de mi integraci¨®n al equipo plural que elaborar¨¢ el plan de gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum, se produjeron distintas reacciones que, casi en su totalidad, hab¨ªa previsto. En un ambiente dominado por la polarizaci¨®n pol¨ªtica, en el que incluso el odio y el encono se han sobrepuesto a la cr¨ªtica y a la reflexi¨®n, era predecible que algunos actores y ¡°analistas¡± que est¨¢n claramente enlistados en el antilopezobradorismo descalificaran no solo mi decisi¨®n, sino mi persona y mi trayectoria.
Hay un nuevo Santo Oficio entre la ¨¦lite intelectual y la ¨¦lite medi¨¢tica opositoras que ahora define qui¨¦n es dem¨®crata y qui¨¦n no lo es; qui¨¦n es congruente con sus principios y qui¨¦n los traiciona. Es otra de las consecuencias de la estrategia de polarizaci¨®n del presidente de la Rep¨²blica: no solo evidenciar lo peor del clasismo, el elitismo y la xenofobia que habita en un amplio sector de la sociedad mexicana, sino tambi¨¦n consigui¨® que algunos de los medios y comunicadores, de los pocos realmente excepcionales en su compromiso ¨¦tico, perdieran el equilibrio y los m¨ªnimos est¨¢ndares del contrapunto, la r¨¦plica; logr¨® que sus cr¨ªticos se volvieran rabiosos, virulentos. Ah¨ª hay poco que hacer, solo el d¨ªa de la elecci¨®n demostrar¨¢ cuan alejados est¨¢n de la realidad pol¨ªtica y social que vive M¨¦xico.
Las reacciones del PRIAN y particularmente del maruduartismo en Chihuahua ¨Dtransversal a partidos¨D, solo ratificaron mi convicci¨®n del paso dado. Sin embargo, ha habido expresiones genuinas de incomprensi¨®n y sorpresa que me han pedido compartir mis razones, y cu¨¢ndo se incub¨® la idea de sumarme al proyecto de la precandidata ¨²nica de Morena a la Presidencia de la Rep¨²blica.
De mi separaci¨®n formal de Acci¨®n Nacional est¨¢n los motivos expl¨ªcitos en mi carta de renuncia del 8 de noviembre de este a?o, pero de ella extraigo una idea medular: ha sido un largo proceso de valoraci¨®n y maduraci¨®n, en el que no solo tiene que ver mi profunda decepci¨®n por la escalada hacia la peor ¨¦poca del partido, lo cual se confirma en la alianza con el PRI m¨¢s corrupto de la historia; sino tambi¨¦n porque mi pensamiento ha tenido una evoluci¨®n hacia la integralidad de los derechos humanos, las causas sociales, y hacia la b¨²squeda de un sistema econ¨®mico que favorezca a los que menos tienen y m¨¢s han esperado. Tengo la convicci¨®n de que el gran reto a superar son las desigualdades, porque en ellas se germina el clasismo, la inseguridad, la corrupci¨®n, el desd¨¦n al pr¨®jimo, ese individualismo enajanante e insaciable que ha subordinado y pervertido a los poderes del Estado frente al poder econ¨®mico.
He servido a mi pa¨ªs desde diferentes espacios para aportar y construir un Estado m¨¢s fuerte, una naci¨®n m¨¢s justa, y aunque lo m¨¢s c¨®modo y sencillo hubiera sido permanecer al margen ¨Dcomo varios me lo sugirieron¨D, y mantenerme solo en el emprendimiento que tanto me entusiasma, la Librer¨ªa S¨¢ndor M¨¢rai y el potente centro cultural en el que se ha constituido, no estaba en m¨ª jugar a la indiferencia o indefinici¨®n frente a lo que realmente est¨¢ en juego en nuestro pa¨ªs: avanzar hacia el futuro con una apuesta para consolidar la transformaci¨®n social y econ¨®mica en marcha, fortalecer la democracia, las libertades, tratar de contribuir a reconciliar a la naci¨®n. La otra opci¨®n ser¨ªa simplemente regresarnos al pasado para que los negociantes de la pol¨ªtica que secuestraron a los partidos para su sobrevivencia recuperen privilegios, canonj¨ªas e impunidad, y sigan haciendo de las suyas. Esa regresi¨®n ha acontecido en mi tierra, Chihuahua, donde el PRIAN da m¨¢s que una probada de su verdadera mezcla de intereses: la corrupci¨®n.
