La interminable tarea de reconstruir Guerrero despu¨¦s de ¡®Otis¡¯
Han pasado 100 d¨ªas desde que Gabriela Guinto y Jemima D¨ªaz comenzaron a levantar nuevamente los hoteles El puente y El origen, devastados por el hurac¨¢n en Coyuca de Ben¨ªtez
Han pasado 100 d¨ªas desde que Gabriela Guinto y Jemima D¨ªaz han luchado por reconstruir El puente y El origen. Ambas trabajan en estos dos hoteles de precios accesibles y populares en Coyuca de Benitez, el segundo municipio m¨¢s afectado por el paso del hurac¨¢n Otis la madrugada del 25 de octubre de 2023. Estos hoteles se encuentran a una hora de los grandes desarrollos tur¨ªsticos en Acapulco que acaparan la mano de obra y los materiales, luchando por una reconstrucci¨®n que tambi¨¦n va a paso lento, pero que al menos en el puente que acaba de pasar dio se?as de una recuperaci¨®n.
El hotel El puente est¨¢ situado en la calle Hermenegildo Galeana en pleno centro de Coyuca. Tres meses despu¨¦s sus habitaciones est¨¢n ocupadas, sobre todo, por trabajadores de la Comisi¨®n Federal de Electricidad que realizan labores para reabastecer el servicio, no han regresado los turistas y nadie cree que lo hagan pronto. Las familias que trabajan en este hotel se mantienen de estas reservas y del restaurante Caf¨¦ del r¨ªo que atiende a algunos clientes locales. El otro hotel, El origen, no corre con la misma suerte, situado a un costado de la playa, sorpresivamente resisti¨® el embate de Otis, pero nadie ha vuelto a reservar. De hecho, varios empleados con sus familias se han mudado de manera temporal mientras reconstruyen sus casas que quedaron devastadas y que hoy siguen sin techos ni paredes.
Si bien la crisis generalizada de energ¨ªa el¨¦ctrica en la regi¨®n ya fue superada, no han pasado 24 horas con energ¨ªa estable, al menos un par de veces al d¨ªa se va la luz que tarda en regresar. Ya hay accesos, ya no hay carreteras bloqueadas, el problema ya no es llegar. Ahora el principal problema en Acapulco y Coyuca es la escasez de materiales y de mano de obra para la reconstrucci¨®n.
¡°Palas hay, madera hay, lo que no hay es qui¨¦n las levante. Falta mano de obra se est¨¢ encareciendo mucho, el¨¦ctricos, pintores, alba?iles, no hay mano de obra¡±, me dice Gabriela y en esto tambi¨¦n coincide Jemima: ¡°Est¨¢ en un desabasto completo, porque todos estamos afectados y no hay. No hay suficiente material que pueda cubrir las necesidades, porque nosotras no podemos poner una ventana o techos de l¨¢mina, queremos construir, pero no hay material y tampoco hay gente que quiera o que pueda venir. Para una simple ventana no hay qui¨¦n, yo estoy en lista de espera con una vidrier¨ªa. No hay ni el material ni la mano de obra. Por eso no podemos recuperarnos tan r¨¢pido¡±.
La prioridad a la que se refiere Jemima, seg¨²n me explic¨®, es de acceso. Son tantos veh¨ªculos ingresando todos los d¨ªas a Acapulco y Coyuca, que las compa?¨ªas se ven rebasadas para abastecer esa zona. Solo quien tiene veh¨ªculo propio para ir a comprar a otro municipio, puede ir consiguiendo materiales de a poco; lo que tambi¨¦n genera desabasto en municipios cercanos, como Chilpancingo, la capital estatal.
100 d¨ªas despu¨¦s, el Gobierno solo est¨¢ repartiendo despensas y enseres dom¨¦sticos, adem¨¢s de apoyos econ¨®micos diferidos. Aunque la principal carencia para la rehabilitaci¨®n de la zona son los materiales y la mano de obra, ninguna autoridad est¨¢ apoyando con estos insumos, ni facilitando formas de conseguirlos. Gabriela afirma que el Gobierno federal le ha entregado apoyo diferido de entre 60 y 70 mil pesos, y que ha recibido algunas donaciones. No as¨ª Jemima, quien dice que las despensas que les llevan s¨ª son de gran ayuda, pero son lo ¨²nico que reciben en el centro de Acapulco, asegura que all¨¢ no han llegado donaciones privadas.
La casa de Jemima todav¨ªa tiene huecos de ventanas y puertas, partes que por estar a la intemperie se llenan de mosquitos. Su familia duerme toda en una sola habitaci¨®n, que lograron cubrir con una malla. De cualquier forma, esto es el invierno y ya varias veces han ca¨ªdo con enfermedades respiratorias que tambi¨¦n les impiden trabajar y seguir con la reconstrucci¨®n, adem¨¢s de las enfermedades derivadas de la propia emergencia, como el dengue. La trabajadora de 59 a?os mantiene un salario base en El Origen, pero por ahora se pierde las comisiones que ganaba con la renta de las habitaciones en la playa.
En este momento parece que nada alcanza; sobrevivir d¨ªa a d¨ªa cuesta dinero; reconstruir la casa donde viven con sus familias cuesta dinero; atender las enfermedades derivadas de la falta de agua y techo cuesta dinero; reconstruir su lugar de trabajo cuesta dinero; conseguir y contratar alguien para hacer todo esto cuesta mucho m¨¢s dinero. Parece que la vida diaria de estas trabajadoras sin inversiones millonarias detr¨¢s, con el apoyo a cuentagotas del estado, y necesitada del turismo de clase media, depende de la paciencia y la espera en una fila en la que est¨¢n formadas al final.
Hoy Coyuca de Ben¨ªtez no tiene nada que ofrecerle al turismo, sus calles con cables tirados, sus casas a media reconstrucci¨®n y sus edificios con luz intermitente la hacen una ciudad habitable, pero muy alejada de ser un atractivo, en Acapulco ya se respira otro ¨¢nimo.
El presidente L¨®pez Obrador, 15 d¨ªas despu¨¦s de la tragedia causada por Otis se atrev¨ªa a decir que los habitantes de la regi¨®n pasar¨ªan una feliz navidad. Alejado de los testimonios de Gabriela y Jemima, ¨¦l ha decidido no pisar las calles de Coyuca y parece que ha cerrado esa posibilidad como presidente, a siete meses de su salida concluy¨® que una foto de ¨¦l rodeado de una reconstrucci¨®n insuficiente le cuesta mucho a su reputaci¨®n pol¨ªtica, ¡°ni los veo ni los oigo¡± dir¨ªa el cl¨¢sico, aplicado a la peor tragedia natural de su sexenio.
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