Por evitarme enemigos o temor a la inquina del linchamiento medi¨¢tico, no iba a dejar de decir y hacer lo que pienso. A m¨ª jam¨¢s se me ha dado la falsa cortes¨ªa, ni tampoco la incondicionalidad. A veces me producen verg¨¹enza ajena las magnificaciones y las mentiras que cuentan amigos y conocidos en torno de L¨®pez Obrador; la certeza con la que aseguran el absurdo de que regresar¨¢ al poder, ¡°a la mitad del Gobierno de Sheinbaum¡±, mediante la revocaci¨®n del mandato. Antes aseguraban que se reelegir¨ªa; y mucho antes pronosticaban que destrozar¨ªa la econom¨ªa. Dej¨¦ tambi¨¦n de consentir el odio enfermizo hacia el presidente con el que resuelven no solo preferencias pol¨ªticas, sino amistades y lealtades. Es que lo piensan en el d¨ªa y lo sue?an por la noche.
En mi caso nunca he estado envenenando en contra de L¨®pez Obrador. S¨ª hemos tenido diferencias, y en alg¨²n momento ¨¢lgidas como con el tema del agua, pero tambi¨¦n coincidencias, ambas est¨¢n acreditadas. El m¨¦todo polarizador quiz¨¢ ha sido mi gran desacuerdo, y algunas generalizaciones indebidas. Pero creo entender la etapa y el papel trascendental que le ha tocado jugar. Conocedor de la historia, del sistema pol¨ªtico y de los enormes intereses econ¨®micos que siempre han conspirado contra ¨¦l, no les dio la m¨¢s m¨ªnima oportunidad de provocarle un descarrilamiento. Los mantuvo a raya.
Es innegable que logr¨® derruir las estructuras que mantuvieron al viejo r¨¦gimen y que le generaron a una ¨¦lite econ¨®mica y pol¨ªtica ventajas indebidas y prebendas inadmisibles; la suya ha sido una etapa en la que se han hecho esfuerzos para revertir las medidas neoliberales de concentraci¨®n de la riqueza y gobernar poniendo en primer lugar a las personas m¨¢s excluidas del poder, del saber y del tener.
Solo en la mezquindad se puede dejar de reconocer los indiscutibles logros sociales y econ¨®micos del Gobierno del presidente L¨®pez Obrador. La reforma laboral y la reivindicaci¨®n de la clase trabajadora. Como en ninguna otra ¨¦poca de M¨¦xico se ha recuperado el poder adquisitivo del salario m¨ªnimo llev¨¢ndolo en 5 a?os al doble en t¨¦rminos reales.
Estoy convencido de que as¨ª como hay avances indiscutibles en la 4T, tambi¨¦n hay d¨¦ficits y limitaciones que la llaman obligadamente a tener un cauce de mejora y perfeccionamiento.
Ese cauce es Claudia Sheinbaum. Estoy convencido de ello, por eso acept¨¦ su invitaci¨®n para integrarme al equipo de trabajo que elaborar¨¢ su plan de Gobierno. Concretamente, para el dise?o de un modelo de pol¨ªtica p¨²blica que garantice un gobierno honesto, que combata la corrupci¨®n y la impunidad, como eje esencial del fortalecimiento democr¨¢tico y la gobernabilidad.
Acept¨¦, consciente de lo que la decisi¨®n implica, porque las grandes causas nos unen, y estoy convencido de que con ella se abre una nueva etapa en la que habr¨¢ la posibilidad de mejorar los m¨¦todos, concretar los grandes objetivos que no se han logrado e iniciar una nueva din¨¢mica de entendimiento pol¨ªtico e inclusi¨®n, que restablezca el di¨¢logo en la pluralidad y, con ella, afrontar los enormes retos.
Adem¨¢s, considero que la particular invitaci¨®n a integrar una propuesta en materia anticorrupci¨®n toca una de las asignaturas que m¨¢s trabajo y voluntad pol¨ªtica requieren para lograr erradicar el c¨¢ncer de la corrupci¨®n. Porque no basta con que el presidente de la Rep¨²blica sea una persona honesta, ha resultado claro que el ejemplo de una conducta personal no es suficiente; necesitamos dise?ar y construir un gran pacto social, pol¨ªtico y econ¨®mico que establezca, de una vez por todas, un compromiso de la Naci¨®n con el Estado de Derecho y combate efectivos a la corrupci¨®n y a la impunidad. Desde una perspectiva de derechos se trata de garantizar a los ciudadanos una buena administraci¨®n p¨²blica y un ambiente libre de corrupci¨®n.
Adem¨¢s, su planteamiento me honra, porque en el fondo se trata de un reconocimiento al esfuerzo y a la lucha colectiva que llevamos a cabo desde el Gobierno del Estado de Chihuahua y a¨²n antes, junto con la sociedad civil, en contra de la corrupci¨®n y la impunidad, marcados por el latrocinio en la gesti¨®n de C¨¦sar Duarte y sus c¨®mplices en el PRI, en el PAN y en el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto.
La invitaci¨®n de Claudia Sheinbaum la entiendo como una se?al inequ¨ªvoca de su compromiso para atender una realidad que es transversal a partidos, poderes y niveles de Gobierno, que se extiende a amplios ¨¢mbitos de la vida social y econ¨®mica del pa¨ªs, pero tambi¨¦n como el signo de una apertura para construir libremente un proyecto de gobierno plural, pensado desde ahora en un gobierno para todas y todos los mexicanos, incluso para quienes no militamos en Morena.
En esta decisi¨®n tan importante para m¨ª tiene un gran peso el conocimiento que ambos tenemos de nuestras trayectorias personales y los valores que nos comprometen en una relaci¨®n solidaria, amistosa y dentro de un di¨¢logo franco, clarificador y en muchos sentidos esperanzador. Nuestra comunicaci¨®n se intensific¨® los dos ¨²ltimos a?os en los que he podido conocerla de manera m¨¢s cercana. Si algo ha influido decisivamente es la reafirmaci¨®n de que se trata de una mujer honesta, inteligente, austera, congruente y sensata. En las democracias se toman decisiones con base en los principios que defendemos, en las luchas que damos y con la informaci¨®n que disponemos.
Creo en su proyecto y creo que es el ¨²nico, de los que hoy se presentan, que tiene posibilidades de conducir a este pa¨ªs por la v¨ªa de la democracia, la justicia social, la honestidad y el buen gobierno, sobre todo si, como he comprobado, la dra. Claudia Sheinbaum escucha y se abre a la colaboraci¨®n y el aporte de diversas fuerzas sociales y opiniones discrepantes.
Su trayectoria personal, su perfil eminentemente universitario, t¨¦cnico y una impresionante preparaci¨®n intelectual, cient¨ªfica y acad¨¦mica, me generan la certidumbre de que no solo estar¨¢ abierta al tiempo y al cambio, sino que con sensibilidad social y racionalidad pol¨ªtica podr¨¢ construir una nueva etapa dentro de la transformaci¨®n que hoy vive M¨¦xico. Una nueva etapa de di¨¢logo, fortalecimiento democr¨¢tico y soluciones profundas para atender las carencias y desigualdades sociales.
Ella ha postulado la idea de construir un segundo piso de la 4T. Estoy cierto que manteniendo las bases del primero, sabr¨¢ darle su impronta a la etapa siguiente. Se equivocan quienes la interpretan o buscan proyectarla como extensi¨®n del presidente L¨®pez Obrador, reduci¨¦ndola a una simple correa de transmisi¨®n del poder. Por supuesto que ser¨¢ la mejor continuadora de la obra de cimentaci¨®n, pero ser¨¢ con cambios; corri¨¦ndose m¨¢s al centro y entendiendo que lo que sigue requerir¨¢ de concordia y negociaci¨®n. Esa es mi apuesta y mi esperanza, el tiempo lo dir¨¢.
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